«Mis hijos dice que soy como un niño grande»

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MARCOS MÍGUEZ

16 mar 2019 . Actualizado a las 05:00 h.

La aventura de ser padre empezó hace 19 años, cuando nació su pequeña Andrea. «Iba acojonado por la calle Real el día que fui a dar la cara y contarle a mi suegro la noticia». Carlos se convirtió en superpapá con 20 años. A su lado Bea, con 18 añitos. «Repetí dos cursos y estábamos en COU cuando se quedó embarazada». Recuerda perfectamente ese momento en el que su vida dio un giro radical: se casaron y al día siguiente Carlos se puso a trabajar. No les fue nada mal y la familia fue creciendo. Bea y Carlos son padres de Andrea, la mayor, de Antón, de 14 años, y Alicia, de 7 años. «Son la triple A».

Con Carlos llegan para la foto los tres hijos, sonrientes, totalmente organizados y sincronizados. «Me dicen que soy como un niño grande», apunta.

Carlos es el amo de casa. Mientras Bea trabaja, él estudia para sus primeras oposiciones y cuida de los niños. «Me encanta cocinar y dejo la comida preparada por la noche. Por la mañana llevo a Alicia al colegio y espero por Antón, que viene a comer al mediodía. La mayor, Andrea, se reparte conmigo las tareas por la mañana, antes de irse a clase por la tarde». Tiene la casa llena de pósits con apuntes y leyes del temario de las oposiciones que los pequeños le preguntan cuando menos se lo espera. «La pequeña está convencida de que voy a aprobar, y el otro día nos dijo que nos invitaba a cenar por ello. Que ella tenía una moneda… de 50 céntimos para invitarnos a todos», se ríe.

Carlos vive por y para su familia: «Me encanta ser padre, no lo puedo negar». Ser papás tan jóvenes «fue un poco duro, pero tuvimos mucha ayuda por parte de los abuelos». También tenía sus ventajas: «Éramos los únicos de la pandilla que teníamos casa y un bebé, así que era la novedad y la casa siempre estaba llena de gente. Andrea se crio con toda la pandilla, son todos como sus tíos», recuerda Carlos. No le importaría volver a ser papá: «Veo un bebé y me vuelvo loco», pero cree que ahora es el momento «de disfrutar un poquillo». A este superpapi le encanta pasar tiempo con los pequeños: «Siempre fuimos de hacer planes, recuerdo llevarlos en la mochila a hacer senderismo». Como padre, cree que lo más importante que puede darles son valores:

Este martes será su gran día: «¿Que si vamos a celebrar el Día del Padre? ¡Por supuesto! Nosotros somos de celebraciones para todo: por cumpleaños, santos, exámenes y aprobados. Siempre hacemos una comida o cena familiar y le pido a mi mujer que me haga una tartita de las suyas, que se le dan muy bien los postres».