Y después de la tele, ¿qué?

YES

ANGEL MANSO

HAY MÁS VIDA Pero algunos volverían a concursar. La pequeña pantalla les ha dado una popularidad que ellos han sabido aprovechar. YES habla con cuatro de los gallegos más conocidos por sus aventuras ante las cámaras. La última, la concejala de Ribadeo que hizo de sus «pechotes» la gran anécdota de «Ahora Caigo».

11 feb 2017 . Actualizado a las 15:59 h.

Pedro Castro, más conocido como Pedriño, saltó a la fama en el año 2012 al convertirse en el gran protagonista del reality de Cuatro ¿Quién quiere casarse con mi hijo?, en el que estaba acompañado de su madre Mari. Cinco años después, este ferrolano no ha parado de trabajar compaginando su faceta de DJ y estilista entre A Coruña y Madrid, volviendo siempre a su querido Valdoviño para visitar a la familia. «En realidad la tele no me cambió la vida, yo ya estaba un poco metido en ese mundo, pero lo que ha hecho es mejorármela» En este tiempo ha hecho realidad un sueño: crear una fiesta con sus amigos Pepino Marino y Crawford. «Se nos ocurrió hacer una fiesta como a la que nos gustaría a nosotros ir y empezamos con la fiesta Versés, que solemos organizar cada mes en la sala Boite, y en ocasiones especiales, en la Joy Eslava de Madrid. En los veranos, como la gente huye de allí, la trasladamos a Torremolinos», explica.

Se trata de una oda a la música de los noventa y a la estética de la época. «Versés es una fiesta dedicada sobre todo a esa década, al petardeo, a las top models y a la película Showgirls, que justamente es de donde sale el nombre de la fiesta», explica.

Una atmósfera que no descuidan ni en los carteles publicitarios. «Por ejemplo, los flyers son como las campañas de Versace de los noventa que hacía Claudia Schiffer y las recrean nuestros amigos o nosotros», añade. Esta fiesta ha ido ganando público y famosas caras del mundo de la música, como Mario Vaquerizo, los han apadrinado. Pero su faceta como DJ no está ligada solo a Versés. También ha pinchado en otra fiesta que se celebra en ocasiones especiales en el madrileño teatro Capitol. «Casi todos los bolos que hago son como DJ», destaca. Y ahora, después del éxito cosechado, la idea de organizar periódicamente una fiesta temática la quiere trasladar a algún local coruñés. Claro que, como no podía ser de otra forma, Pedriño también sigue ligado a la pantalla con cameos en un par de series e incluso algún videoclip. Próximamente lo podremos ver en la película Cosmética terror otra vez acompañado, cómo no, de su madre. ¿Lo mejor de su paso por la tele? «Lo mejor ha sido dar a conocer a mi madre, Valdoviño y darme a conocer porque los bolos que sigo haciendo son un poco por mi paso por el programa. Y lo peor: poco. Hubo menos críticas de las que pensé, en eso me ayudó mucho mi madre, igual que las duras, que fue por salir con una camisa transparente o decir que soy un mimado», apunta.

INFLUENCER Y ESTILISTA

El mundo de la moda y el estilismo son otra de sus pasiones. Tanto que empezó a prepararse para estudiar Moda en A Coruña y ha trabajado como estilista en revistas como Interviú, además de convertirse en una de las caras más asiduas a los desfiles de Cibeles. Por si fuese poco, el ferrolano trabaja en el sector de las redes sociales y es influencer de varias marcas. Todo eso sin descuidar su Instagram sobre el mundo del corazón (@esunescandalo #historiadeespana), todo un éxito con más de 24.000 seguidores. Pero uno de los proyectos más importantes vendrá en la temporada de enlaces del 2017. Su madre y él se enfundarán las alas y las flechas de cupido nuevamente, pero esta vez al otro lado del altar. Con la empresa coruñesa de organización de eventos y bodas Mon Amie Eventos, de Raquel Becerra, los novios podrán elegir a la divertida pareja para casarles. La idea es que Mari ejerza como maestra de ceremonias y que Pedriño ponga la música a la fiesta.

XAIME RAMALLAL

«La que se armó por decir lo de los pechotes»

No eran ya suficientes los líos del PSOE que va la próxima concejala socialista ribadense Cristina Losas Soria y expresa, con gracia y en el contexto de un espacio de entretenimiento, Ahora Caigo de Antena 3, que en caso de ganar utilizaría el dinero para operarse los ojos «y los pechotes». «La que se armó», recuerda. La incluyeron en los «momentos» estelares del concurso de Arturo Valls: «Cuando lo vi hasta me dio igual. Pero sí que comenté después: ‘Soy carne de zapping, he dicho pechotes... Ya verás que cachondeo’. Pero tanto como para que me ataquen como me han atacado, no, no, no... De hecho, entonces ni había firmado aún el acta. Les dije: ‘Voy a ser concejala y no me hagáis la trampilla’, como broma. En el cásting en Vigo, hace tiempo, ya había citado lo de la operación estética», señala.

Trabajaba (y trabaja) de camarera en un bar de Ribadeo, donde vive esta madrileña de Alcalá de Henares de 32 años desde hace casi siete, también administrativa y fotógrafa, cuando se animó a concursar: «Lo veíamos todas las tardes con los clientes y estaban con la broma: ‘Por qué no vas si te las sabes todas’, y llamé», dice. Contactaron con ella para grabar el programa tres años después: «¡Ya ni me acordaba!».

«FUE MUY DIVERTIDO»

Llegó el gran día de mostrar su valía como oponente: «Entré a la segunda. En cuanto cayó el primero ya vi mirarme al del centro. Entonces sabía que me iba a tocar. Fue muy divertido», recuerda. Con menos repercusión mediática, también le había comentado a Valls que se iba a tatuar la mascota del programa. «En plan de tomarle el pelo a Arturo», señala. Allí, ante los focos, se plantó con la encantadora gallina en versión manicura. «Sí, tengo intención. Los tatuajes y yo...», señala.

«Mi prueba eran tres respuestas y no te podías equivocar. ‘¿En qué lado estaba el azul en la bandera de Francia?’ fue una. ‘¡Venga para la concejala!’ me dijo Arturo. Respondí: ‘Derecho’, sin pensarlo. Fallé esa», reconoce. No le quedaron más opciones como concursante que contestar también a algunas otras cuestiones (y se pregunta YES con qué intención siendo ella socialista), que derecha o izquierda. «Salí del programa sin recordar las preguntas que había respondido y al verlo de nuevo, vi que había respondido tres o cuatro. No lo hice tan mal», defiende. La han animado a presentarse a Boom!. «Pero no lo veo», indica. «Por salir en la tele no me va a influir en el ayuntamiento», asegura tras la odisea vivida.

MARCOS MÍGUEZ

«Volvería a entrar sin dudarlo»

Una amiga la empujó a presentarse. Y la eligieron. «Mi familia no quería que entrase, estaban temerosos de lo que pudiera pasar, pero tampoco se opusieron», recuerda Judit Iglesias. Era el 2007. Acababa de terminar sus estudios de Sociología. Se encontraba en el paro. «Era fan del programa y me lo tomé todo con humor. Todo fue muy emocionante y muy intenso». ¿Y lo malo? «Lo pasaba mal con las pruebas porque veía que no llegaba a veces». Al final, ganó. Su carácter afable y su punto gótico conquistó a la audiencia. Al salir, uno de sus varios clubes de fans le regaló una muñeca. Ahora, diez años después (tiene 41), posa con ella para YES. No muestra ningún arrepentimiento: «Volvería a entrar, sin duda».

El caso de Judit poco o nada tiene que ver con el de otros concursantes rebotados de Gran Hermano. «Mi vida continúa siendo igual que antes», asegura. Al salir se encontró con la fama. «Al principio no me gustaba nada, aunque ayudaba si tenías que hacer un bolo, porque atraías la atención». Pero eso de los bolos (eventos a los que acude como imagen o personaje) se acabó pronto. «Una noche hice cuatro en Galicia, yendo en coche de un punto a otro, de locos. Ese mismo día decidí que nunca más», se ríe. También dijo no a la portada de Interviú. «Me lo ofrecieron varias veces, pero no quise. La verdad es que hubiera ganado más dinero que con el libro que escribí». Se refiere a Las leyes del deseo, un volumen sobre sexología editado en el 2008. En esa faceta también presenta la serie de microespacios en Internet Sexploradores. Pero sigue estando ligada a Gran Hermano. «Sigo viéndolo y comentándolo en mi cuenta de Twitter», asegura. 

MARCOS MÍGUEZ

«Yo soy un sinvengüenza y me gustan los retos»

Esta es la primera vez que vemos a Iván Piñeiro con tanta ropa en las páginas de YES. La última vez que hablamos con él fue después de su aparición en Adán y Eva, donde los concursantes iban desnudos a una isla desierta para encontrar pareja. Y claro, se nos desnudó a las nueve de la mañana en plena playa de Sabón para la foto. Su culo acabó en la exposición anual que La Voz expone en el Cantón Grande de A Coruña, pero esa ya es otra cuestión. Aquella historia de amor paradisíaca no acabó bien. Hace tan solo unas semanas que le vimos de nuevo en First Dates, donde cenó con una chica para ver qué le deparaba el destino. La cita tampoco fue bien. Pero es que Iván no iba para eso. «Yo no fui a First Dates ni a Adán y Eva a buscar pareja. Voy a dejarme ver y a que me sirva de promoción. Hay gente que no pasa por ahí, pero yo sí», confiesa. ¿Y si te llega a surgir el amor? «Yo sabía que no iba a surgir, porque el destino se lo crea uno y yo no creo en el amor en la tele», responde.

«MI VIDA SIGUE IGUAL»

El aventurero dice que apenas le ha cambiado la vida desde que se plantó delante de la cámara en pelotas. «Sigue todo igual, lo único es que me reconocen por la calle, sobre todo a partir de Adán y Eva, aunque no me gusta que solo me asocien con eso», asegura. Normal viniendo de alguien que lleva veinte años apareciendo en televisión. Pequeleshow, Bravo polos amigos, Tardes de verán, Supermartes, A Solaina, Aquí Galicia, Mamboleo, Luar, Sol de estrelas, Al pie de la letra, Password, ¿Quieres ser un membrillo? o Elígeme son algunos de los formatos que contaron con él. ¿Elígeme no era también de buscar pareja, que lo presentaba Carlos Baute?, le preguntamos. «¡Sí, mi amooor!», responde imitándole. Por hacer, le hizo hasta los coros a Rosa en un programa en Barcelona. «Me quedé a las puertas de entrar en Operación Triunfo, y creo que no entré porque no exploté bien mi físico», asegura. Pero a ver, ¿de dónde viene ese afán por la tele? «Mi madre es la culpable, directamente. Ella me llevó a apuntarme al primer concurso. Me dice: ‘Non sexas tontiño, aproveita”. Mi madre es mi mánager, es un desfase. A veces me canso, pero ella me anima a seguir», desvela. Con semejante currículo, normal que diga que la vida no le ha cambiado tanto. «Me pedí una excedencia en el trabajo (es recepcionista de un polideportivo en A Coruña) y doy clases de pádel y de surf en Arteixo. Por supuesto, con mi hermano me dedico a la música. Los dos formamos el grupo Os Piñeiros, pero yo soy cantautor y también estoy produciendo mis nuevas canciones. Sacaré disco con mi hermano y luego un epé con cuatro temas míos», asegura. La música es, insiste, su verdadera pasión. Por eso nos muestra su guitarra ?«la pinté yo»? y asegura que gracias a cantar con ella ha conseguido sacar rentabilidad a los concursos. «Me pagan los derechos de autor», añade. Si hay algo que le gusta después de la música es la aventura. «Soy una persona que se aburre muy rápido de las cosas, así que necesito nuevas experiencias. Por ejemplo este lunes me voy a México a enseñar mi disco. Lo que soy es un sinvergüenza al que le gustan los retos, sobre todo si son encima de un escenario», dice decidido. El último, First Dates, le llevó de nuevo delante de la cámara. «Me llamaron ellos para participar, porque es el cuarto programa de esa cadena al que voy. Sobera es muy majo», señala. Su acompañante en la cena no se lo pareció tanto. «Le conté lo que nos pasó en Indonesia, cuando casi morimos atrapados en una cueva, y me respondió muy déspota. Hasta me dijo que menudo trabajo de mierda eso de ir cantando por ahí. Fui yo el que se levantó de la mesa, y al día siguiente le mandé un mensaje: ‘Te has pasado tres pueblos conmigo y con los músicos de España’». Con Piñeiro no se juega.