El final del verano anuncia la temporada de vendimia. A pesar de que en algunas zonas ya comenzaron a finales de agosto, la mayoría de las denominaciones concentran gran parte del volumen de recogida en septiembre. Las bodegas aprovechan para ofrecer distintas actividades
08 sep 2019 . Actualizado a las 15:06 h.Las bodegas saben que una buena vendimia es crucial para obtener una excelente calidad del vino. Es el momento en el que todos miran al cielo para que la lluvia no impida que la uva se recoja en su punto óptimo. Por supuesto que influyen otros factores como la temperatura ambiente, el tipo de envases donde se van depositando las uvas, la distancia a la bodega… Pero dejando de lado los factores técnicos, ¿aprovechan las bodegas este momento tan importante para ofrecer actividades de enoturismo?
Tradición milenaria
Para encontrar los orígenes de esta fiesta hemos de remontarnos unos miles de años al pasado, ya los griegos y romanos honraban a sus dios Baco en este momento tan importante para la producción del vino. En el siglo XVI los monjes del monasterio de Guadalupe recomendaban tratar bien a los vendimiadores dándoles raciones extras de vino, para que no se bebieran el de la bodega. Actualmente, durante la vendimia o al finalizar esta, se celebran fiestas que quizás suplan estas raciones de vino a las que se referían los monjes. Para ello, en Jerez dedican dos semanas, generalmente las dos primeras de septiembre, para organizar todo tipo de festejos alrededor del vino. Catas, música, visitas, se dan cita en la Fiesta de la Vendimia, declarada de interés turístico internacional. Vinos, caballos y flamenco van de la mano en estos festejos en los que se muestra la cara más amable de esta ciudad plagada de emblemáticas bodegas. La misma tradición siguen en el Alto Douro, la denominación de origen más antigua del mundo que data del año 1756. En esta región, declarada patrimonio de la humanidad, combinan trabajo duro y diversión durante la vendimia con sus lagaradas, que consisten en pisar el vino en unos grandes lagares a ritmo de música y folclore. En Quinta do Vesubio, bodega del grupo Symintong, su responsable de comunicación, Miguel Potes, nos cuenta que «se celebran desde las 19.00 hasta las 23.00 horas durante la vendimia que normalmente dura un mes» y suelen comenzar la segunda semana de septiembre. Música, gastronomía y fiesta acompañan al nacimiento de los vinos de Oporto, que viajarán desde el Alto Douro a todos los rincones del mundo.
Diversidad gallega
En Leiro, en plena Denominación de Orixe de Ribeiro, son precavidos y adelantan la fiesta a la vendimia. Así las celebraciones que se llevan a cabo a finales de agosto cuentan con un ameno desfile de carrozas, una comida popular o una degustación de los vinos locales. Todo un pistoletazo de salida para el duro trabajo que les espera en los días posteriores. Pero si hay un lugar donde se hace realmente dura la recolección de la uva es en la Ribeira Sacra. Conocida como una de las zonas catalogadas de Viticultura Heroica, aún hay parcelas en las que es más fácil cargar la uva en barcos que subirla a los caminos por empinadas laderas. En las Bodegas Regina Viarum muestran el esfuerzo en un par de fines de semana de enoturismo activo durante la vendimia. Los asistentes primero vendimian, para más tarde hacer la selección de la uva que entrará en los depósitos o barricas. Al final hacen una cata y en marzo, cuando salen los nuevos caldos, los participantes reciben unas botellas del vino que ellos mismos prepararon. Pero para los que quieren visitar varias bodegas de la zona con toda comodidad solo tienen que apuntarse al Viñobus especial vendimia, que les hará un recorrido mostrándole aquellos puntos más interesantes de este momento tan especial para los viticultores. Si damos un salto a las Rías Baixas, en O Rosal, Bodegas Terras Gauda dedica una jornada para mostrar al público las diversas tareas que se llevan a cabo durante la vendimia, visitan la bodega donde degustan los mostos, les explican a pie de viñedo cómo va la recolección y cómo se realiza, para finalizar con una cata de los vinos acompañada de un aperitivo. También podemos disfrutar de distintas actividades en las Bodegas Marqués de Vizhoja, que todos los años lanzan el programa Vendimia en familia, una actividad que según nos cuentan en la bodega «convierte a los visitantes en enólogos por un día». El personal técnico nos enseñará a recoger de manera óptima los racimos para luego vivir el proceso de la elaboración del vino y finalizar catando las uvas, el mosto y dos tipos de vino.
En Marqués de Vizhoja, para que tomemos buenas imágenes, también organizan workshops de fotografías abiertos a todo tipo de público, en los que, además de catar los vinos, se visita el viñedo para inmortalizar los racimos que más tarde acabarán en una botella haciendo las delicias de los aficionados al vino.
