«Si la explosión hubiera sido de noche, hablaríamos de muchos muertos en Tui»

Monica Torres
mónica torres TUI / LA VOZ

TUI

M.MORALEJO

El capitán de la compañía de la Guardia Civil de Tui, Gerardo Calvo, recibe la medalla de bronce de la ciudad

23 mar 2019 . Actualizado a las 05:00 h.

«No es una medalla más. Es especial y me llena de orgullo porque me la concede la ciudadanía». Gerardo Calvo Moreno (Santander, 1962), jefe de la Compañía de la Guardia Civil de Tui, recibe esta mañana la medalla de bronce de la ciudad. Fue un «destino forzoso» al ascender a capitán. Ocho años después de pisar Tui por primera vez en su vida, a sus tres estrellas de seis puntas y catorce medallas al Mérito Militar, de la Guardia Civil y de la Policía Nacional, suma la niña bonita, la primera al mérito civil hace la quince.

-¿Cómo la recibe?

-Me llena de orgullo y me honra, pero no es solo para mí sino para mi compañía. Detrás de esta medalla está el trabajo y el esfuerzo de mis compañeros, de mis jefes de la Comandancia y en definitiva de la Guardia Civil. Es tanto de ellos como mía y así quiero que lo sientan.

-Ha sido ocho años intensos. Este último el más duro.

-La explosión de Paramos ha sido, sin duda, la mayor tragedia que he tenido que enfrentar como capitán. Ha tenido, tanto sobre mí como sobre mis compañeros, un gran impacto emocional por la dimensión material y humana, también aprendimos mucho de los vecinos. Si la explosión hubiera sido de noche estaríamos hablando de muchas más víctimas mortales.

-¿Cómo recuerda el 23 de mayo?

-Estaba comiendo, vi por la ventana al sentir el estruendo y pensé en un posible accidente en la gasolinera. Salí sin uniformar alertando ya a todas las patrullas de la provincia. Al llegar no sabíamos ni qué había pasado ni a qué nos enfrentábamos. Encontré un paisaje desolador, como un escenario de guerra, microexplosiones, piedras que se proyectaban y hasta el monte ardiendo. Fue un operativo sin precedentes, se movilizaron y coordinaron cientos de efectivos de varios cuerpos de seguridad. La prioridad fue hacer cordones de seguridad porque no sabíamos qué había pasado.

-¿Cómo está la investigación?

-El procedimiento está ya judicializado. Nosotros seguimos investigando el último incendio que se registró en un almacén de Baldráns en el que ya no había material alguno y que fue intencionado. Nadie se imaginaba que en Paramos pudiera haber ningún depósito pirotécnico. Llevo desde el 2011 en el cuartel de Tui, jamás ha venido nadie a notificar o denunciar alguna posible irregularidad sobre el tema, ni en esa casa, ni en Paramos.

-Siete puestos, con 170 guardias y una población de unas 100.00 personas en el ámbito de su compañía, que es toda la frontera del Miño

-Somos privilegiados en cuanto a infracciones penales, con números a la baja. El número de víctimas de violencia de género ha descendido pero sigue siendo la prioridad. En A Guarda hay también un repunte en el menudeo de drogas que conllevan delitos de robo y hurtos que, ahora mismo, preocupan tanto a los vecinos como a la Guardia Civil

-¿Toca despedirse de Tui?

-Mi carrera profesional me demanda que, dentro de poco, ascienda y tenga que cambiar de destino. No obstante, cuando me llegue el descanso del guerrero, mi intención es instalarme en Tui y seguir disfrutando de las maravillas de esta tierra y su gente así que nunca me iré de todo.

-Le ha conquistado un destino forzoso...

-Pensé que Tui iba a ser un destino como otros pero enseguida me di cuenta de que tenía algo especial, es una ciudad cautivadora y la hospitalidad que he recibido me ha facilitado mucho mi trabajo aquí, Uno nunca renuncia a sus orígenes, soy cántabro por los cuatro costados, pero también es muy humano y de justicia reconocer que Tui a mí me ha conquistado y por eso quiero retirarme aquí. Alguien me dijo al llegar un dicho que ahora compruebo que es cierto: en Tui se entra llorando y se sale llorando.

-¿Algo pendiente como capitán?

-Me queda todo por hacer. Seguir trabajando con la misma dedicación para que los índices de delincuencia sigan bajando. Soy guardia civil por vocación, nieto e hijo del cuerpo. No es una profesión sino una filosofía de vida que forja tu carácter.