«La nevada del 87 se puede repetir, pero con el cambio climático es más difícil»

María Jesús Fuente Decimavilla
maría jesús fuente VIGO / LA VOZ

VIGO CIUDAD

PACO RODRÍGUEZ

El físico y meteorólogo vigués Juan Taboada recuerda cómo vivió ese «momento perfecto» en el instituto de O Calvario, donde hace 30 años cursaba BUP

19 jun 2017 . Actualizado a las 00:38 h.

El día de la gran nevada, Juan Taboada, físico y meteorólogo, estaba en el instituto de O Calvario donde cursaba tercero de BUP. «Recuerdo que la semana anterior hizo mucho frío y teníamos la expectativa de que pudiese nevar. Estábamos pendientes. En el norte cayó el día 13 y en Vigo, el 14. Era un día de semana y creo que salimos del instituto y no hubo clase», comenta.

Lo recuerda como «un momento perfecto», porque ocurrió de día y, además, no era festivo. «Fue un acontecimiento en la historia de Vigo, que no se ha vuelto a repetir. Recuerdo que empezó a nevar y luego la juerga de ver nieve, salir y jugar con ella. No había tanto documento gráfico como ahora. Nadie tenía una cámara en ese momento en el instituto».

Taboada ya tenía claro entonces que le gustaba la ciencia y, en particular, la física. Era lector de Carl Sagan y pensaba en ser astronauta o en dedicarse a la física teórica. Después se encontró con otras ramas que le parecieron muy interesantes: la física de la tierra y la de la atmósfera. Tras la carrera en Santiago, empezó a interesarse por la física del océano, sobre la que desarrolló su tesis en una universidad de París, y por la relativa a la atmósfera, con la que se apasionó.

Pero lo que no sabía aún Juan Taboada era que esa pasión le llevaría hasta Meteogalicia y que iba a tener en vilo a los gallegos, pendientes de sus predicciones.

Con motivo del trigésimo aniversario de la última nevada de Vigo, Juan Taboada recupera la historia desde aquel año hasta la actualidad y predice con prudencia la posibilidad de que vuelva a registrarse otra gran nevada: «Ahora lo interpreto con las gafas del meteorólogo. Predecir es muy difícil. Son eventos muy extremos, puntuales. La nevada de 1987 se puede repetir, pero con el cambio climático es cada vez más difícil, aunque no impensable. Al cambiar el clima, cambian los extremos. Que aumente la temperatura no quiere decir que no se repita», indica. El punto más próximo a Vigo con posibilidades de que pueda caer una nevada es Fontefría, en A Cañiza. Por su mayor altitud, de unos 700 metros.

En enero de 1987, sin embargo, nevó en el centro. La estación meteorológica de Peinador registraba 0º de madrugada y a primera hora de la tarde solo había cuatro, según contaba La Voz de Galicia. El aeropuerto estuvo bloqueado toda la mañana. El periódico ilustraba la información con una foto de gente jugando con bolas de nieve en O Berbés. Además, dos señoras murieron en el descarrilamiento del tren de Vigo a Barcelona y «buen número de trabajadores, muchos de ellos de hostelería, tuvieron que pasar la noche en Vigo», explicaba La Voz.

Vigo y, en general, Galicia, tiene mucha riqueza meteorológica y climática, aunque también influye dónde se tomen las medidas. Durante muchos años el punto de referencia fue el aeropuerto de Peinador, donde las condiciones varían con relación a la ciudad. En la actualidad los datos se recogen en la avenida de Madrid (San Roque), el puerto, el campus y las Cíes, y los grados varían de unas a otras. La estación del centro puede registrar dos grados más, la del campus más rachas de viento y lluvia y en las Cíes se observan menos precipitaciones.

La escasez de nevadas la explica por la necesidad de que llegue aire ártico-marítimo por la costa norte y, además, esa masa de aire frío tiene que ir acompañada de humedad. «A veces llega exhausta y deja la humedad por la zona del Cantábrico; entonces llega muy seca y deja episodios de heladas», detalla.

Para Juan Taboada la meteorología es algo muy de sensaciones, de ver el viento como cambia y de observar, lo que permite, incluso, predecir por horas. De esto es buena conocedora la gente del sector primario y es uno de los detalles que Juan explica a los escolares que pasan por Meteogalicia. Sin duda el meteorólogo es un apasionado de su trabajo. «Hay cada vez más cosas por explorar para conocer el planeta. Ahora tenemos el desafío del cambio climático al ir estudiando los extremos, las series, los efectos de los gases invernadero. Nuestro campo de trabajo es apasionante y muy útil. Se ayuda a la gente. Somos muy abiertos a cualquiera que lo necesite».