¿Cómo se hace un videojuego?

CARLOS B. TORRADO / N. S.

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MARCOS MÍGUEZ

Los que crean el píxel. El juego que tienes en el móvil, en el ordenador o en la consola tiene detrás un trabajo y esfuerzo dignos de titanes. Os contamos cómo se juntan todas las piezas de un videojuego para que tú solo tengas que sentarte y disfrutar. Pulsa start y... ¡vamos!

19 ago 2019 . Actualizado a las 21:58 h.

Los chicos de KST Studio se acercan con paso decidido por Palexco, un edificio que conocen bien, ya que hace unas semanas participaron en la HobbyCon, una pequeña feria del ocio alternativo que se celebra allí, en A Coruña. David Neira y Diego Cambre, son, junto a un equipo de unas catorce personas, los creadores de un curioso juego: Sea Bubble, donde encarnamos a dos caballitos de mar que tienen que anotar un tanto en la portería rival llevando consigo una burbuja. Un concepto sencillo pero con gancho y gracia, que les llevó a organizar un pequeño torneo con Marineda City el año pasado. «Cuando ves a los críos riéndose y disfrutando tu juego es algo indescriptible. Es maravilloso», confiesa Diego.

Y es normal que las emociones estén a flor de piel, porque el proceso de creación del juego ha tenido muchos contratiempos. Este pequeño grupo de desarrolladores no pueden acceder a la gran mayoría de ayudas económicas que ofrece el Estado porque no tienen experiencia ni un gran número de títulos en el mercado, pero eso no les desanimó. Su primer objetivo era crear un ambicioso título llamado Gloom, que poco a poco se fue transformando en algo inviable. «Necesitaríamos un año de trabajo enfocado únicamente en él, y mucho dinero», cuenta David. El equipo de KST tiene ingresos limitados y un tiempo escaso, ya que tienen que dedicarse a otros trabajos para poder subsistir.

En un período de bloqueo creativo, estos coruñeses decidieron realizar una game jam. Este término hace referencia a un breve período de tiempo donde cada miembro del equipo crea su propio videojuego en forma de prototipo. Así se exploran ideas nuevas, enfoques desconocidos, desconectan del proyecto principal y se divierten haciendo lo que más les gusta. Es en esta fase cuando Diego presentó al equipo su idea de Sea Bubble, que ya contaba con trabajo realizado por él mismo en solitario. «Tenía muchas ganas de enseñárselo, y cuando les pareció una buena idea nos pusimos con él», cuenta orgulloso. La idea era hacer un juego shoot’em up, es decir, un juego de disparos de desplazamiento lateral donde nosotros seríamos un caballito de mar disparando burbujas. Los enemigos serían cangrejos, gambas, tiburones y demás fauna marina con malas intenciones. Sin embargo, el proyecto evolucionó al juego multijugador que acabaría siendo Sea Bubble, un proyecto más factible para el momento y que definía la intención del estudio desde entonces: crear títulos pequeños, centrados en una experiencia multijugador, que demuestren su capacidad para poder optar a más ayudas y crear obras más ambiciosas.

Administrar a un equipo sin una sede física y sin una disponibilidad a jornada completa es bastante complicado. Aún así, en apenas tres meses Sea Bubble salió a la luz y se ha convertido en una pequeña estrella en todos las convenciones y ferias de videojuegos a las que acude. Ahora mismo el estudio ha dejado aparcado su nuevo proyecto, Chicken Rage, ante la dificultad de trabajar de manera constante en el juego, pero reconocen que no han tirado la toalla. Ahora Sea Bubble se estrenará en la plataforma más importante de PC, Steam, por lo que están solicitando el apoyo de la comunidad para generar más ruido con el estreno del juego.

Dependiendo de la envergadura de un título, el proceso puede durar varios años e implicar a miles de personas. Por eso impresiona ver que en Galicia también sobreviven -como pueden- pequeños estudios que tienen poco que envidiar en energía, ganas y creatividad a las grandes empresas del sector.

Dejo a David y a Diego en Palexco, discutiendo amistosamente sobre si los videojuegos son arte o producto, un dilema creciente en el mundillo gamer, aunque servidor no tiene ninguna duda. Los chicos de KST son artistas como la copa de un pino.

Cinco fases para crear un videojuego

1- LA IDEA

Puede venir de una «game jam» o de una tormenta de ideas, donde se eligen los proyecto más prometedores y originales, que tengan potencial para convertirse en un videojuego completo.

2- ARTE CONCEPTUAL

Normalmente los proyectos iniciales carecen de contexto, y son figuras simples que realizan acciones sencillas. Aquí el equipo de arte crea los diseños del juego final.

3- PRODUCCIÓN

Comienza lo grueso del asunto. El motor que llevará nuestro juego, sus mecánicas, sus físicas... Se trata de establecer las reglas y el objetivo claro del juego y del universo a crear.

4- ANÁLISIS

El momento de poner a prueba el juego. Encontrar qué funciona y qué no, si se generan errores, si resulta divertido... Normalmente este proceso es el más frenético y agotador.

5- MÁRKETING

Fase final donde se da a conocer el juego. Los estudios independientes usan con frecuencia redes sociales como Twitter o Instagram, aunque los contactos también ayudan.