El trueque de ropa sale del armario

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INTERCAMBIO ECOLÓGICO. Selene Buendía puso en marcha en A Coruña un mercadillo con el objetivo de alargar la vida de la ropa y en el que la moneda de pago es cambiar una prenda por otra

13 jul 2019 . Actualizado a las 05:00 h.

Piensa: ¿Cuántas prendas guardas en el armario a las que le tienes cariño, pero que nunca te pones? ¿Cuántas veces pensaste ‘ya me lo pondré’ y nunca lo haces? Con la idea de cuidar un poquito más del planeta y de fomentar un consumo responsable y sostenible, Selene Buendía decidió retomar en A Coruña la práctica más antigua: el trueque de ropa.

«Lo más sostenible que existe es lo que ya no tiene que volver a producirse. Por mucho que fabriques de una forma ecológica no hay nada más eco que lo que ya existe», asegura Selene, estudiante de moda sostenible. Con la idea de concienciar a sus amigos y de ir haciendo piña para cambiar pequeños hábitos «y ser conscientes del valor de lo que consumimos», decidió organizar un intercambio de ropa con el fin de convertirlo en algo habitual y periódico: «Todo el mundo tiene un vestido de lentejuelas que se puso solo una vez. Sería genial poder organizar un mercadillo para el intercambio de ropa antes de Navidad y poder compartir entre todos ropa o complementos que pueden tener una segunda vida».

DE COMPRAS EN UN CAFÉ

«Elegí un lugar en el que todo el mundo se sintiese cómodo, una cafetería, en este caso La Olímpica, y las normas para participar en el intercambio eran sencillas: traer ropa que estuviese en buen estado, las mismas buenas condiciones en las que te gustaría llevarte la nueva prenda para casa», explica Selene. El tope máximo para hacer el trueque: 5 prendas, «principalmente de esta temporada». «Por cada prenda se entregaba una etiqueta con puntos que equivalían al valor y tipo de prenda que aportases para el trueque». El resultado: «Se trata de hacer circular tu ropa en vez de tenerla guardada en el armario».

«Muchas veces vamos a una tienda y nos compramos una camiseta que cuesta tres euros. Como fue barata, a lo mejor solo te la pones una vez, o incluso no llegas ni a estrenarla. Esa camiseta se queda ahí. Y la idea de estos mercadillos de intercambio es darle valor a esa prenda: recordar que detrás de esa camiseta hay gente que trabajó en ella». El objetivo final, según Selene, «alargar la vida de la ropa». «Incluso el intercambio te puede servir para encontrar prendas que después puedes utilizar para customizar y crear otras nuevas», asegura. La primera experiencia fue buena y está pensando ya en preparar una segunda edición: «Vinieron los novios de algunas amigas y ya dijeron que se iban a apuntar y que iban a traer también sus prendas para el intercambio».