Es perfeccionista, meticuloso y habla increíblemente rápido: «Eso va muy bien para el humor». Tras doce años de éxito con Espinete, regresa a los escenarios con «El jefe». «El mejor que tuve fue Chicho Ibáñez Serrador», asegura
11 may 2019 . Actualizado a las 05:00 h.1 Un jefe despótico y su empleado se quedan encerrados el día de Nochevieja. Así arranca tu nueva obra. ¡Menuda encerrona!
Pues sí. Debido a la situación, no les queda otra que relacionarse, les guste o no. Precisamente, hablando es cómo aprenden el uno del otro y descubren que comparten más de lo que ellos creen. Cuando la vida te pone a prueba, como en este caso, siempre hay que sacar el lado bueno de todo.
2 En «El Jefe» de nuevo encontramos mucho humor, nostalgia y ternura. ¿Eres un tipo emotivo y sentimental?
Mucho, no sabes hasta qué punto. Me derrumbo enseguida. En el fondo, todos queremos que nos quieran. Me dedico a la interpretación para sentir el cariño y el amor del público. Ese es el mejor regalo, que la gente te aprecie y te demuestre su cariño.
3 Y, tú ¿qué tal eres como jefe?
Como soy mi propio jefe, soy muy exigente conmigo mismo. Soy perfeccionista y muy meticuloso. Considero que un espectáculo siempre se puede mejorar y pulir más para lograr que quede más bonito y llegue más al público.
4 ¿Algún jefe para olvidar o para recordar?
Para recordar. De hecho, le llamaban «el Jefe» y no es otro que el gran Chicho Ibáñez Serrador, un jefe maravilloso, el mejor del mundo. Tuve la grandísima suerte de trabajar con él en el mítico Un dos tres y fue fantástico. Fue mi maestro, mi escuela y de él lo aprendí todo.
5 ¿Has calculado cuántas palabras dices por minuto? Hablas superrápido.
¡Ja, ja, ja! Pienso más rápido de lo que hablo y eso que con los años me he moderado. De crío no me entendía nadie ni mi madre. Me frustraba mucho que no me entendieran. Sin embargo, para hacer humor hablar rápido va muy bien, porque tiene mucho ritmo.
6 ¿Qué te alegra y qué te crispa?
Me entristece la mentira. Cuando confío en alguien y me decepciona lo paso fatal, por eso he aprendido a no hacerme demasiadas ilusiones por si luego me pego un batacazo. Me llenan de alegría los pequeños detalles, estar con mi familia, pasar buenos ratos con mis amigos, disfrutar con mi trabajo... Esos son mis chupitos de felicidad.
7 Venga confiesa, ¿de verdad que el adiós de Espinete es definitivo?
¡Uy! Espinete ahora mismo está guardado en un cajón, como decía Chicho (Ibáñez Serrador). Hice la penúltima función con él, porque para mí, nunca hay una última. Quizá regrese. Hoy no lo sé.