Javier Capitán: «Hay mucho ofendido, hoy tenemos la piel mucho más fina»

Carlos B. Torrado / S. F.

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SANDRA ALONSO

Conocido como una leyenda de la televisión tras su paso por el «Informal», el «Capi» vuelve a la pequeña pantalla con un programa de zapping que repasa los 30 años de Mediaset: «¡Toma Salami!»

20 jul 2019 . Actualizado a las 05:00 h.

-Vuelves a la tele después de mucho tiempo, ¿qué se siente?

-No es lo mismo narrar que aparecer en el plató, así que es un papel de voz en off muy parecido al trabajo de la radio.

-¿Tener una buena voz es un don?

-No es solo tener una buena voz, hay que saber comunicar cada situación: tonos, registros... Requiere trabajo, y sobre todo, práctica.

-¿Un programa de zapping en el 2019 no es algo arriesgado?

-Yo no lo veo arriesgado, es el momento perfecto porque las televisiones privadas cumplen 30 años y hay muchísimo material.

-Vuestro público tiene de media 45 años. ¿Hacía falta un programa así para esta edad?

-Yo ya estoy un poco por encima [ríe], pero creo que sí. Es una forma de ofrecer recuerdos al público a través de la televisión tradicional.

 -¿Ha cambiado la forma de hacer televisión?

-El Informal ponía un filtro a la realidad para mostrar lo absurdo. Y después que la gente pensara lo que le diera la gana, respetando a la audiencia y no diciéndole lo que tiene que pensar. La gente ahora se ofende mucho más, antes solo me llegaba un e-mail de algún ofendido por temas religiosos. Hoy la piel es mucho más fina, vivimos en un estado de crispación constante.

 -¿Hace falta un nuevo «El Informal»?

-Vivimos en una situación totalmente surrealista, y un programa que muestre esto siempre es bienvenido. Yo me apuntaría.

 -¿Cuál es el programa que más te ha divertido en «¡Toma Salami!»?

-Cuanto más viejo, más gracia me hace. Aquel programa de Bertín pasado de vueltas [ríe], los realities, los baby shows... Con esto hay que jugar, tener cierta capacidad de reírse de uno mismo.

-¿Con qué capítulo te quedas?

-Pues con el que le dedicamos a los reporteros, que es una vida muy dura. Tienen que estar al lado del tornado [ríe].