La mujer es capaz de sangrar sin cortarse, de dar a luz sin corriente y de tocar las narices sin acercarse. La retahíla festiva es del alcalde de Noia, el popular Santiago Freire. Que no solo pronunció estas palabras en el acto oficial del Día de la Mujer, sino que para justificarse añadió que se trataba de «un chiste fácil», porque en su opinión «lo cierto es que son muchas las complejidades, las dificultades fisiológicas que tienen [las mujeres] con respecto al hombre».
Lo más asombroso es que este señor no haya dimitido ya. Que siga siendo alcalde y que nadie le llame al orden en su propio partido. Porque nos asustamos con las barbaridades que en el Parlamento Europeo profirió cierto eurodiputado polaco. Y, sin embargo, ha pasado sin apenas mención esta sarta de burradas declamadas por un tipo que quiso ser gracioso, pero no lo fue. Fue machista.
No queremos imaginar qué chascarrillos hará en privado el tal Freire, un tipo capaz de decir estas cosas el mismo día 8 de marzo. Qué chistes tendrá preparados para el día 9 y el 10. O para el mes que viene.
Lo peor es que Noia, como Vigo, o las Rías Baixas al completo, son lugares pioneros en la lucha de las mujeres por la igualdad. Porque la industria conservera les brindó ya en el siglo XIX una nueva oportunidad de liberación con el acceso a una nómina. Así que tras matarse por sus derechos sus compatriotas, y tas deslomarse trabajando, parece mentira que bien entrado el siglo XXI haya que oír semejantes barbaridades. El alcalde de Noia cree que es gracioso, pero solo es un machista. Debería dimitir y dedicarse a lo suyo: grabar casetes de chistes zafios para venta en las gasolineras.