Y ahora, ¿cómo entretenemos a los niños en casa?

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UNO DE LOS GRANDES RETOS DE ESTE ENCIERRO ES pasar la cuarentena en casas donde hay niños o adolescentes que no pueden salir calle. El experto Álvaro Bilbao nos da una serie de consejos para sobrevivir de puertas hacia dentro

21 mar 2020 . Actualizado a las 05:00 h.

A estas alturas casi todos saben que hay un bichito que nos impide hacer vida normal, que no nos deja ir al parque, ni al cole, ni ver a los amigos, ni en muchos casos a los abuelos. Pero aunque el coronavirus ha dado un vuelco por completo a sus vidas, ellos, los más pequeños, también son los que mejor saben adaptarse a las nuevas rutinas. Porque si hay algo que tienen claro los expertos es que hay que mantenerlas, organizarse, programar una serie de actividades para llevar mejor este encierro. Y esto también es cosa de niños.

Programar el día: de menos a más ayuda de los padres

El día debe comenzar como siempre. Toca desayunar y vestirse. A partir de ahí, el planning depende de la edad, de si hay cole virtual o no, de si hay hermanos... En cualquier caso, los expertos aconsejan establecer un rutina de actividades, que sin ser rígida e inamovible, pueda evitar que nos desquiciemos o entremos en el bucle del «¿Y ahora qué hacemos?». El neuropsicólogo Álvaro Bilbao propone que no sea una agenda muy apretada porque «el solo hecho de estar casa ya les supone un trabajo, una contención, y no les podemos dar muchísimas tareas». Recomienda establecer una rutina y ordenar estas tareas de menos a más ayuda de los padres. Empezar con aquellas cosas para las que necesiten más esfuerzo, ya que nada más levantarse tienen más energía. Desayunar, vestirse, recoger el cuarto, hacer la cama, si son menores de 6 años que no suelen tener deberes, un ratito de juego libre, si los tienen, los deberes primero, y luego ya, pueden hacer cosas para las que requieran nuestra ayuda, como leer, cantar canciones, juegos de mesa...Y llegamos al mediodía ¡sin tele!

¿Qué actividades?: desde cantar a las tareas domésticas

La cocina puede convertirse en un gran aliado estos días si se hace con cuidado. Dependiendo de la edad del niño, se le puede pedir que colabore en ciertas tareas, que además le harán sentirse importante. Poner la mesa, recogerla, limpiar o desmenuzar algo de fruta o verdura... Bilbao señala que la implicación de los pequeños en cuestiones domésticas depende de cada hogar, y asegura que en el suyo incluso «limpian cristales o barren el suelo». «Son tareas muy cotidianas que nosotros vemos como un rollo, pero que los niños ven como algo nuevo, como un juego y les puede ayudar», explica el neuropsicólogo. Bilbao insiste en que es muy importante ayudarles a estar entretenidos, porque los niños tienen necesidades básicas de afecto, de socialización, de movimiento, «podemos despejarles una zona del salón para que jueguen más a sus anchas o corran un poquito más», pero también de aprendizaje. «Todo su cerebro -indica- está diseñado para moverse y aprender cosas nuevas, así que tenemos que darles información para que vayan aprendiendo, sino van a aprender ellos viendo qué pasa si se cuelga de la cortina, si metemos la mano aquí o allá...».

Evitar las pantallas: podemos abrir la mano

Dadas las circunstancias debemos ser flexibles y abrir la mano con esas normas que sí podemos mantener en la «vida normal» pero que ahora resulta más complicado como el «no móvil, no tablet o no tele». Álvaro Bilbao, una persona de «pocas pantallas», aconseja su uso pero sabiamente, es decir, «durante poco tiempo o para que nos saquen de algún apuro». Propone acotar la televisión a determinados momentos del día, bien después de comer o del baño, pero asegura que por la mañana «no la necesitan».

¿Apps sí o no? Apostar por otros juegos

A pesar de que son muchas las apps que estos días han abiertos sus contenidos prémium para que los niños puedan seguir practicando, si es que no les han enviado tareas del colegio, matemáticas, lengua, inglés o ciencia, Bilbao asegura que los estudios científicos no avalan que desarrollen la inteligencia de los más pequeños. «Es más humo que realidad, yo que soy experto en plasticidad cerebral, te digo que mis hijos no tienen ninguna. Lo que necesitan es jugar, que los padres hablen con ellos, hacer puzles, dibujar, ordenar la ropa, su habitación... Eso sí que tiene efectividad, pero estar delante de una pantalla no la tiene ni en cuanto a efectos cognitivos ni en cuanto un mayor rendimiento académico», señala.

¿Cómo afecta el encierro? Peor comportamiento

Es pronto para ver o sentir las consecuencias de la cuarentena, pero llegarán, sobre todo las veremos en los niños, que son los que menos excusas tienen para respirar algo de aire fresco. «Van a empezar a estar más irascibles, más apáticos, los más rebeldes o con más carácter, van a ser más desobedientes... Los padres tienen que entender que pueden aparecer problemas de comportamiento, pesadillas o terrores nocturnos, o incluso más peleas entre hermanos. Ahí tenemos que ser pacientes y saber atajarlas a tiempo porque pueden ir a más», apunta. Los adultos tampoco nos libramos. «Cada vez vamos a tener menos paciencia, vamos estar más desmotivados... Lo difícil va a ser mantener la actitud positiva y el orden a medida que vayan pasando los días», indica.

¿Y los amigos? No debemos perder el contacto

Seguro que a más de una casa ya ha llegado la pregunta: «¿No vamos a volver a ver a Martina?». A su manera, entienden la situación, pero los expertos recalcan la importancia de hablarles, de preguntarles cómo están, cómo se sienten, de explicarles con sus palabras lo que está pasando, de resolverles los miedos, las dudas, por ejemplo, la de los amigos. Es bueno que sigan en contacto con niños de su edad, sobre todo si no hay hermanos o los hay con mucha distancia, y para ello lo mejor es que hablen con los amigos del cole, y si puede, que hagan una videollamada, para que vean que están ahí como ellos. «Mientras están con sus amigos, nos van a dejar también descansar a los adultos, pero les va a venir muy bien y les va a subir el ánimo. No todo el rato, ni a todos los amigos, pero si en 15 minutos ven a cuatro a la vez, no tienes que llamar a todos», explica Bilbao.