«Nosotros no utilizamos ni aire acondicionado ni calefacción»

Iria Juiz / Eva Fernández VIGO/LA VOZ

VIGO CIUDAD

Edgar Yaziji, dueño de una farmacia en la calle García Barbón
Edgar Yaziji, dueño de una farmacia en la calle García Barbón Iria Juiz

Comerciantes y hosteleros de Vigo se muestran a favor de las medidas de ahorro energético, aunque muchos de los establecimientos prefieren la ventilación natural o no disponen de sistemas de regulación de temperatura

12 ago 2022 . Actualizado a las 00:09 h.

A partir de hoy los inmuebles no residenciales deben tomar medidas para combatir la crisis energética. El Gobierno propone un plan de ahorro energético de obligado cumplimiento para la mayoría de establecimientos del sector servicios. No exceder los 27 grados por regla general en verano, 19 grados de límite en invierno y apagar el alumbrado de edificios públicos y de escaparates a partir de las 22.00 horas son algunas de las medidas estrella. En Vigo, muchos locales no cuentan ni con calefacción ni con aire acondicionado. A estos no les afecta tanto el decreto publicado ayer en el BOE. Aun así, la mayor parte de los afectados se encuentran a favor de esta normativa.  

Begoña Rodríguez, trabajadora en una agencia de viajes y afectada por las nuevas medidas de ahorro energético
Begoña Rodríguez, trabajadora en una agencia de viajes y afectada por las nuevas medidas de ahorro energético Iria Juiz

Begoña Rodríguez trabaja en la agencia de Viajes Lira y su oficina cuenta con calefacción y aire acondicionado. El uso que le dan es esporádico, pero considera que estas medidas llegan tarde: «Creo que tanto el aire como la calefacción deben estar a una temperatura moderada, pero los diecinueve grados en invierno me paren pocos, 22 estaría mejor». Cree que en Vigo la situación no será tan mala como en otros lugares donde se alcanzan temperaturas mucho más bajas en invierno.

Colectivos como el de las farmacias tienen una regulación especial. Edgar Yaziji, dueño de una en la avenida de García Barbón, comenta que estas medidas no le perjudican tanto: «Tenemos que mantener una conservación de medicamentos especial ya que no pueden sobrepasar los 25 grados». Aunque en su local no es común que se encienda el aire acondicionado, cuando se hace, este no llega nunca a exceder esa temperatura. En cuanto a la iluminación, el farmacéutico señala que la cruz identificativa de la farmacia debe permanecer obligatoriamente encendida las 24 horas del día. Las luces del letrero y el escaparate de su establecimiento no consumen más de un kW/H, y aunque podría dejarlas encendidas por la noche, hace tiempo que decidió apagarlas. «Todo lo que sea ahorrar y ayudar al planeta me parece favorable», apunta el farmacéutico.

En la hostelería se podrá mantener una temperatura de 25 grados en verano, dos menos que en el resto de establecimientos regulados. En la cafetería Viptoria, ubicada en la calle de Rosalía de Castro, el sistema de aire acondicionado este verano no se ha activado. «No lo encendemos porque la factura se ha duplicado y con el aire encendido todavía sería más cara», asegura la trabajadora Yasim Garcet. En la temporada de invierno, la calefacción nunca se enciende porque el local con las puertas cerradas mantiene una temperatura agradable, por lo que Garcet dice que no se verán especialmente afectados.

José regenta el restaurante La Comedia, en la misma calle, y concuerda con el testimonio anterior: «Nosotros estas medidas no las vamos a llevar a cabo, no porque no queramos sino porque no utilizamos ni el aire ni la calefacción». En su local, que tiene una fachada abierta, dice que pocas veces se pone el aire acondicionado y respecto a la calefacción en invierno, no es necesaria porque cerrando las puertas ya hace calor. Aunque manifiesta no estar muy al tanto del asunto, confiesa que las medidas le parecen «una chorrada con la que no se va a ahorrar nada».

XOAN CARLOS GIL

Las peluquerías, los colegios y los hospitales, entre otros, son servicios exentos de esta regulación. En la Peluquería Salón Jose, con 34 años de experiencia en Vigo, optan por la ventilación natural, ya que nunca sintieron la necesidad de implantar un sistema de aire acondicionado. La arquitectura del establecimiento, con una rampa que permite que el aire fluya, hace que «cuando fuera hay 35 grados, dentro rara vez pasa de los 23», declara uno de los dueños. «O hay energía para las industrias o para los hogares, y hay que priorizar», añade José, que está a favor de las nuevas medidas: «Hemos llegado a tal nivel de comodidades que cuando las pasemos negras nos va a costar adaptarnos».

Los gimnasios son otros de los establecimientos que están exentos de esta nueva regulación. En el caso de Max Gym, situado en un bajo de la calle de O Grove, cuentan con dos puertas de entrada, por lo que en verano «dentro estamos bastante frescos», señala Fran, empleado del centro deportivo. Declara que en un día de calor fuerte fácilmente puede haber 30 grados en el local. Por ese motivo, intentan regular la temperatura a través de ventiladores, pero no lo tienen medido con un termostato. En las épocas más frías del año el empleado de Max Gym dice que no les hace falta poner la calefacción. «Habrá que intentarlo, pero no creo que la solución sea esta», apunta Fran en relación al plan de ahorro energético.