Pongamos las cuentas claras

YES

Getty

¿FONDOS COMUNES O SEPARADOS? Esa es la cuestión. Cada vez más parejas dejan atrás la cuenta única y se apuntan a tener cada uno la suya con una tercera en común para los gastos domésticos. ¿Desconfianza o intimidad económica? ¿Qué fórmula es la mejor? El Banco de España se posiciona... y los expertos también.

02 dic 2017 . Actualizado a las 05:05 h.

Las cuentas, claras. Eso es lo que quieren cada vez más parejas en su economía doméstica. Hasta hace unos años, la cuestión ni se planteaba. Una única cuenta era la que regía todas las casas para todos los gastos, los individuales y los comunes. Pero la cosa ha cambiado. Aunque sigan siendo muchas, muchísimas las parejas que continúan con la fórmula clásica, cada vez más se apuntan a tener su propia cuenta y compartir una tercera en la que se deposita cada mes el dinero destinado a todos esos gastos fijos que comparten. Eso sí, las nóminas entran en sus cuentas correspondientes. ¿Desconfianza o intimidad para esos caprichos o gastos que decide hacer uno mismo a su cargo?

El Banco de España ya se ha posicionado al respecto. Y sí, nos confirma que se queda con la segunda fórmula y nos remite al texto que recoge el portal Finanzas para Todos, que forma parte del Plan de Educación Financiera que desarrollan conjuntamente la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) y el Banco de España. Ambos destacan que la decisión a tomar es hasta qué punto «unir o mantener separadas las cuentas bancarias. «Un arreglo que puede dar buen resultado es distinguir entre ‘lo nuestro’, lo tuyo’ y ‘lo mío’», y especifican que «las cuentas para ‘lo nuestro’ deben tener prioridad sobre las personales».

En el primer escenario, el de esas parejas que tienen todas sus cuentas en común, conviene tener una cuenta a la vista conjunta para los gastos comunes -la hipoteca y otros préstamos de ambos, luz, agua, comunidad...-, y puede ser recomendable que cada miembro de la pareja tenga una tarjeta de débito y una tarjeta de crédito para sacar dinero y para pagar los gastos no domiciliados, como por ejemplo la comida. Pero es muy importante ponerse de acuerdo de antemano sobre qué gastos se consideran comunes y no utilizar estas tarjetas para compras personales. También conviene comentar y llegar a un acuerdo antes de utilizar la tarjeta para cualquier adquisición importante. A mayores, nos recomiendan tener otra cuenta de ahorro remunerada conjunta para el dinero destinado al fondo de emergencia, ese colchón de seguridad para cubrir gastos extraordinarios, y hacer inversiones a largo plazo a nombre de los dos para grandes objetivos comunes como la jubilación, la compra de una casa o la educación de los niños.

En el otro lado, el de las cuentas separadas, las dos entidades se pronuncian sin tapujos: «Por muy bien compenetrados que estén usted y su pareja, no siempre van a tener el mismo criterio de gasto. Es muy recomendable que cada uno disponga de su propia cuenta con dinero para sus caprichos personales», y lanzan una aclaración importante: «Una cuenta separada no implica una falta de confianza en su pareja, ni tiene por qué ocultarse su existencia. Tener una cierta libertad para ahorrar o gastar el dinero propio a discreción puede evitar muchas discusiones. Lo más importante es primero cumplir con las contribuciones necesarias para la cuenta en común y después destinar lo sobrante a las cuentas individuales».

¿Y SI UNO NO INGRESA?

Este es un método que ven positivo también en el caso de que uno de los dos miembros de la pareja no perciba ingresos, porque «dedicarse a las labores de casa y al cuidado de los niños es un trabajo tan importante (o más) que cualquier empleo fuera de casa y significa una aportación crucial a la familia. Sería una injusticia y el origen de mucho resentimiento si el miembro de la pareja que queda al cuidado del hogar tuviera que pedir dinero para cualquier gasto personal. Mantener una cuenta separada para cada cónyuge es una forma de reconocer y respetar las aportaciones de cada uno», afirman.

Ivonne Pousa, family banker del Banco Mediolanum, está completamente de acuerdo con el Banco de España. «Aconsejo las cuentas separadas con una tercera común, porque está bien que cada uno tenga sus propios gastos, pero además es que yo veo que la gente de esta forma gasta menos y se organiza mejor. Este método permite planificar mucho mejor los gastos. Si destinas un porcentaje de tu sueldo a lo que es imprescindible para vivir, sabes cuánto te va a quedar para el ocio o el ahorro. La decisión de gastarlo o de ahorrarlo ya es tuya, aunque nuestro consejo siempre es ahorrar una parte», indica. En definitiva, Pousa nos aconseja que «el dinero trabaje para ti, y no que tú trabajes para el banco endeudándote con un préstamo cada vez que necesites hacer un desembolso grande», explica. Y eso está al alcance de tu mano tengas como tengas las cuentas.