Llega el Montessori para perros

YES

MARTINA MISER

UNA NUEVA ESCUELA asoma la pata en el campo del aprendizaje. La educación en positivo es una tendencia perruna en boga en Galicia, pero hay profesionales en otros puntos de España que van un guau más allá. ¿Cómo educamos a un animal?

20 nov 2018 . Actualizado a las 12:58 h.

¿Es posible un Montessori para perros? «Perfectamente. De hecho, lo estamos haciendo. Los perros llevan 60.000 años y pueden vivir sin nosotros. Parece que los metemos en casa y no pueden ver a otros perros... Si esto pasa, quizá no lo estemos haciendo bien. Hay que plantearse cómo se desarrolla un perro en la naturaleza para acercarlo a eso y que salga su esencia», dice Laura Chaguaceda, fundadora de Convivirconperro, escuela basada en la confianza, la empatía, la sinceridad y el respeto entre humano y perro. «Yo pasé por el conductismo, y no funcionó. Probé distintos modelos. El Montessori es un paso más allá de la educación en positivo. Para mí la crítica fundamental al modelo basado en premios y castigos es que yo le digo al perro lo que tiene que hacer, de acuerdo con lo que quiero. El típico ejemplo de ‘Quiero que se siente antes de cruzar un paso de cebra’. La idea es que no cruce, da igual que lo haga sentado, de pie o haciendo el pino, ¿no? Él tiene su propio criterio», expone esta educadora canina de León y afincada en Málaga. En Cataluña y San Sebastián Montessori también ha asomado la pata en el mundo animal. En Galicia, la empresa Yaracan, que sostienen Julia y Eugenia, es una de las que se acercan a esa línea constructivista potenciando «la educación en positivo. Es un modelo que no se basa en la obediencia, sino en la colaboración, en que el perro haga las cosas por el gusto de hacerlas, porque quiere. Aquí no hay tirones de correa ni castigos», explica Julia. Pero sí recurren a premios cuando se trata de cachorros, «siempre asociados a caricias».

En el Montessori para perros, en cambio, no hay recompensas. Su punto clave es observar, dice Laura, «porque a tu perro no le gustan las mismas cosas que al mío». «La receta es descubrir qué le gusta, qué le pone nervioso, y para esto tenemos que aprender nosotros, porque a veces manejamos creencias que no coinciden con lo que es. Por ejemplo, hay gente que abraza a los perros...». ¿Y abrazar a un perro entonces no está bien? «No es su naturaleza. Como dice un profesor mío: ‘¡Los estamos convirtiendo en ‘chimpaperros’! Nosotros somos de abrazar, pero no. Ellos son de contacto, es diferente». Será distinto un perro pequeño que otro grande. «Un perro grande tiene las mismas necesidades que uno pequeño», afirma. Tirando del hilo, nada de llevar al yorkshire en el colo, ¿no? «Claro, ¡es que son perros, no muñecos! Un perro tiene muchas necesidades aparte de salir a la calle, como olfatear el suelo, por ejemplo», dice.

¿Qué necesita, sobre todo, un perro? «Tienen tres características principales: son sociales (necesitan estar con otros perros), son cazadores (no han nacido para estar atados, hay que proporcionarles momentos en que puedan estar sueltos, sueltos con otros perros) y necesitan libertad. «A nosotros, por más que nos den comida, alojamiento, o todo hecho, o tengamos la cama más cara, si no somos libres, podemos volvernos locos», apunta Laura, que dice que un perro aprende a acertar equivocándose: «Ellos también tienen que fallar, así es como aprendemos».

La seguridad, proporcionar al animal un entorno seguro, es clave para evitar problemas como la ansiedad por separación, y ayudar a un perro, a la empática manera Montessori, a aprender a quedarse solo en casa por momentos. «Dándoles un entorno seguro, enseñándoles, puedes quedarse en casa solos perfectamente», dice Chaguaceda.

¿MASCOTAS SIN LÍMITES?

¿Se portan peor los perros consentidos, cumplen el tópico que pende de los niños mimados? «El problema del mal comportamiento hay que ir a buscarlo un paso antes. ¿Por qué un perro me está pidiendo comida si puede comer después? Hay que tener en cuenta que no es lo mismo que te pida comida un cachorro de 3 meses que un perro de 5 años; si son cachorros puedes entender que no tengan autocontrol, ¿no? ¿Qué podemos hacer con un cachorro para no estar en el enfado y el no sistemático? Ponerle a él de comer cuando vamos a comer, y recurrir a un juguete para que no te esté pidiendo. Pasa un tiempo y él se va haciendo. Le has ayudado dándole opción. Si un perro de 5 años no ha aprendido a comer, hay que ir atrás. Hay que volver a la infancia. ¿La primera vez que te dolió eso dónde está?», propone la educadora al estilo Montessori.

«Hay distintas maneras de poner límites; y unas se basan en la observación y el respeto. Montessori dice que, cuando llega un niño, hay que adaptar la casa. Igualmente, si recibes a un cachorro no tiene sentido que tengas en medio del salón un jarrón chino enorme, ¿no? Si adecúas los espacios, retiras objetos que el perro no puede tocar y le proporcionas materiales adecuados, ya estás poniendo límites».

Ni castigos ni premios

1. Observación: La primera clave del Montessori para perros, que aplica Convivirconperro, es observar al animal para ver sus necesidades.

2. Seguridad y respeto: El Montessori evita castigos y recompensas, y se basa en proporcionar al perro un entorno seguro, respetando su criterio y sus etapas evolutivas.

3. Contacto, no abrazos: El perro, subraya la educadora Laura Chaguaceda, necesita contacto, pero no abrazos. «No son humanos ni muñecos», subraya.