Las Punta Cana gallegas

YES

Xoán Carlos Gil / Ana García

TE LLEVAMOS AL PARAÍSO ¿Quién dijo que para irse al Caribe hay que cruzar el charco? Ni billete ni avión. Lo único que te hace falta es coger el coche y disfrutarlo. Está mucho más cerca de lo que parece. Nos vamos de calas.

22 jul 2017 . Actualizado a las 09:09 h.

Sin palabras. Así se quedó el YES al descubrir esta imagen casi de postal. ¿Cancún? ¿Bávaro? ¿Hawái? Nada de eso. Esto es Cangas do Morrazo, Hío, para ser exactos. Vamos a desmontar uno a uno todos tus motivos para viajar al Caribe y hacer que te quedes en casa. Que no se trata de que no cruces el charco, porque también puedes. Pero en materia de playas, que sepas que poco más te vas a encontrar allí que acá. Nos vamos a las Punta Cana gallegas, a algunos de los paraísos que harán que te sientas casi, casi, como en una isla desierta. Y empezamos por la playa de Castiñeiras y con Irene, que parece recién salida de la palapa de Supervivientes y posa dándonos mucha, pero que mucha envidia sana en su roca particular. Como una sirena recién salida del agua, la chica se refresca los pies en un mar tan turquesa y manso que nos hace pensar inevitablemente en que solo le falta la pulserita. Aquí no está todo incluido, pero sí que contarás con un día de playa espectacular.

RELAX Y MÁS RELAX

Vamos a darte todavía más razones para ir. Si hay algo que tiene este arenal, además de lo que ya es obvio con tan solo ver esta foto, es que no es fácil que se abarrote. Es uno de esos rincones semiescondidos y sin acceso directo a la playa, por lo que no te chafará el día el tetris de toallas. Podrás llegar a ella por caminos estrechos y dejar el coche aparcado en las fincas de algunos vecinos que te cobrarán alrededor de tres euros por dejarlo allí. Nada inasumible, sobre todo si volvemos a compararlo con la auténtica Punta Cana. Segunda razón: el agua no es limpia, es transparente, cristalina y muy tranquila. Un plato, que se suele decir. En la arena, blanca, tampoco es fácil encontrarse con palos de polo ni envoltorios varios. Tercera: un entorno de película. Los bordes de Castiñeiras son pura vegetación, pasando de las rocas de uno de los márgenes a la zona arbolada del otro, ideal si lo que quieres es comer a la sombra. Cuarta: podrás hacer submarinismo, porque aquí todavía puedes encontrarte bajo el agua con estrellas de mar, erizos y algún que otro cangrejo. Hasta es posible que veas pasar peces de colores. Tampoco te pongas a buscar a Nemo, que no estamos en aguas tropicales, pero te gustará divisar algo más allá de escarapotes y fanecas. Quinta: es una cala recogida, ideal para evitar el viento inoportuno. Y sexta: la ubicación, muy cerca de puntos de interés como el cruceiro de Hío, Cabo Home, el monte Facho o cabo Udra, que te permitirán rematar tu visita con un poco de turismo. Eso sí, para tomar el sol tendrás que ir antes de las seis de la tarde, porque a partir de esa hora la sombra se come la playa. La alternativa la tienes bien cerca, porque a tan solo 100 metros tienes la playa de Area Brava, que es otro paraíso. Lo dicho, esto va de cala en cala. Sigamos por el sur, que allí hay Caribe para rato.

Oscar Vazquez

 PLAYA DE RODAS, LA MEJOR DEL MUNDO

Y así llegamos a las Cíes, que no podían faltar las islas de los dioses entre los paraísos galaicos. La mejor playa del mundo para The Guardian y una de las que forman el top ten europeo para The Telegraph se ha ganado a pulso tanto piropo internacional. Aunque al hablar de playas españolas normalmente se piensa en el Mediterráneo, «la costa atlántica ofrece el mejor espectáculo», dice el diario británico, y no le falta razón. El archipiélago están formado por tres islas: Norte o Monteagudo, Del Medio o do Faro y Sur o San Martiño. Las dos primeras estás unidas por la playa de Rodas, y allá que nos fuimos para pillar en el agua a esta otra sirena de Barcelona con melena mojada y al viento. Este arenal, el mejor de todos para muchos, es el más grande de las Cíes y tiene un marco incomparable: de frente, la ría de Vigo y, de espaldas, el lago de Cíes. Eso sí, que la foto no te lleve a engaño. El agua es fría, fría. Cortante. Mientras que fuera el calor arrecia, porque otra de las bondades que tienen estas islas es un microclima dentro del ya habitual buen clima de las Rías Baixas, meterse entero en el mar se convierte casi en una hazaña. La arena es probablemente de las más blancas que te puedas encontrar. Y de las más limpias. Porque como sabrás, y ese es otro de los motivos que sedujeron a los ingleses, por las Cíes no circulan los coches. Por no haber, no hay ni hotel. El único hospedaje que uno puede tener allí es, como no podría ser de otra forma, natural: el cámping de Rodas. Si buscamos la comida, encontraremos un solo restaurante. Además, el cupo diario de visitas está limitado y solo podremos llegar es en barco (desde Cangas o desde Vigo), como buen destino caribeño que es. Incluidas en el Parque Nacional das Illas Atlánticas de Galicia, venir a las Cíes es rodearse de naturaleza en estado puro. 

CARMELA QUEIJEIRO

AREA BASTA, PUESTA DE SOL DE POSTAL

Por algo está también considerada como Zona de Especial Protección para las Aves y tiene 22.000 parejas de gaviotas que constituyen la colonia más grande del mundo. Aquí todo es un ránking planetario.

Nos marchamos de las Cíes y llegamos a la playa de Area Basta, en Ribeira, donde ya está acabando la tarde. Y así es como Ángeles disfruta de la puesta de sol, en su rinconcito de arena particular. Esta chica no necesita parcelas para delimitar su espacio, porque las rocas ya lo hacen por ella. Es otra de esas calas en las que uno está bien siempre, porque se aleja del abarrote de bañistas y está aislada, aunque ojo porque es ventosa. Area Basta forma parte de un grupo de playas del sur de Ribeira, completado por O Couso, Penisqueira, Cleiráns y Rego de Cargas. La llegada a nuestro arenal a través de un bosque de eucaliptos ya avanza lo que nos vamos a encontrar: una cala virgen rodeada de árboles en sus extremos. Una vez allí, no hay más que fijarse en algunas de sus rocas para descubrir que están repletas de mejillones. Ángeles, a la que veis así de estupenda en la página anterior con su outfit tropical, es más de percebes. Está viendo caer la tarde en la playa porque las mañanas se las dedica al mar desde bien temprano y claro, después de comer, le toca siesta para reponer fuerzas. Sí, es percebeira. Y una asidua a esta cala escondida con forma de ensenada. «La conozco bien porque vivo en Aguiño, y solemos trabajar los percebes por la zona. Aquí en Area Basta hay una roca alta, esa que queda delante, en la que vamos a por ellos», indica. Podría estar hasta arriba de playa, pero cuando hace bueno, Ángeles va a por más. Claro que no es lo mismo trabajar que tumbarse en la toalla. «Me encanta esta porque es tranquila, a mí no me gusta ir a playas llenas de gente. El agua está un poco fría, pero la cala hace abrigo y se está muy bien. Además es natural, no hay casas ni nada alrededor, solo monte. Si quieres comer o beber algo te lo tienes que traer de casa», explica con todo lujo de detalles. Pero, de todas las ventajas de este pedazo de Caribe ribeirano hay una que puede con todas: «A esta cala siempre le da el sol, desde que sale hasta que se pone».

MARTINA MISER

O CARREIRÓN, UNA RECOMPENSA DE ARENA

Y de allí nos vamos de nuevo a otra isla, que las Cíes nos han dejado con mono de más. Atracar en A Illa de Arousa y llegar a las calas que nos regala el Parque Natural de O Carreirón requiere su esfuerzo, pero en cuanto uno llega, obtiene su recompensa en forma de playas únicas. Nos paramos especialmente allí y nos encontramos con otra chica que nos recibe justo en la misma entrada de una de esas maravillas. Pero ojo, que no es una chica cualquiera. A punto de cumplir los 20, Tamara Balsa es la representante de la provincia de Pontevedra para el certamen Miss Mundo España, que se disputará en septiembre. Y, si gana, se irá como representante española a Shanghái. Ya tuvo alguna que otra experiencia publicitaria como imagen, pero nada de este nivel. Y obviamente, ya tiene su recorrido también en esto de las fotos en la playa. Pero YES ya puede decir que le hizo su primera sesión en las de A Illa. «Vengo muchísimo, incluso en invierno, porque a mí la playa me da tranquilidad, pero es verdad que estas son las primeras fotos que me hacen aquí», dice Tamara, que cuenta lo que más disfruta: «Te metes entre los árboles y vas descubriendo calas y rincones que no encuentras en otros sitios».

Y es que el parque natural es un espectáculo. Garzas, patos y todo tipo de aves podemos encontrar en esta zona de especial protección que también reúne a muchas especies silvestres, por lo que no es raro encontrarse por allí con un conejo o un lagarto. Si algo tiene A Illa, es variedad: dunas, marismas, pinares y un paisaje que incluso continúa por debajo del agua se compaginan con calas diferentes. «Eso es lo que más me llama, la isla ofrece muchas posibilidades. Aquí hay playas para todos los gustos y a mí me gusta cualquier playa, pero es que aquí las tienes todas», dice Tamara.

Y ya que estamos con una chica de Arousa, no podemos evitar preguntarle por el pique. ¿Qué tiene A Illa que no tengan las Cíes? «Es verdad que las Cíes tienen un microclima que hace que siempre esté mejor tiempo, pero el agua de allí es más fría que esta», responde diplomática. Hasta en un tema delicado como este, ella se moja. Que no en el agua, eh, porque el frío no lo lleva nada bien. A pesar de que el clima no sea tan, tan cálido, en O Carreirón el sol pega fuerte y esta cala es recogida. «Siempre le da el sol, a todas horas», asegura. Y si nos entra la sed, muy cerca de ese caminito de arena en el que nos espera Tamara tenemos un chiringuito en el que aliviarla. Eliminado el viento, queda un mar tranquilo, sin olas.

Y nuestra Miss Mundo, aunque no se bañe mucho, en A Illa se encuentra como pez en el agua.

Ana Garcia

UN CUENTO DE HADAS EN AREA DAS VACAS

Seguimos de cala en cala hasta Area das Vacas, en Cabana de Bergantiños. Uno llega y se da cuenta automáticamente de que este rincón no es solo paradisíaco, sino que además tiene un aire de cuento de hadas. Rocas, un entorno boscoso precioso y un litoral mágico. Todo esto, en tan solo 40 metros de longitud por 10 de ancho. No hace falta más. Arena dorada y, eso sí, un oleaje que puede ser fuerte y que a veces complica un poco el baño, aunque con un agua de color turquesa que no para de llamarnos. Situada en la parroquia de Canduas, esta cala de juguete presenta un estado prácticamente natural. Allí están copa en mano Uxía y Yago, esta pareja tan riquiña que tienes a tu derecha: «Nós seguimos indo moito, á parte de pola tranquilidade, tamén porque as vistas son espectaculares», dicen. Pero, ¿por qué Area das Vacas? Responden que porque era un lugar común en el que los vecinos de la parroquia llevaban a pastar a las vacas. Pero los tiempos cambian, y a día de hoy parece que es un punto de reunión para quienes practican la pesca deportiva. También suelen hacer allí esnórquel, eso sí, más te vale ponerte el neopreno porque los que conocen la playa saben que el agua está fría. Esa es, quizás, la principal diferencia entre Galicia y Punta Cana. Aquí el agua no será un caldo, pero el espectáculo natural está asegurado. Y el paraíso, también.