«Es una película sobre los vigueses»

Begoña Rodríguez Sotelino
begoña r. sotelino VIGO / LA VOZ

VIGO CIUDAD

cedida

El filme de Roi Cagiao que recuerda la huelga de 1972 en Vigo bate récords para una producción modesta. Ya va por su tercera semana y se amplían las proyecciones y el número de pases

11 nov 2017 . Actualizado a las 05:00 h.

En septiembre de 1972 tuvo lugar en Vigo la huelga más importante de su historia que se saldó con 5.000 despidos. Duró 15 días y participaron más de 30.000 trabajadores en un contexto político y social muy complicado, casi al final de la dictadura de Franco. Esa es la historia que cuenta el largometraje documental Vigo 1972, cuyo éxito está desbordando todas las expectativas. El filme finaliza dos primeras semanas en la cartelera de Multicines Norte superando los 1.400 espectadores y numerosos pases con la sala llena, algo que no ocurre con otras producciones de Hollywood que tienen actualmente en la programación. Por eso no solo continúan hasta el jueves, 16, sino que aumenta el número de proyecciones diarias. Roi Cagiao (Vigo, 1978), es el director de la película que produce Emilio J. Fernández en su productora Arthur Gordon, de Lalín. El vigués, que desde hace 4 años reside en Burela por motivos familiares, se dedica profesionalmente a la docencia. Cagiao es maestro de educación musical, pero el audiovisual, -una pasión paralela, ya que confiesa que también le encanta enseñar-, no se le da nada mal. Su anterior trabajo, O meu nome e Luis ‘Ferreiro’ también tiene un tono social que lo convierte en nuestro Ken Loach.

-¿Cómo lleva este gran éxito, en principio inesperado, para una película pequeña?

-Estamos supersatisfechos y he de decir que también sorprendidos, pero solo en cierta medida. Y es así porque nosotros teníamos un cálculo hecho que es muy sencillo. Si en la huelga participaron al menos 30.000 personas y despidieron a cinco mil, si tú haces un producto que sea interesante, emocionante y entretenido, de esas 30.000 personas y sus familiares, es bastante probable que les vaya a interesar a muchas. También es cierto que si la peli es aburrida, el boca a boca no va a funcionar. Desde luego, ninguno de mis anteriores trabajos tuvo esta repercusión a la que siempre uno aspira. Estoy encantado, la verdad. Ayer [por el jueves], se cumplieron 14 días en cartelera y se vendieron más del 90 % de las entradas.

-¿En este momento se puede ver en algún cine más en Galicia?

-Además de ampliarse los días en Vigo, el martes, 14, se presenta en el Festival Cineuropa de Santiago; y el viernes, 17, se estrena en salas comerciales en Compostela y en Ferrol. Además estamos negociando con otros cines para que se pueda ver, como mínimo en las siete grandes ciudades de Galicia.

-¿Ve factible que salga del circuito gallego?

-Esperamos que sí, pero primero vamos a tratar de que se pueda ver aquí y una vez conseguido la llevaremos a festivales en España y fuera de España.

-¿Cree que puede resultar igual de interesante a quien no haya vivido esa época ni tenga nada que ver con sus protagonistas?

-Sí. Yo no lo viví. Mi padre, sí. En aquella época trabajaba en Citroën, que fue donde hubo los cinco primeros despidos y de ahí se extendió a toda la ciudad, así que el tema de la huelga era bastante recurrente en casa. Hay espectadores que ven el filme sin ninguna referencia ni vinculación familiar que se ven reflejados, porque se habla de los astilleros, de las fábricas, de Teis, de la plaza de América o de la plaza de España y se encuentran. Al final es una película sobre nosotros mismos, sobre los vigueses. Una de las cosas que se aprecia es que mientras los trabajadores de los astilleros eran gente con tradición obrera y conciencia de clase, los de Citroën venían casi todos del campo y no la tenían. Las huelgas fueron una escuela en la que evolucionó su conciencia social y política. El tema es muy cinematográfico porque hay una gran dosis de heroísmo y drama.

-Sorprende en el contexto actual la virulencia de aquella protesta...

-Mi intención no ha sido que el espectador acuda a un sermón, pero da para reflexionar ver actitudes de solidaridad, altruismo y heroísmo entre gente humilde y sencilla frente al individualismo actual y la creencia de que los derechos sociales cayeron del cielo.

El proyecto. Empezó a darle vueltas hace 7 años y comenzó hace tres. «Al final fue una suerte que se alargase tanto porque en el último año se enriqueció».

Localizaciones: Vigo en Lalín. El poblado minero de O Fontao conserva la estructura de un barrio sindical y reprodujeron allí un barrio vigués, aunque hay muchas escenas en Vigo.