La Policía Local se queda sin sonómetro para medir los excesos de decibelios

Luis Carlos Llera Llorente
Luis Carlos Llera VIGO / LA VOZ

VIGO CIUDAD

XOAN CARLOS GIL

Los vecinos de la zona de Montero Ríos formularon numerosas denuncias durante el pasado fin de semana

12 sep 2017 . Actualizado a las 05:00 h.

El Vigo Street Stunts fue como alcanzar el cielo para miles de jóvenes vigueses y un purgatorio para parte de los residentes de la zona de Montero Ríos y la Alameda. Durante el fin de semana se presentaron numerosas denuncias a la Policía Local por el exceso de ruido ya que los conciertos generaban un volumen no apto para conciliar el sueño. La música y el jaleo duraron todo el fin de semana y se prolongaron desde las 10.00 horas hasta las 3.00 de la madrugada, según los residentes en la zona de As Avenidas.

La asociación de vecinos ha denunciado al Concello que solicitaron que se efectuasen las mediciones pertinentes para verificar que los decibelios superaban con creces los permitidos por la legislación, pero les indicaron que no había equipo de medición disponible porque se encuentra en Madrid pasando la revisión correspondiente. La calibración correcta del sonómetro es fundamental para verificar la corrección de las mediciones.

Los vecinos señalan que en la zona próxima al mar la proliferación de grandes eventos con música a todo volumen ha batido récords a lo largo de este año. «No estamos en contra de que haya celebraciones festivas pero queremos que se respeten los horarios de descanso y que no haya música de madrugada», señalan.

El pistoletazo de salida de los grandes acontecimientos lúdicos los dio la feria de Abril que se convirtió en un buen remedo junto al mar del fiestorro inventado en Sevilla y supuso un reclamo para visitantes de toda la comarca. Posteriormente, y para verificar la recuperación económica y las ansias de divertimento, especialmente en verano, se han sucedido las celebraciones como O Marisquiño, o el Vigo Street Stunt. Han congregado a millares de personas de toda Galicia y procedentes de otras latitudes.

La falta de lluvias y el aumento del turismo estival han hecho que los fine de semana que no habían eventos se pusiesen en marcha otras reuniones masivas a través de las redes sociales. Así se ha repetido el problema del botellón que constituye un foco de suciedad y de molestias. Las papeleras han rebosado de cascos rotos, los jardines se han convertido en miningitorios y la milla de oro en un lugar poco propicio para el descanso.

Los vecinos también se quejan de que algunos locales de la zona de Montero Ríos no cuentan con la licencia adecuada para ejercer su actividad ya que hay pubs que no tienen licencia como bar musical y pinchan temas musicales. Además, critican que algunas terrazas están ancladas a la fachadas de edificios históricos lo que supone un atentado contra el patrimonio histórico y los inmuebles protegidos.

Uno de los locales más emblemáticos de la zona de copas del Areal recibió una multa de 600 euros por exceso de ruido tras comprobarse que las mediciones estaban bien hechas. Durante el procedimiento el establecimiento impugnó las mediciones efectuadas por los agentes alegando a la «falta de cualificación para efectuarlas». El juzgado de lo contencioso número 2 de Vigo dejó claro en la sentencia que el personal de la Policía Local de Vigo tenía la competencia para realizar las mediciones de ruido y vibraciones. El juez señala que el manual del procedimiento del Concello establece que las pueden llevar a cabo o bien policías o bien inspectores de urbanismo.

La multa al local del Areal fue porque se superó el límite de 30 decibelios en el dormitorio de la persona denunciante. Las mediciones dieron como resultado 4,13 decibelios pro encima de lo permitido. La actuación policial se produjo el pasado 30 de diciembre y la medición tuvo lugar en el interior de un dormitorio de la calle Inés Pérez de Ceta a las 2.30 de la madrugada.