«Estoy aprendiendo más recetas que nunca»

YES

28 mar 2020 . Actualizado a las 05:00 h.

La cocina se ha convertido en el centro neurálgico de la casa de Leticia Vela. Desde que empezó la cuarentena, esta coruñesa se ha volcado con la comida. «Antes de que nos tuviésemos que quedar en casa, por el ritmo de mi trabajo (tengo una tienda, La Casita del Palomar) y como las niñas comían en el colegio no teníamos tiempo para la cocina. Ahora se ha convertido en nuestra pasión. ¡Estoy aprendiendo más recetas que nunca!». A Leticia, que le encantan los detalles, se le ha abierto un mundo culinario en Instagram. Allí busca y rebusca y guarda recetas para preparar con sus hijas y su marido al mediodía y por la noche. «Estamos aprendiendo a hacer cosas diferentes. Me gustan mucho, por ejemplo, las recetas de Foodtropia, que enseña platos fáciles y sanos. El otro día probamos a hacer por primera vez puré de verduras». También se animó con su primer plato de garbanzos con langostinos. Sus niñas, de 14 y 12 años, se lo pasan en grande y son sus pinches en la cocina: «El otro día Mariola buscó una receta de brownie y lo preparamos. Y Paloma quiso probar a hacer galletas de mantequilla. Todos los días hacemos algo nuevo y es una emoción». Confiesa que una gran parte del tiempo se le va en la cocina: desde preparar la comida hasta poner la mesa. «Tenemos un protocolo: todos los días ponemos un mantel diferente, con sus flores… Lo preparamos con mucho cariño». Leticia le saca el lado positivo a la cuarentena: «Antes, por el ritmo diario, no podía estar tanto disfrutando de estos momentos en casa en familia. Los estoy aprovechando como una oportunidad. A veces me veo en la cocina con las niñas y me recuerda a la casa de mi abuela, cuando pasábamos horas con ella y nos enseñaba a hacer empanada, cuando poner la mesa era como un juego».

Además de la cocina, Leticia tiene otra cita a la que no falta todos los días: «Somos seis hermanos, cuatro están en Madrid y dos aquí. Creamos un grupo en WhatsApp de cuarentena y todos los días a las siete y cuarto de la tarde nos hacemos una videollamada y alguna de mis hermanas da una clase: de yoga, de entrenamiento… Creo que ahora estamos más que conectados que nunca».