¿Cuál es el peor mes?

Inés del Mar

YES

maurusone

LOS DÍAS MÁS GRISES. Todos tenemos fobias y, a veces, estas tienen nombre propio en el almanaque. Después de analizar una por una las doce piezas del calendario, hemos llegado a una conclusión. Esta época no nos conviene nada. ¿Lo peor? Cuesta pronosticarla.

27 ene 2018 . Actualizado a las 05:00 h.

El año suele empezar cargado de retos, cuando no de obstáculos. La fiesta se para de golpe el 1 de enero. Hay que afrontar la resaca de las tareas y las cuentas pendientes. Desearíamos viajar en el tiempo, a los meses cálidos. Queda por delante el largo invierno. Seguro que en su entorno, familiares, amigos o compañeros de trabajo le han expresado en más de una ocasión su aversión a ciertos meses, ¿cuál es el peor de año? Febrero y noviembre se disputan la respuesta, aunque desgranamos los pros y los contras de algunos otros en el calendario. Tal vez, si los identificamos, seamos capaces de llevarlos mejor.

LOS DÍAS MÁS ABURRIDOS

Si un mes bueno viene marcado por la excepción que nos salve de la rutina, este 2018 tres se pueden hacer especialmente largos para los gallegos. Ni abril, ni junio ni tampoco septiembre nos premian con ningún festivo nacional o autonómico. El segundo día de abril, el lunes de Pascua, será no laborable solo en algunas localidades. Algo parecido ocurre con febrero, donde los carnavales, a pesar de su arraigo, no son jornada de asueto en la totalidad de concellos. Sin embargo, estos cuatro meses tienen algo bueno: tienen 30 días. Además, excepto febrero, el resto se suele relacionar con el incremento de horas de luz y temperaturas más cálidas. A no ser que la astenia primaveral o las alergias sean un problema.

EL PEOR TIEMPO

Si la meteorología va a ser determinante, diciembre tendría todas las de ganar como peor mes. Es el más lluvioso en Galicia según los registros históricos y, también, el que más oscuridad nos brinda. El día 21 es el de menos luz del año, apenas nueve horas. «Varios estudios han corroborado que si hay algo que condiciona el estado de ánimo a nivel general es la luz. Su ausencia se vincula con la posibilidad de desarrollar estados depresivos. En los países nórdicos hay incluso políticas de estimulación lumínica», apunta el psicólogo Manuel Lage. Las Navidades suelen compensar la balanza. Al menos, para los más hogareños. Noviembre gana enteros como el mes más triste. Todavía nos estamos acostumbrando a las puestas de sol a las cinco de la tarde tras el cambio de hora en octubre y hay que ahorrar para diciembre. ¿Lo bueno? Es la mejor temporada para disfrutar, por ejemplo, de los colores de otoño. Los adictos a las compras añadirían aquí el Black Friday. Las temperaturas más bajas llegan a partir de enero. Unidas a la famosa cuesta producida por el gasto desenfrenado en Reyes o Papá Noel, convierten al mes inaugural del calendario en el más inclemente. En los hospitales gallegos es también el del pico de gripe. La epidemia se agudiza y hay que andar con ojo para no cogerla. Le pisa los talones febrero. Con toda certeza, si hace una encuesta entre sus allegados, es un mes poco apreciado. Menos mal que está San Valentín para salvarlo. No es aquí cuando el corazón más padece: «es en las vacaciones familiares cuando tenemos más consultas, con diferencia», apuntan desde el bufete especializado en divorcios Abella Moreno Abogados. «Se nota mucho porque son épocas críticas en los despachos. Cuando empieza nuestro descanso estival es cuando recibimos más llamadas. En julio y agosto, sobre todo. Otra cosa es que luego se materialicen en septiembre, ya que muchas se diluyen», añaden.

Si la pregunta del reportaje se la formulamos a un economista, su punto de vista sería muy diferente: los meses del verano son los peores para la Bolsa y para hacer inversiones. «No hay ningún estudio que demuestre que un cambio estacional, o mensual, puede influir en el estado anímico general. Los biorritmos se adaptan a los cambios. Es una cuestión de expectativas. El resultado de la ecuación entre lo que esperamos y conseguimos. La perversión de la sociedad que se empeña hacer inalcanzables esas metas», afirma Manuel Lage. Llegados a este punto: ¿Qué conclusión extraemos? Aproveche cada uno de los días del almanaque. Lo único seguro es que no se repiten.