Dirigirá en agosto la producción impulsada por el Espacio Cultural de San Martín Pinario
23 mar 2019 . Actualizado a las 04:55 h.Después del éxito el año pasado con Madame Butterfly, el Espacio Cultural de San Martín Pinario vuelve a apostar por una ópera, en este caso, El barbero de Sevilla, de Rossini. Esta vez se trata de una producción propia y habrá representaciones los días 14 y 17 de agosto, a las 21.00 horas, con capacidad para 800 personas. Está previsto que las entradas salgan a la venta en abril desde 10 euros. De la dirección se encargará Vicent Alberola, con amplia experiencia y conocedor de la música en Galicia, pues dirigió la Xoven Orquestra de Galicia y también la Orquesta 430 Vigo. El elenco de cantantes contará con varios gallegos, como Gabriel Alonso, Patricia Rodríguez Rico y Anaís Fernández, además del colombiano Pablo Martínez.
-¿Cómo surgió la iniciativa?
-Tenemos una amiga común y empezamos a hablar. Cuando me dijeron El barbero de Sevilla, inmediatamente dije que sí porque es una ópera que es súper divertida, chispeante, cómica..., de esas que realmente te gustan ver, tocar y dirigir.
-Se trata de una ópera muy conocida, ¿por qué quiere que sea recordada?
-Voy a formar una orquesta nueva con un 80 % de músicos gallegos. He tenido la suerte de criarme aquí con ellos, de vivir en esta tierra y hay mucho talento. Además, he tenido la oportunidad de estar en orquestas top mundiales y quiero que vengan a colaborar intérpretes con gran bagaje y experiencia para que la gente de aquí pueda verlos. Por otra parte, El barbero de Sevilla es la ópera bufa de las óperas bufas. Es uno de los grandes hits de la ópera, un género en el que nunca sabes lo que va a pasar, lo que te puede emocionar. Estas producciones son importantes para llegar a gente que nunca ha visto una. Además, ofrece precios asequibles para poder disfrutar de este mundo, que es increíble.
-¿Es una ópera para iniciarse?
-Para iniciarse es perfecta. Rossini era el genio de las melodías, muy pegadizas, como hoy puede ser el Despacito (ríe). Pero es una ópera que reúne todos los requisitos para poder reírte, emocionarte, llorar, enfadarte...; están todas las emociones. Además, es una ópera en dos actos, no muy larga, con lo cual es perfecta para iniciarse en este mundo operístico.
-¿Cuál es la mayor dificultad?
-(Ríe). Es caro hacer una ópera. Lo más complicado es encontrar a la gente idónea para formar la orquesta. En este caso, serán en torno a cincuenta músicos. Hay que añadirle los cantantes -seis o siete-, el director de escena, el pianista repetidor... Tendremos que montar una ópera en una semana de ensayos por eso estoy buscando los mejores músicos.
-Dirige orquestas sinfónicas, ópera..., ¿qué transfiere de una actividad a la otra?
-Es bastante diferente. La ópera es el mundo más completo para un director. Si un director se forma en ópera, puede dirigir todo. Cuando ya has hecho ópera, dirigir sinfónico es casi como un paseo en barca.
-Y también clarinetista.
-Mi vida ha sido el clarinete. Empecé aquí en Galicia y ahora tengo una orquesta, que son todo viajes. Vengo de Australia, Japón y China. Ahora en mayo hay gira por toda Europa, el año que viene a Sudamérica.
-¿Ve mucha evolución en el nivel de la música gallega?
-A raíz de las orquestas, tanto la Filharmonía como la Sinfónica, empezó a venir gente preparada y empezó a hacer escuela. Cada vez que vengo hay más cuerda, que no existía antes. Hay mucha gente y bien preparada, lo que se une a la pasión y al talento.