¿Qué hago si me quiero divorciar?

A. VÁZQUEZ

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AndreyPopov

LOS BIENES Y LOS HIJOS son los dos grandes puntos de discordia en una separación. Los españoles nos divorciamos, de media, a los 45 años y en la mayoría de los casos de mutuo acuerdo. ¿Cuál es la mejor opción?

09 oct 2019 . Actualizado a las 17:14 h.

Un divorcio tiene un coste afectivo, familiar y económico, pero dar el paso no implica, necesariamente, un desembolso de dinero. La Xunta tiene un servicio de asistencia jurídica gratuita al que se puede acceder en función de un máximo de ingresos y el número de personas a cargo, en un proceso de divorcio como en otro asunto judicial. ¿Un divorcio se resuelve por la vía judicial? «No siempre. Cabe la posibilidad del divorcio notarial, pero deben cumplirse unos requisitos y el principal es que no haya hijos menores a cargo, porque cuando los hay cualquier medida que se tome tiene que supervisarla la Fiscalía, que protege al menor», explica Marta Vilariño Sánchez, de Mediare Abogados.

¿Notarial o judicial?

Hijos y bienes son los dos principales puntos de discordia entre dos que deciden tomar caminos diferentes. Y en España no ocurre lo que en Estados Unidos. No es parte del guion el «¿Me concede el divorcio?». «La causa como tal no existe. Antes de que se reformase la ley del divorcio del 81, alegabas una causa, sí, pero no en el sentido de que el marido, o la mujer, deban conceder el divorcio. El divorcio es una solicitud y el que decide es el juez, a menos que no haya hijos, caso en el que también podría hacerlo el notario», detalla. El primer paso recomendable para afrontar un divorcio es consultar con un abogado. Y tratar de buscar el camino del mutuo acuerdo. Según los últimos datos que ofrece el INE, relativos al 2017, nos divorciamos, de media, superados los 20 años de matrimonio, cumplidos los 45 de edad, cuando hay hijos en común y hasta en un 77 % de los casos de común acuerdo. «A veces este no lo alcanzan los propios cónyuges porque la situación es muy tensa. Si es así, a través del despacho se trata de mediar. En función de la situación, establecemos un primer contacto, a través de una carta o por teléfono, para exponerle a la otra persona que el cliente, pongamos, quiere llevar a cabo un divorcio de mutuo acuerdo», exponen desde Mediare.

¿Cuánto se tarda?

El tiempo que lleva formalizar un divorcio es difícil de calcular, pero suele oscilar, según los últimos datos del Instituto de Estadística, entre los cuatro y los diez meses. El notarial suele ser más rápido que el judicial, y solo depende de cuando se consiga cita para formalizarlo; podría resolverse en solo una semana. Una vez que entramos en el juzgado, de acuerdo con las fuentes consultadas, se puede seguir un procedimiento de mutuo acuerdo o un procedimiento contencioso.

Los niños no van a juicio. «Desde los 12 años, es obligatorio que el juez los escuche», apunta la abogada y mediadora familiar Lucía Silvoso, de Silvoso Fuentes Abogados. El juez y el fiscal deben oír al menor en una comparecencia cerrada, sin las partes. «Evidentemente, no es una prueba testifical, pero sí una prueba a la que se le da valor», afirma. «En algún caso, desde los 8 o 9 años ya se les escucha, solo ante el juez, en sede judicial y contenciosa, pero hay que considerar que es un trago para los hijos», plantea Vilariño Sánchez. En la custodia (que se otorgó a la madre en el 65 % de los casos en el 2017) se valoran aspectos como la edad de los hijos, la jornada laboral de los padres y los tiempos con los hijos durante la convivencia. «La custodia siempre es un punto de conflicto, como la cuantía para la manutención de los hijos», afirma Vilariño. Y esas condiciones, dicen las abogadas, pueden estar sujetas a cambios. Mantener en lo posible la situación de los hijos previa a la separación es una de las claves para minimizar el impacto de un divorcio. «Si uno de los padres llevaba a los niños todas las tardes al parque, lo mejor para los hijos es que la situación continúe así, sin variación», dice Vilariño, que también afirma que la separación de bienes, como la custodia compartida, no es una varita antiproblemas. «Como título, la separación de bienes está bien, pero la mayoría de las parejas tienen bienes en copropiedad, no tres pisos él y dos ella, sino uno... y, ¿quién se queda con la casa, o quién paga ahora la hipoteca?», plantea.

¿Cuánto me cuesta?

Si no recurrimos a la asistencia jurídica gratuita, «cuando hay menores de por medio, siempre necesitas un abogado y un procurador. Si la pareja se lleva bien, quizá pueden escoger a un profesional de cada y compartir gastos. Pero si se necesita negociar mucho, cada uno debería tener sus profesionales», explica Silvoso, que calcula que un proceso de divorcio puede tener un coste mínimo de 1.500 euros. «Desde la crisis es mucho más barato tener un abogado, hay incluso ofertas fuera de mercado, pero no siempre compensa. Lo ideal en un divorcio es contar con mediador o un abogado especializado en familia. Redactar un buen convenio o llevar un pleito contencioso lo requiere. ¿Por qué en un tema médico vas a varias consultas y no te planteas eso con un abogado? Cada perfil de cliente tiene un perfil de abogado», asegura.

¿Custodia compartida?

La custodia compartida puede ser la solución más justa «en teoría», considera Silvoso. «Con el acceso a la vida laboral de la mujer, y padres varones implicados, que cada vez son más, la custodia compartida es buena solución en línea con la igualdad. Lo que ocurre es que no siempre las circunstancias son las más favorables para una custodia compartida. Con los horarios laborales de los padres, las distancias de los domicilios que van a tener, por las dificultades de comunicación que puede haber entre los dos o porque en muchos casos aún es la madre, en realidad, la que sostiene el peso del día a día». «Pero de diez años a esta parte, yo veo a hombres muy implicados en la crianza y la educación de sus hijos. Esto está cambiando», dice la abogada. Entonces, ¿lo ideal no sería que la custodia fuese para el más implicado de los dos en el día a día? «Sí, depende del caso, pero es una realidad compleja, porque no siempre hay abuelos o parientes. Hoy, para cuidar a un niño, necesitas una red a tu alrededor. Lo que debemos evitar es el problema de los ‘niños maleta’», que pasan una semana con cada uno y se convierten en arma arrojadiza. Tampoco es lo mismo que un niño tenga 5 años o que tenga ya 15, porque uno de 5 requiere mayor atención y cuidado», advierte Lucía Silvoso, que recomienda tender a que el niño mantenga los dos referentes y el vínculo con los dos.