¿Sabes qué animal eres en la fauna de tu empresa?

YES

SerrNovik

Mira a tu alrededor e identifica qué especies te rodean. Acércate a los poderosos, son de los únicos que aprenderás, vete con los neutros a tomarte unas cañas y evita a los depredadores. Y tú, ¿ya sabes qué animal eres? Lee y descubrirás a qué animal te pareces

13 ene 2020 . Actualizado a las 23:55 h.

Mira a tu alrededor. Vigila a tu colega de la mesa de al lado y analízalo detenidamente. Seguro que ves a algún depredador manejando el ratón. Sí, sí. En tu empresa hay una gran fauna. Lo dice José Manuel Muriel con Esta empresa es un zoo, donde puedes hacer un test para identificarte con uno de estos perfiles. También el coach Andrés Pascual en la fábula El oso, el tigre y el dragón, tres animales que todos llevamos dentro aunque uno siempre prevalece. Lee detenidamente las características de cada una de estas clasificaciones y verás cómo asoman los colmillos por la boca de tu jefe o que las garras de tu compañero sobresalen del puño de su camisa para defender al equipo. Aquí te mostramos el zoológico que vive en tu oficina.

¿Conoces a alguien que sea fuerte con los débiles y débil con los fuertes? Es un depredador para Muriel, que lo compara con un zorro. Pero también hay otros que cuesta identificar, como el cocodrilo, la hiena, el buitre, la serpiente o el murciélago-vampiro. Todos ellos tienen unas características comunes: «Ante cualquier presa que pasa por su radio de acción, tienden a atacar. Son peligrosísimos y te los puedes encontrar como compañeros, como jefes o colaboradores», dice el propio autor que recomienda alejarse de ellos. En el libro los identifica. Así el cocodrilo «ataca por el placer de la caza», «suele permanecer escondido y es tremendamente ágil cuando ve a su presa». Su objetivo es «hacerte daño» y sin remordimiento. «Todo aquello que le guste, le beneficie o le plazca está permitido». La hiena «terminará por morderte» porque «solo piensa en sí misma y en cómo aprovecharse de los demás». Puede ser vaga y «vive de los despojos» del resto. El buitre es parecido pero «solo ataca cuando está convencido de que su presa está muerta» y «cuando nadie lo ve». Además, «es de los pocos animales que trata de morder la mano que le da de comer». A la serpiente «no la ves venir, te confías y cuando menos te lo esperas te ataca». Hay muchos tipos «unas son mortales y otras no» y hay «pocos antídotos eficaces». «Suelen arrastrarse y eso facilita su ataque y dificulta su identificación». También puede escalar «y te sorprenden atacándote desde arriba». El murciélago-vampiro «se limita a vivir a costa de la sangre del resto», y «vive sin hacer nada».

LOS PODEROSOS

«Es el animal líder, que trabaja, que se ocupa de los demás, que ataca solo para defenderse a sí mismo o a su equipo. Esos son los animales de los que tienes que aprender» y acercarte a ellos. En este grupo está el rey de la selva, «el más valorado» y «al que en caso de necesidad todos seguirán». El león no abusa de su poder y no pasa inadvertido. «Solo ataca cuando considera necesario hacerlo, para defender su territorio o por hambre». Los demás, lo respetan y «despierta filias y fobias, pero todos le guardan el aire». El lobo es «astuto y solitario, aunque no le importa agruparse en manada para cazar». «Solo caza para comer» y es un gestor eficaz y disciplinado. Es valiente y «asume riesgos para defender a su manada y entorno».

No te quedes con la primera impresión del oso pardo, que puede llegar a asustarte, para Muriel es un animal fascinante, capaz de disputar el liderazgo al león. Noble y generoso, pero también tímido, «a pesar de apariencia», y cariñoso, «aunque no sepa demostrarlo» y «el que se encuentra con un oso pardo nunca llega a olvidarlo». El rinoceronte es tranquilo, apacible, con apariencia de despistado, fuerte pero noble y si lo dejas tranquilo «es muy difícil que te ataque». Si lo hace, solo puedes «huir y ponerte a salvo». El elefante es el de «más fuerza de todo el zoo» y «bien entrenado es una máquina inigualable». Tiene tendencia dócil y se deja adiestrar, pero su instinto es perezoso. Solo se vuelve agresivo si lo atacan a él o a sus crías. El caballo es el último animal poderoso, muy eficaz y solo ataca cuando se ve acorralado o por miedo. «Se integra en la manada con facilidad», es laborioso y con capacidad para realizar distintas tareas.

Este grupo tiene una característica común, el miedo al riesgo: «Son divertidos, ruidosos, encantadores, buenos para irte a tomar una cerveza pero no para trabajar», dice Muriel. Aquí está la avestruz, «la típica persona que en una crisis desaparece», que deja pasar los temas porque «el tiempo se encarga por sí mismo de resolver los problemas». El loro, al que «le encanta hablar y escucharse a sí mismo», hasta el punto de que no cesa y puede llegar a volverte loco. También «sabe de todo y de todo opina». Al contrario que el búho, que tiene muy poca capacidad de comunicación y es difícil averiguar si te están entendiendo o no. Los seres mitológicos no son de este mundo y ven la realidad deformada, «son soñadores que piensan que son otra cosa que por desgracia no existe». La cebra todo es cordialidad y señorío. Cautiva en las distancias cortas pero a la menor dificultad «sale huyendo sin importarle lo que deja atrás». Los monos son los más numerosos y los que más ruido hacen. «Incapaces de decidir y tras hacer mucho ruido suelen seguir al líder». El hipopótamo tiene una imagen encantadora, «cae bien a primera vista» pero todo es fachada. «No le importa estar muchas horas en el despacho, pero siempre que no tenga nada qué hacer».

OSO, TIGRE Y DRAGÓN

Por su parte, Andrés Pascual considera que dentro de nosotros habitan «un oso encargado de ordenar nuestras emociones, un tigre encargado de gestionar nuestras acciones y un dragón encargado de vislumbrar nuestro propósito vital, ese porqué superior que da sentido a nuestra vida». Para Pascual, «en cada trabajador hay un animal dominante. Dependiendo de las diferentes etapas de la empresa, necesitamos alimentar más a uno u otro para reforzar su poder. En las fases de crecimiento del negocio ha de rugir el tigre. En la madurez, un oso descuidado nos reclama más atención y cariño para no perder la identidad del negocio. En los momentos de crisis, el dragón ha de volar alto para servir de faro, relativizando nuestras emociones y acciones. El secreto, lo que hace triunfar a una empresa, es la diversidad en equilibrio». ¿Y tú, ya sabes qué eres?