«No quiero un amor como el de 'El Diario de Noah´»

YES

CEDIDA

¿QUIÉN QUIERE UN NOVIO? Están solteras y son felices. No buscan un amor de película porque disfrutan de la vida sin la necesidad de compartirla con otra persona. Valoran la libertad, la tranquilidad y la independencia por encima de todo

08 jun 2019 . Actualizado a las 05:00 h.

A sus treinta años. Lucía Lodeiro, pontevedresa afincada en Alemania, país al que llegó hace cinco años para hacer unas prácticas en recursos humanos y en donde ahora trabaja como supervisora de operaciones comerciales, está convencida de que para ser feliz no se necesita tener pareja. Está soltera «pero no sola», matiza, y no tiene prisa en enamorarse. «Alcanzada la treintena todo el mundo empieza a tener una casa, pareja, hijos... Muchos se ponen tristes porque comparan su vida con la de los demás y entonces creen que necesitan eso para ser felices, pero no es verdad». En su caso admite que una vez llevas mucho tiempo soltero uno puede volverse también más exigente. «Te das cuenta de lo poco que necesitas tener novio. El problema es que a veces tiendes a seguir el camino normativo y por eso quieres tenerlo, pero luego piensas: ‘Vamos a ver, mulleriña, ¿estás segura?’ Porque tener novio implica buscarlo, encontrarlo y muchas veces aguantarlo», dice.

Soltera, pero no sola

La pontevedresa, que colabora en el blog We lover size, tiene claro que por el momento solo le apetece divertirse. «Porque estoy soltera, pero no sola. Quiero tomar algo con mis amigos por ahí y no estar bebiendo vino y discutiendo con mi novio por el futuro. No quiero estar en una nube ni rayarme por si no me responden a un wasap. Quiero volver a casa, ponerme el pijama más cómodo y comer helado viendo Netflix». Aún así su corazón no está cerrado y no descarta tener pareja en un futuro. «Lo de decir nunca no tiene sentido porque en algún momento igual encuentro la horma de mi zapato, pero no quiero un amor como el de El Diario de Noah». Además Lucía cree que el auge de aplicaciones para ligar como Tinder dificultan el compromiso. «Piensas que para qué te vas a quedar con una persona cuando con solo deslizar un dedo tienes otro match, entonces no te centras. Desde que tener sexo es fácil, enamorarse es más difícil», confiesa.