El Museo do Mar de Galicia abre sus puertas tras diez años con el proyecto

Begoña Rodríguez Sotelino
begoña r. sotelino VIGO / LA VOZ

VIGO CIUDAD

Oscar Vázquez

Hemeroteca | Fraga inauguraba el espacio que comenzó con la muestra «Rande, arde o mar»

05 jul 2022 . Actualizado a las 08:01 h.

El proyecto del Museo do Mar de Galicia para Vigo comenzó a gestarse en septiembre de 1992, cuando el entonces alcalde de la ciudad, Carlos González Príncipe, y el conselleiro de Cultura, Daniel Barata, firmaban un acuerdo para construirlo en los antiguos terrenos del viejo matadero municipal ubicado en la playa viguesa de Alcabre. De aquella rúbrica fueron testigos los arquitectos Aldo Rossi y César Portela, que afrontaban juntos este encargo que continuó solo el gallego, ya que Rossi fallecería en 1997 y el museo todavía no vería la luz hasta cinco años después.

Portela, Premio Nacional de Arquitectura 2000, explicó en más de una ocasión que el anteproyecto del edificio fue compartido con Rossi, pero a medida que fueron avanzando las obras, fue él quien realizó las aportaciones finales. «Lo que teníamos claro es que lo que se iba a hacer en las dos primeras naves, el espacio central, pero lo demás estaba como esbozado», aseguraba en La Voz de Galicia durante una la presentación previa a la gran inauguración que tendría lugar a finales del mes de julio, dos años después de que el pontevedrés recibiera el galardón.

El presupuesto inicial fue de 300 millones de pesetas (1,8 millones de euros), una cantidad que luego se alejó mucho del coste final, superando los once millones de euros. Dos meses antes de la inauguración hubo una especie de presentación en sociedad a la que acudieron los responsables políticos de aquella apuesta en un evento social de alto copete. El Consorcio de la Zona Franca de Vigo eligió la sala de exposiciones de la entidad en Bouzas como lugar para anunciar la conclusión del proyecto y la imagen corporativa del Museo del Mar. A la cita acudieron el alcalde, Lois Pérez Castrillo, el conselleiro de Cultura, Pérez Varela, el delegado del Consorcio, Pablo Egerique, la directora del proyecto museístico, Paloma Acuña, y los miembros del comité científico. La obra civil estaba finalizada y Egerique explicaba que «dotar el interior de contenidos tardará tiempo. Para el mes de julio ya se habrá convocado y resuelto el proyecto museográfico que dotaremos con 4,5 millones de euros», anunciaba añadiendo que no sería Acuña la directora del museo, «pues se elegirá por concurso». El Museo do Mar de Galicia abría sus puertas el 26 de julio del 2002 para conmemorar el tercer centenario de la Batalla de Rande con la exposición titulada Arde o mar. «Un museo único, de una importancia clave y motivo de orgullo para todos los gallegos», decía en La Voz el entonces presidente de la Xunta de Galicia, Manuel Fraga, que acudía a su inauguración destacando la muestra como «la más completa y ambiciosa sobre este tema». Y es ambiciosa porque se ha conseguido reunir cerca de trescientas piezas procedentes de cincuenta y ocho museos y colecciones particulares de Europa, España y Galicia». El plan expositivo fue elaborado por el economista Xoán Carmona, el arqueólogo Vicente Caramés, y los biólogos Pablo Carrera, Carmela Porteiro, Emilio Fernández, Uxío Labarta, el conselleiro de Pesca López Veiga y Javier Pereiro. Pablo Carrera fue finalmente el primer director y también lo fue después Vicente Caramés.

Oscar Vázquez

La muestra que iniciaba la andadura del museo tenía uno de sus puntos estelares en la recreación virtual de la Batalla de Rande. Fotos y vídeos reproducían la encarnizada guerra librada en 1702, donde la Armada inglesa y la flota holandesa derrotaron a los españoles y saquearon buena parte del patrimonio a ambos lados de la ría. Con amplios horarios y entrada libre, miles de ciudadanos (85.000 en la exposición y 150.000 en el entorno del museo) acudieron hasta noviembre a conocer las instalaciones. Pero tras esta muestra el museo volvió a cerrar a la espera de la inauguración definitiva.

Fue entonces cuando el presidente del Consorcio Zona Franca, Egerique, habla de nuevo aclarando que el gran proyecto de la entidad, la exposición permanente, se configuraría a partir de enero del siguiente año, «cuando se elija el proyecto definitivo», recogía La Voz . Este, según explicaba, tendría que seguir «los planes marcados que incluyen para el museo, seis secciones dividas en una zona de acogida, otra sobre arqueología submarina, una pinacoteca sobre temas marítimos, un área dedicada a la historia, otra a la Batalla de Rande, y la más importante, la dedicada al mar como fuente de recursos (oceanografía, pesca, marisqueo, investigación...)». La inversión aprobada para este particular fue de cuatro millones de euros, pero Zona Franca seguía ampliando instalaciones y anunciaba la compra de la finca colindante para construir el edificio anexo comunicado con el principal por una pasarela, un restaurante y otras salas que nunca se llegaron a hacer.