El deporte virtual se abre paso en los «gaming bars»

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MARCOS CANOSA

LLEGAN LAS VIEWING PARTIES. Las retransmisiones de eSports sientan a miles de personas delante de la gran pantalla. Ahora los gamers ya tienen su sitio en Galicia. Aquí puedes quedar para jugar o para ver la final del League of Legends (LOL).

08 jul 2017 . Actualizado a las 05:15 h.

¿Recuerdas cuando te arremolinabas alrededor del pinball para ver jugar a los buenos del barrio? Pues, básicamente, en eso consiste el fenómeno de los deportes electrónicos. Son miles de personas haciendo cola para ver una final de League of Legends (LOL), el juego más popular, en una pantalla gigante. En España hay 24 millones de personas enganchadas a los videojuegos, afirma Álvaro Argüelles, de la empresa que desarrolla en España la Liga de Videojuegos Profesional (LVP), que cuenta con más de 250.000 jugadores. Sus competiciones y eventos, como la League of Legends Championship Series, están registrando crecimientos exponenciales de audiencia. La industria de los deportes electrónicos no ha hecho más que despegar, pero ya tiene su propio canal de televisión. Y sus fans quieren ver la retransmisión en streaming de la FIFA virtual acompañados de sus colegas. Aún estamos en un momento muy incipiente de los eSports, pero creo que el consumo de este tipo de contenidos, similar al del deporte tradicional, requerirá cada vez más lugares donde la gente se pueda encontrar y así disfrutarlo colectivamente, explica Sergi Mesonero, co-fundador de LVP. A falta de estadios, los gaming bars cobran una mayor importancia porque sustituyen esa necesidad de los aficionados de encontrarse para disfrutar juntos del consumo online. En España hay, en la actualidad, diecisiete locales oficiales de eSports, uno de ellos en Vigo.

EL LEO MESSI DE LA PLAY

En Galicia ya tenemos un jugador profesional de videojuegos, el vigués Mario González (Yurner0s) que juega en la Super Liga Orange, y el primer local oficial de eSports, donde los clientes pueden quedar para competir por su cuenta o bien para ver juntos las principales competiciones de videojuegos del momento. Son las llamadas viewing parties, fiestas donde se queda para disfrutar de la partida virtual mientras se toma una cervecita. Es lo mismo que bajar a ver el fútbol al bar, pero en versión siglo 21. Este primer gaming bar oficial de eSports se llama La Grieta y está ubicado en el número 19 de la calle Tomás Alonso de Vigo. Abrió sus puertas hace cinco meses y cuenta con ordenadores, consolas, pantallas gigantes y una fibra óptica simétrica de 300 megas. Al frente del proyecto están el vigués Alejandro Prieto y su pareja, la redondelana María Saavedra. Alejandro era fan de videojuegos. «Yo jugaba al LOL y miraba alguna partida en casa, pero se me hacía un poco aburrido verlo solo. Cuando mi novia se animó a jugar, empezamos a verlo juntos y nos dimos cuenta de que tenía más chicha y era mucho más divertido si el juego lo veíamos en grupo. Pensé que era una pena que aquí no hubiera bares para poder seguir en directo las partidas de LOL. El año pasado conocí un bar en Pontevedra, el Punto Gamer, que ya cerró. Me gustó mucho, vi cómo funcionaba y me dio el impulso que necesitaba. Fue la motivación final para montar el mío, aparte de que yo estaba en el paro y necesitaba algo para salir adelante. Mi novia tenía experiencia en hostelería y yo había estudiado un ciclo superior de electricidad. Estuve trabajando varios años en automoción, pero ahora estaba sin trabajo», cuenta este emprendedor de 31 años que, cuando decidió montar el local, se puso en contacto con la LVP y esta le puso como requisito para convertirse en bar oficial de eSports que tuviera un mínimo de seguidores y de movimiento en la red social Twitter. Para los no iniciados en los juegos electrónicos de competición, el nombre del local viene del campo de batalla en el que se enfrentan los jugadores de League of Legends, que se llama La Grieta del Invocador. «Retransmitimos partidas de todo tipo. Ayer fue la final de la Superliga Orange, la liga española del LOL, y la estuvimos viendo todos aquí en La Grieta. Arrancar cuesta, pero espero que me vaya bien», dice Mario. Nosotros también.