El Hidria II inicia su singladura hacia Vigo

Rosa Estévez
rosa estévez O GROVE / LA VOZ

VIGO CIUDAD

María José y Jacobo han decidido seguir luchando por su sueño incluso cuando este se había transformado en pesadilla

16 ene 2021 . Actualizado a las 11:18 h.

La del Hidria II es una larga historia y sinuosa. El barco, un viejo vapor que prestó servicio durante años como embarcación de apoyo en la ría de Vigo, fue adquirido hace más de dos décadas por una pareja de O Grove que fue capaz de ver, más allá de la ruina en la que se había convertido, su belleza y su valor patrimonial. María José y Jacobodedicaron años y cantidades ingentes de dinero a reformar el barco y ponerlo a punto. Cuando lo consiguieron, disfrutaron de un paréntesis de bonanza. El Hidria II se convirtió temporalmente en el Barco da Memoria y parecía enfilar una nueva etapa como sede de proyectos culturales, turismo sostenible, cultura flotante.

Pero ese sueño duró poco. La llegada de la crisis hizo que las administraciones cancelasen algunos de los programas en los que iba a participar el Hidria. Los problemas para hacerse con un amarre digno desde el que poder funcionar como negocio turístico estrangularon toda posibilidad de crecimiento. Y en ese contexto, el vapor puso rumbo a aguas del Sur e intentó buscarse la vida en unos horizontes lejanos y prometedores que, una vez vistos de cerca, demostraron ser todo lo contrario.

La tripulación del Hidria II tuvo que hacer muchos esfuerzos para poder volver a O Grove, donde ha pasado los últimos años en tierra. Aunque ha habido quien no ha entendido su empecinamiento, María José y Jacobo han decidido seguir luchando por su sueño incluso cuando este se había transformado en pesadilla. Ahora, ante ellos, se abre un nuevo horizonte de esperanza: han logrado un amarre en Vigo, en Portocultura, punto al que piensan dirigirse de inmediato. De momento, el Hidria ha sido devuelto al mar, y viajará hacia el sur remolcado: debe hacer una parada técnica en un astillero para pasar la correspondiente revisión. Luego encontrará su lugar, en Vigo, donde sus dueños confían en poder trabajar en cuanto la pandemia nos ofrezca un respiro, en cuanto las cosas vuelvan a la normalidad.

«Con esto, queremos hacer borrón y cuenta nueva. Empezar de cero», cuenta María José. Tan de cero, que aunque no le cambiarán el nombre al barco, sueñan con que se haga conocido como «el vapor de Vigo».