Rostros que aspiran a renovar tu armario

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MARCOS MÍGUEZ

GALICIA TIENE CANTERA. Un instituto de A Coruña se transformó en escenario de lo que podría ser una película «teen» de John Hughes para presentar las colecciones de unas jóvenes que quieren poner una pica en el mundo de la moda

03 ago 2019 . Actualizado a las 05:00 h.

A Soledad Gallardo le atraían dos cosas: la enfermería y la moda. Cuando acabó el bachillerato se decantó por la rama sanitaria, acabó y comenzó a trabajar, pero le quedó una espinita. No quería tener que arrepentirse y, por eso, combinó sus trabajos para el Sergas con los Estudios Superiores de Diseño de Moda en la escuela Formarte, en A Coruña. Hace unas semanas, junto a sus compañeras de promoción Luzía Calvo, Natalia Torreiro y Laura Fernández, presentó su colección de fin de grado. Bajo el lema «My Prom», tomando como punto de partida el academicismo y referencias de los noventa como los casetes grabados de los 40 Principales, las carpetas forradas con fotos de Kelly, Dylan o los temas de las Spice Girls o los Back Street Boys, sus mentes tejieron unas colecciones que, cada una en su estilo, tendieron un puente entre las ceremonias de graduación de los noventa y las tendencias de la moda actual.

El resultado fue muy diverso. Desde las prendas anchas en tonos flúor de la colección masculina que Luzía Calvo bautizó como Ex-Temporáneo a los vestidos vaporosos llenos de plisados que Soledad agrupó en Limited Feelings o las prendas noventeras con «aroma» a Jil Sander o The Row de Laura Fernández, una chica «orgullosa» de este trabajo que le ha dado un impulso para continuar aprendiendo. Por no hablar de la reinterpretación de los uniformes realizada por Natalia Torreiro en su Your Own Mind Is. «Quería exponer las emociones de la adolescencia y para ello escapé del uniforme tradicional para decantarme por los uniformes japoneses», cuenta.

Sus trabajos son su carta de presentación para dar el salto a un mercado laboral que acabe convirtiéndolas en algunos de los rostros que, en unos años, acabarán renovando los armarios. Algunas han hecho ya sus prácticas en empresas, otras las empezarán estos días. Soledad incluso empezará a trabajar esta semana a prueba en una empresa de trajes de ceremonia. Las cuatro están llenas de aspiraciones por continuar aprendiendo. Pero también de inspiraciones que les llegan de un entorno en constante cambio. Ambas características las convierten en parte de la cantera de la que beberá la industria de la moda gallega, un sector que pisa fuerte y que no suelta el acelerador. Ellas han acabado su grado. Tuvieron su fiesta al estilo de los 90 convertida en desfile donde mostraron su talento al público distribuido en el pabellón del Instituto Menéndez Pidal, de A Coruña. Ahora les toca instruirse en la empresa. Y la rueda continuará girando. El nuevo curso está a la vuelta de la esquina.