Hablemos ya de la menopausia

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Vamos a presentarla en sociedad. No tiene un patrón único, no es una enfermedad, pero sí suele ser una coctelera hormonal y emocional. Consultamos a seis expertas para sofocar las dudas. «La dieta, el ejercicio y la vida sexual son tres claves para reducir los síntomas»

14 oct 2019 . Actualizado a las 12:25 h.

Ahí está, aunque casi nunca se la espera. Y eso que la visita es segura, y llega habitualmente entre los 45 y los 55, señala Isabel Abel, presidenta de la Asociación Galega de Matronas, que afirma que una mujer está en la menopausia cuando lleva un año entero sin menstruación. Después del cóctel de hormonas con que se presenta, puede llegar a convertirse en una compañía aceptable para quien se cuida, se escucha «y toma las riendas de su vida. Hay que ser consciente de que, en esta etapa, la protección que producía la función ovárica desaparece. Es habitual que el hueso se vaya descalcificando y el corazón está menos protegido. Hay que cuidarse con una dieta mediterránea, baja en grasas, rica en frutas y verduras. Otra clave es el ejercicio, porque en la menopausia el riesgo de infarto de la mujer se iguala al del hombre», señala Belén López Viñas, jefa de ginecología y obstetricia del Hospital Teresa Herrera.

Envuelta de silencio, a «Meno» aún hay que presentarla en sociedad. (Mejor, de largo). Así lo expresa con humor Carla Romagosa, que la sufrió precozmente a los 39, en Mi amiga Meno y yo, un libro para acercarse sin tabúes al mudar de piel que llega con una caída de estrógenos, y picos de dudas, sofocos y algún kilo con ganas de alojarse en el cinturón abdominal. «De lo que no te cuentan y duele», y más, habla esta consultora y conferenciante sobre menopausia que este noviembre abrirá web: «Yo sufrí una menopausia precoz, una patología que, se calcula, afecta al 3 % de las mujeres. Si no es precoz, es un proceso natural, una etapa en la que merece la pena entrar fuerte, sin toxinas físicas y sociales. Hay que invitar a tu entorno, hombres y mujeres, a que te acompañen», plantea Romagosa.

«Todos los cambios físicos tienen repercusión emocional», refuerza la psicóloga Alejandra Dotor. ¿Qué ocurre con los desajustes de la perimenopausia? «Las cuatro etapas que se viven en un ciclo se lían, como si fuesen una maraña o una coctelera sin los ingredientes claros», visualiza quien dibuja los ciclos con arquetipos: el arquetipo de la anciana, el de la mujer, el de la doncella y el de la sirvienta, «cuatro personajes que vienen a expresar cómo nos sentimos en cada ciclo y que se mezclan del todo en la perimenopausia». ¿Jugamos al quién es quién?

«Es importante no dramatizar -propone Belén López-. Hay que tener claro que la menopausia no es una enfermedad. Es una etapa natural en la vida, que no sigue un patrón único, pero suele llegar acompañada de una serie de cambios anímicos. Se parece un poco a la adolescencia». Se admite algún portazo, ¿no?

La transición es más abrupta en unas mujeres que en otras y su dureza no tiene, necesariamente, relación con reglas dolorosas o con un síndrome premenstrual fuerte. Según la jefa de ginecología del Materno de A Coruña, «hay mujeres que no se enteran, y otras con una clínica marcada. Hay que evitar malos hábitos, el tabaco, el alcohol y el café, que puede influir en la reducción del calcio».

Si notas los síntomas, ve a la matrona, figura de referencia en la vida sexual de la mujer. «¡Hay que recordar que la sexualidad femenina no se acaba a los 65 años!, y que las matronas no estamos solo para los embarazos», recuerda Isabel Abel. Según la presidenta de las matronas gallegas, «en mujeres fumadoras suelen darse menopausias más precoces. Este es un proceso fisiológico que, si se inicia de forma temprana, puede acentuar los problemas de osteoporosis. Y que conlleva cambios en la sexualidad y el sistema reproductivo», añade. ¿Cuándo debe saltar la alarma? «Cuando los síntomas son incapacitantes. En este caso, te derivaría al ginecólogo», señala Isabel Abel, que celebra que estemos «rompiendo el mito de que si la mujer no es fértil vale menos».

¿VOY A SUBIR DE PESO?

A partir de los 45, los cambios hormonales pesan. «En la premenopausia empieza a ser difícil mantenerse, así que lo ideal es no esperar para alimentarse bien, no dar la oportunidad a que la grasa se deposite en el abdomen», invita la nutricionista Fátima Branco. La alimentación y el ejercicio, coinciden las expertas, son dos aliados para decirle adiós a la regla. «Lo importante es convencerse de que la menopausia no engorda porque sí y tirar la toalla. Cuesta afrontar el déficit de estrógenos, pero podemos mitigarlo. Hay que suprimir el azúcar de mesa y los procesados. Consumir 2 o 3 piezas de fruta al día; aumentar la ingesta de legumbres y verduras. Son buenos el pescado azul y frutos secos como las nueces (2 o 3 nueces al día). Y deberíamos consumir entre litro y medio y dos litros de agua diarios. Es importante desayunar fuerte, comer bien y cenar ligero. Una mujer menopáusica debe ingerir en torno a 1.500 calorías al día. A los 45 hay que ponerse las pilas, para llegar en condiciones a esta etapa», pauta Fátima Branco.

No necesitas un tratamiento hormonal en la perimenopausia, a menos que los sofocos te impidan llevar una vida normal. En este caso, pueden funcionar los tratamientos con isoflavonas de soja, dicen las expertas. «Y, después, hay pacientes con una clínica marcada que necesitan tratamientos a base de estrógenos y progesterona. Pero es conveniente no tomarlos más de cinco años, que es el período en que se consideran seguros. Porque, a partir de ese límite, se produce un incremento del riesgo de sufrir cáncer de mama», advierte Belén López Viñas. «Para prevenirlo, en la perimenopausia hay que comenzar a hacerse mamografías», recuerda Isabel Abel, que dice que las mujeres que notaban los pechos hinchados durante la ovulación «dejan de notarlo. Los pechos se vuelven menos turgentes, porque el tejido muscular se atrofia y el tejido graso aumenta». El pecho cae... ¿y la libido?

¿BAJA EL DESEO?

Recuerda que el estrés no es buen compañero, «y menos en la menopausia», subraya la ginecóloga. Si andas con él, cambia de pareja. En el climaterio «la caída de la libido es normal, una consecuencia de la bajada de la progesterona, los estrógenos y la testosterona», explica Belén López. Pero «el deseo no desaparece, solo cambia la manera», matiza Romagosa. «Y la vida sexual es muy importante en esta etapa, es clave junto a la dieta y el ejercicio regular. Cuantas menos relaciones sexuales, más síntomas y molestias tendrás. En cambio, las relaciones durante la menopausia te ayudan a tener, por ejemplo, menos atrofia vaginal», asegura Isabel Abel. «El deseo es también algo psicológico. Si no, solo lo sentiríamos cuando estamos ovulando. Y también es interesante recordar que hay orgasmo sin coito, sin penetración», señala la matrona. «El deseo disminuye solo un poco», enfatiza Aránzazu García. «A la menopausia le echamos culpas que no son -abunda la sexóloga de la Clínica Vida, de Vigo-. Las diferencias que se aprecian en la sexualidad de una mujer antes y después de la menopausia no son mayores que las que hay entre unas personas y otras. Tu sexualidad en la menopausia va a depender mucho de lo que te conozcas, de cómo haya sido tu vida sexual antes de la menopausia».

En El intenso calor de la luna, Gioconda Belli convierte a la menopausia en protagonista del relato, y es pura sensualidad.