Así te enferma la oficina

Amanda Val

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demaerre

EL CUERPO LO NOTA Si a tu alrededor no hay unas buenas condiciones de trabajo, acabarás cayendo. Un médico nos alerta de cuáles son los problemas que más nos afectan por las exigencias de nuestro puesto

27 ene 2019 . Actualizado a las 12:19 h.

Empieza por apuntar bien todo esto porque te interesa mucho. A ti, que trabajas más de ocho horas sentado delante del ordenador; a ti que comes en un túper que te llevas a la oficina; a ti, que conduces varios kilómetros para llegar a tu puesto; a ti, que no ves el horizonte de los días libres porque llevas currando seguido más de una semana; a ti, que no quieres ni mirar a la cara a tu jefe; a ti, que has perdido la cuenta de los turnos que haces con tus compañeros; a ti, que lo sepas, todo esto te interesa. Ojalá lo leas a tiempo y puedas prevenir algunas de las condiciones que te sientan mal y ojalá lo lean tus responsables para que las cosas cambien lo antes posible, pero mientras tanto te informamos de que la oficina te está poniendo enfermo. No es exagerado, si apuntamos, como explica el doctor Carlos Notario, médico del trabajo en la gerencia del Chuac, la cantidad de dolencias que nos está produciendo nuestra manera de enfrentar el día a día en la empresa. Hoy lo hemos enfocado en una oficina, porque desde luego las circunstancias varían si se trabaja en una cadena de montaje en una industria, en lo alto de un andamio, detrás de un mostrador o en una peluquería. Cada puesto tiene lo suyo, pero las oficinas, en un sentido amplio, pueden causar un conjunto de problemas gordos que cada día afectan a más personas.

En opinión del doctor, las más comunes son las que están relacionadas con la vista por una razón obvia: nos pasamos mucho tiempo con el ojo puesto en una distancia concreta, la que impone el ordenador, y que puede ayudar a que se desencadene antes la presbicia, o que evolucione de manera más rápida. «El ojo debe acostumbrarse a fijarse en diversas distancias, pero si te pasas el día forzándolo en una, y al llegar a casa, o bien continuas con el trabajo o por hobby te impones una tablet, un ordenador o un móvil, eso hará que te afecte más», explica el experto, para quien no hay duda de que otro de los graves inconvenientes de la oficina son todos los problemas que afectan a la columna y a los miembros superiores. «Yo recomiendo hacer micropausas, levantarse cada hora o cada cincuenta minutos, porque al menos esos parones ayudan a modificar los hábitos en la jornada. Si estás mal sentado, y forzando la mano en el ratón del ordenador, lo más común es que surjan problemas en el túnel carpiano (la muñeca) y todo tipo de trastornos musculoesqueléticos, porque se contraen por la postura, además de los problemas circulatorios como las varices».

ROMPE LAS RUTINAS

De ahí que el médico insista en la necesidad de romper las rutinas moviéndose lo máximo posible dentro del ámbito laboral. En su opinión, los requerimientos o dinámicas de un puesto pueden afectar a muchos niveles que favorecen también el riesgo de padecer estrés. «Un trabajo de cara al público o que mantenga una cadena de producción con un ritmo impuesto por el reloj favorece la ansiedad y deriva en múltiples problemas: alteraciones del sueño, digestivos, presión arterial…», concluye Notario, que evidencia que las formas nuevas de comer en la oficina (prácticamente sin tiempo) han aumentado las dolencias de estómago. «Por eso -advierte él- es importante comer lo más natural posible y siempre poca cantidad, para favorecer la digestión y no caer en alimentos grasos, que aumenten el colesterol, o con mucha sal, que suban la tensión». Y alerta de que a partir de una edad, los 55, por ejemplo, en el ámbito sanitario, muchos médicos pueden quedar exentos de guardias porque sin duda el ser humano «no está hecho para trabajar de noche», «pero sobre todo no está hecho para que le interrumpan el sueño constantemente», por eso insiste en la importancia de un buen descanso (en la medida de lo posible evitar esos turnos durante años) y en establecer pausas en la semana. «Está demostrado que el viernes no rindes igual que el lunes, así que imagínate si llevas 12 o 14 días trabajando; en ningún caso, aunque acumules días de descanso después, recuperarás esa vitalidad», explica Notario. Lo dicho, para evitar enfermedades, toma nota y aplícate el cuento. La oficina debe asumirlo cuanto antes, si no lo que le espera más pronto que tarde, es otra baja más.