A la familia le cae la baba. A sus 55 años el exjugador del Deportivo y del Celta Vicente Celeiro acaba de debutar como abuelo, al igual que su mujer, Carmen Vidal. «Soy un abuelo joven», comenta el exfutbolista natural de Vilalba. La pequeña se llama Rocío y vino al mundo en la maternidad Belén de A Coruña. Sus padres son Borja Celeiro y Elena García. Tanto la madre como la pequeña están perfectamente. Pero surge una cuestión muy importante: ¿la niña será deportivista o celtista? Y es que lo celeste y lo blanquiazul está muy entremezclado en los Celeiro. Es casi como la singular fusión de Real Club Celta y Real Club Deportivo que esta semana hizo el nuevo entrenador vigués durante su presentación. Resulta que Vicente tiene dos hijos, Borja, de 28 años, que nació en el mismo hospital coruñés que Rocío, y es seguidor del Celta. Y Adrián, de 24, que nació en Vigo pero es aficionado del Deportivo. El mundo al revés. «Es la primera niña de la familia y, como vive en A Coruña, será del Dépor», reflexiona Vicente. Cuando Rocío crezca le contarán que 30 años antes de que ella naciese, el abuelo marcó un gol trascendental en la historia del Dépor. «Entonces estaba soltero», recuerda el delantero-abuelo con buen humor y cargado de felicidad.
CON IVÁN FERREIRO
Esperaba que cantase alguna del último disco, pero el recital de Iván Ferreiro fue un repaso de su trayectoria. Sus éxitos de siempre, pero nada del homenaje que tributa a Golpes Bajos en su reciente Cena recalentada. Habrá que esperar a un próximo concierto. Me llamó la atención que en la actuación privada organizada por Ron Brugal eran mayoría los que en su día estudiaron la ESO y muy pocos los que cursamos EGB. O, lo que es lo mismo, si llego a preguntar al centenar de afortunados que acudieron a la cita quién conocía a Vicente Celeiro creo que podría contar con los dedos de una mano los que sabrían decirme que fue un futbolista profesional. Unos y otros cantamos clásicos como Años 80, y otros más. «Tengo algo de bronquitis pero espero estar a la altura», comentó Iván, que fue de menos a más en la actuación. Empezó con la voz bastante tomada y se fue entonando. La invitación incluía tres consumiciones de Brugal que los de la ESO acabaron antes de los bises. Yo, que soy de los que vi jugar a Vicente Celeiro, solo tomé una. Un ron con naranja, que es lo que vi que pedían los que estaban al lado en la barra de la sala Inn.