Joel Bosqued: «Si eres una persona normal no te gustas cuando te ves»

YES

cedida

Dice que él trabaja como actor, pero que todavía no lo es porque no sabe lo que pasará mañana. De momento ayer estrenó película, «Que baje Dios y lo vea», una comedia que «ha quedado muy bien» a pesar de que él no se guste a sí mismo.

06 ene 2018 . Actualizado a las 17:44 h.

Detrás de esos ojos azules se esconde un joven divertido en las distancias cortas y tímido cuando no lo son tanto. Joel Bosqued (Zaragoza, 1990) es una de las promesas del cine español. Lleva desde los 14 años intentando hacerse un hueco en el mundo de la interpretación, aunque como él mismo dice, por el medio haya tenido que trabajar de todo «menos de lo que quería trabajar». En el 2017 sí lo hizo. Fue un buen año y no le importaría que se repitiera. De momento empieza bien. Estrenando peli y haciéndonos reír.

-¡Qué mejor regalo de Reyes!

-La verdad es que sí, es un regalazo trabajar en lo que te gusta y en mi caso, además, hacer una peli porque estoy más acostumbrado a hacer series. Espero que vaya muy bien y que sea el mejor regalo de Navidad de la historia.

-Nos vamos a reír mucho...

-Tiene mucho gags, pero también tiene muchos valores y hay momentos en los que se te ponen los pelos de punta. Va un poco más allá de una comedia.

-¿Hay un mensaje de superación?

-Hay muchos. El personaje que interpreta Karra Elejalde es un monje, un cura de toda la vida, tradicional, recto, que vemos cómo evoluciona. Es un mensaje también al día a día, a la sociedad que estamos viviendo. Hace muchos años las cosas se hacían de una manera y ahora se hacen de otra. No hay que quedarse estancado, hay que evolucionar, siguiendo el camino que tú quieras seguir, pero acompañando a la sociedad. Mi personaje también tiene dudas con su vida, no sabe qué camino escoger, y esto también pasa. A veces dudamos si ir por un lado o por otro, desde coger una casa u otra, y muchas situaciones cotidianas que te hacen sentar a escucharte. En el caso de mi personaje, está entre el amor y su vocación.

-Si te pasara en la vida real, ¿lo tendrías claro? Porque a priori no son muy compatibles...

-No sé si son compatibles, pero sé que tú puedes hacer el bien o ayudar a los demás y tener amor también. Creo que esto es evolución. El «si eres cura no puedes tener pareja, ni mantener relaciones sexuales...», ¿y por qué no? No es compatible moralmente ni éticamente porque es lo que hemos estudiado o lo que nos han enseñado, pero por qué no.

-A ti lo del fútbol, ¿qué tal se te da?

-Se me da bien, a mí me decían: «¿Has tenido que aprender?». Y yo: «Al revés, he tenido que desaprender». Porque los personajes no jugaban nada al fútbol y he intentado que parezca que no he tocado un balón en la vida, pero es complicado. Al final ha quedado muy bien, uno nunca se gusta, pero cuando veo a mis compañeros veo que se ha conseguido.

-«Uno nunca se gusta». ¿No te sientes satisfecho o es autoexigencia?

-Está un poco el rollo de autoexigencia pero si eres una persona un poco normal, con los pies en la tierra y dos dedos de frente, cuando uno se ve en un vídeo o se escucha la voz nunca se gusta. Te puedes gustar más o menos en una foto, pero no te gustas, y si no te gustas como tú, imagínate cuando interpretas a una persona. Por norma general, puedo hacer un análisis súper crítico y decir: «No está mal», pero la realidad de cualquier persona que no sea una estrella del rock es que no te acabas de ver. A mí me da mucha vergüenza verme, me estoy viendo y empiezo a sudar...

-Con 9 años te llevaron a un cásting... ¿Lo de la interpretación te vino dado?

-Una amiga de mis padres era modelo, y lo típico: «Qué niño tan majo, dame unas fotos y a ver si hace algo». A través de esto, empecé a hacer muchísima moda, reportajes, publicidad, campañas, y cuando tenía 14 dije: «Pues esto de las fotos no me mola tanto». Me gustaba más el teatro. Empecé en la escuela de arte dramático de Zaragoza y tuve la suerte de que el día que me fui a apuntar había un cásting y me cogieron. A raíz de ahí me empezó a picar el gusanillo. Estuve tres años haciendo la obra, y en ese transcurso de los 13 a los 16 dejé de hacer publicidad y moda, y me metí en el mundo de la interpretación.

-Te vas a Madrid a buscarte la vida con solo 16 años.

-Primero estuve haciendo una serie e iba y venía. Volví a Zaragoza, pero por situaciones personales y cosas que pasan en la vida decidí marcharme con 17 años a Madrid, y estuve trabajando de todo menos de lo que quería trabajar, de camarero, de mozo de almacén...

-Todavía eras un crío...

-Para hacer papeles de adolescentes cogen a tíos de 30 años, que son casi los que tengo ahora, porque físicamente tienes el cuerpo de un hombre pero por la cara todavía puedes hacer de chaval muy joven. Lo que les gusta a las chicas es que ven a un hombre, pero haciendo de adolescente. No se enamoran del adolescente, cuando tienes 16 te gustan los de veintipico, no los de tu edad. Cuando me fui a Madrid me encontraba en una edad en la que no podía hacer ni de niño ni de adolescente, era grande para hacer de niño, pero no daba para hacer de adolescente porque tenía el cuerpo de un chico de 17. Al final estás ahí, esperas y van llegando oportunidades.

-Dices que todavía no te consideras actor. ¿Qué tiene que pasar?

-Lo digo siempre, porque yo no sé al año que viene lo que va a pasar, igual no vuelvo a trabajar nunca. Cuando tenga 70 años, si llego, y tenga una casa, una familia, diré: «Ostia, pues soy actor». ¿Ahora qué soy? Estoy trabajando como actor, y me gusta, pero no sé si dentro de seis meses voy a estar poniendo copas o de comercial. Ojalá que no.

-Te han incluido en la lista de los 15 actores con más estilo. ¿Sigues las tendencias?

-A Joel le gusta ir cómodo. Joel va en chándal. Me da bastante pereza arreglarme. Cuando tengo que ir a alguna cosa, que también me da pereza, voy con lo que mejor me siento, pero es verdad que no me gusta ir como el resto de la gente. Cuando hay un evento hay muchas opciones, pero para los hombres parece que el traje y ya. Yo intento salirme de que parezcamos todos camareros.

-¿Te gusta mucho cambiar de look?

-Estamos muy sujetos a los personajes, por eso cuando acabo un rodaje y veo que tengo tiempo y puedo hacer lo que quiero, pues lo hago. A veces me queda mejor y otras peor.

-Los eventos, las promociones y demás saraos... ¿tu papel más difícil?

-Sí, lo llevo bastante mal. Hace como tres años tuve una crisis existencial, dejé de trabajar muchos meses, porque me gusta lo que hago, pero a veces no lo que conlleva. Es cierto que yo también hago lo que me da la gana. Hay gente que le gusta ir a los saraos y a mí no. A mí hace años me decían: «Pero ahí es donde consigues trabajos, conoces directores...» . Y yo: «Mira, si me tienen que contratar que sea haciendo veinte cástings, y si no me tienen que contratar, que no me contraten». Que conste que no conozco a nadie que por ir a este tipo de cosas le haya salido trabajo, hay veces que tienes que ir porque te están contratando marcas y tienes que ir. Pero yo tuve una crisis, dije que no trabajaba, y no trabajé.

-¿Es por timidez?

-Con la gente que tengo confianza soy muy divertido, pero por norma general no conoces a la gente, y ponerme delante de un photocall... ¡Uff, yo me muero de vergüenza! Mi repre a veces me lo dice: «Joel, tienes que sonreír». Y yo: «Es que no puedo».

-¿Tu madre es tu mayor fan?

-Es que las madres son las madres. Pero te podría decir mi madre, mi abuela, mi tía... Yo creo que a cualquier persona de mi familia le preguntas y te dicen que soy la hostia, pero claro no son objetivas, te ven con otros ojos, que está muy bien, pero también necesitas que te digan: «Oye, en este papel no lo has hecho bien».

-¿No son críticos contigo?

-No, no. En general hay muy poca gente sincera que te diga: «Joel, he visto la peli y que no».

-Entonces, cuando quieres que te digan la verdad, ¿a quién recurres?

-A nadie, porque nadie me dice la verdad. Te puede doler, pero creo es la única manera de aprender, y a nivel profesional a todos nos gusta crecer.

-¿Qué le pides a los Reyes?

-Me gusta más regalar a que me regalen.

-Algo pedirás...

-Salud, y que en lo profesional me vaya al menos tan bien como este año.