Los niños deberían andar descalzos 2 horas al día

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PIES AL AIRE Si eres padre, olvídate de insistir en que se pongan las zapatillas. Los expertos son partidarios de que anden sin ellas por casa; en todo caso, con un calcetín. Y nada de ponerles zapatos a los bebés

13 may 2019 . Actualizado a las 13:45 h.

A quién no le han dicho de pequeño: ‘Cálzate, que vas a pillar frío’. Me atrevo a decir que a casi todos. Cuando somos pequeños hacemos caso, a regañadientes, en parte por ignorancia, pero con los años basta con revolver un poco, por ejemplo leyendo a Lucía Galán en la página anterior, para desmontar estas afirmaciones tan de padres. Primero porque ya nos ha quedado claro que los virus no entran por los pies, y segundo, porque hasta los podólogos lo recomiendan, sobre todo en edades tempranas, aunque no está desaconsejado en adultos. No vivir descalzo, pero sí estar sin zapatos unas horas al día. «Me suelen preguntar si es bueno, y sí lo es entre una hora y dos horas al día. Toda la musculatura del movimiento nace en la pierna, pero hay una musculatura intrínseca que está en el pie y que con el zapato se anula prácticamente y tiende a atrofiarse», explica Borja Pérez, presidente del Colegio de Podólogos de Galicia. Así que lo ideal, si estamos en casa y se dan las condiciones para estar sin zapatos (buena temperatura), los pies deberían estar libres para que se active. «No pasa nada porque el niño esté con un calcetín -apunta el presidente de los podólogos gallegos- no todo el día, sino un par de horas para que esa musculatura trabaje, los dedos se estiren...».

Es importante recordar, tal y como asegura Pérez Serrano, que los neonatos y los niños que no caminan no necesitan calzarse. «Es un error muy frecuente ponerles zapatos, copias de adultos, que son muy bonitos, pero que el niño no necesita. Los pies tienen que estar al aire libre... Si hace frío los protegemos con un calcetín», explica Pérez. Pero, ¿por qué no es aconsejable? «Limita la movilidad, es mínimo pero hay un nivel de complexión que no es apropiado para el pie en crecimiento. El pie que no camina no necesita lo que nos aporta el calzado. Los niños tienen tendencia a llevarse los pies a la boca, y hay que permitirlo, porque los músculos se están preparando para el gateo e incluso cuando andan quieren estar descalzos», comenta el portavoz de los especialistas gallegos.

UN CENTÍMETRO DE MÁS

A partir de los 18 meses ya podemos introducir calzado, aunque es preferible que este respete la movilidad del tobillo. A la hora de escoger talla, aconsejan dejar un centímetro entre los dedos y la punta del zapato, ya que el pie crece una media de una talla cada dos meses. A los 4 años, cuando debería realizarse la primera revisión podológica, el calzado debe ser sujeto con una suela de ocho milímetros y la zona delantera flexible para permitir la fluidez de la marcha. A partir de los 7, la marcha ya se considera adulta. Y en breve seguro que ya empezarán con la teoría de «No pies descalzos».