«Ahora hay perros con ansiedad por separación»

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Julia Correa, directora de la organización de terapia asistida con animales Yaracan, de Vigo
Julia Correa, directora de la organización de terapia asistida con animales Yaracan, de Vigo Brodasecas.com

A ellos también les afecta la desescalada, sufren la vuelta al trabajo de sus dueños. «Necesitan cole, como los niños», apunta Julia Correa, la directora de Yaracan Galicia, quien advierte también de malas prácticas : «Lavar al perro todos los días es un crimen»

27 jun 2020 . Actualizado a las 05:00 h.

Cuidado con la vuelta a la normalidad si hay animales en casa, porque a ellos «también les ha afectado el confinamiento y sufren los cambios de rutina», apunta Julia Correa, directora de Yaracan Galicia, organización de Vigo especializada en terapia asistida con animales, centrada en lo que aportan los perros a entornos terapéuticos y educativos. Su trabajo no ha cesado online durante el estado de alarma. «Desde la asociación venimos avisando en consulta y con posts en redes: ¡Cuidado con la vuelta a la normalidad! La gente, en muchos casos, ha pasado en este período las 24 horas con sus perros, han recurrido muchísimo a ellos, porque los perros han sido una herramienta de afecto, de entretenimiento. Las personas se han apoyado en sus perros más de lo habitual y ahora, de la noche a la mañana, de repente tienen que incorporarse de forma presencial al trabajo y ya no están en casa. Y claro, los animales lo notan», explica la experta.

-¿Cuál sería el remedio, la manera de hacer mejor la desescalada?

-Adelantarse, intentar hacer el tránsito paulatinamente.

-¿Cómo han llevado, en general, las mascotas, el confinamiento, el hecho de salir a la calle y no poder correr, juntarse con otros perros?

-En general, la tónica ha sido mala. Es cierto que podían salir varias veces al día, pero eran paseos muy cortos, con correa, porque no los podías soltar. La gran mayoría de los perros, en circunstancias normales, los sueltas y hacen tranquilamente sus necesidades... No es normal que estén, para eso, sujetos con una correa. Muchos perros, con correa, no son capaces de hacer sus necesidades, y en esta situación podían pasar dos o tres días sin hacerlas, lo que es, lógicamente, un problema.

-Y en sus salidas estaban vigilados desde las ventanas...

-Sí, por los policías de balcón. También por la propia Policía en la calle. Ha sido complicado. Nos hemos sacrificado antes, durante y después del confinamiento. Y creo que hemos sido los grandes incomprendidos.

-Los «policías de balcón» cargaban contra todo el que se les ponía a tiro, perros, niños, deportistas...

-Sí. De pronto, llegó una nueva realidad social en la que algunos no supieron desenvolverse ni diplomática ni psicológicamente.

-Los dos metros de distancia se impusieron en la relación entre las personas. Nos relacionamos de lejos, evitando el contacto. ¿Es algo que ha afectado también a los perros?, ¿han cambiado las relaciones caninas? ¿Hay ahora más recelo entre perros?

-Ahora, se nota más efusividad. También depende de lo sociable que sea el perro, claro. Se puede notar cierto nerviosismo en ellos. O que eso que antes no les llamaba nada la atención ahora se la llame. Los animales se han desacostumbrado a todos esos estímulos habituales en la ciudad. Los perros reaccionan ahora a algunos estímulos de manera diferente. Y en su encuentro con otros perros ¡se nota mucha emoción! En cuanto a perros a los que les cuesta la interacción con otros, el hecho de haberla cortado forzosamente durante tres meses no debe de haber sido muy positivo en el nuevo reencuentro.

-Quizá como las personas, una vez que uno se encierra, si es introvertido, le cuesta más salir después...

-Claro, entiendo que sí. Pero no puedo hablarte de casos concretos.

-¿Les ha afectado la desescalada, la vuelta de sus dueños a la normalidad?

-Sí. Hemos recibido consultas en relación con distintos problemas. Hay perros, por ejemplo, que están manifestando ansiedad por separación. Es el caso de una persona cercana que tiene una perrita de once años, una buldog francesa. Los dueños han empezado a trabajar con los horarios de siempre, y la perra está mostrando signos de ansiedad por separación. Durante el confinamiento, se acostumbró a pasar el día entero con ellos y ahora, desde que se han tenido que ir a trabajar, la perra gime, rasca la puerta... Un montón de adiestradoras y educadoras caninas me están comentando casos similares, de perros que tienen problemas de ansiedad por separación.

-¿Habéis notado muchos cambios en los perros que utilizáis para terapia?

-Yo noté el cambio con la vuelta del campo, donde estuvimos un par de meses, a la ciudad. Mi perro pequeño estaba mucho más alerta a los ruidos, a los camiones, las máquinas de limpieza de la calle... y mi perra, mayor y más templada, también está más nerviosa con la vuelta a la normalidad, porque se habían desacostumbrado a ese ritmo.

-¿Qué pautas debemos aplicar ante un problema como el de la ansiedad por separación o ante dificultades para salir con normalidad?

-Siempre digo lo mismo: ante un problema, ponte en manos de un experto; un educador canino, un adiestrador o un etólogo. Haz una consulta aunque sea online, para que ese problema se pueda identificar bien y trabajarlo. La ansiedad por separación es un trastorno complicado de la conducta del perro. Siempre requiere ponerse en manos de un especialista; con pocas sesiones suele solucionarse fácilmente.

«Los perros se lo merecen todo, han sido el gran apoyo emocional para muchos durante el confinamiento»

-Hemos revolucionado las rutinas varias veces en una primavera. Nos acostumbramos, pero afecta.

-Los niños van al cole, ¿no? Pues con los perros debería ser igual... Los perros, la mayoría, se lo merecen todo. En general han sido muy plásticos, nos han ayudado muchísimo emocionalmente, y ahí es donde entra mi especialidad. Han sido una ayuda increíble para la gran mayoría de las personas y las familias. Creo que si ahora vemos que nuestro compañero está teniendo dificultades es el momento de ayudarle a él. Ellos nos han ayudado durante el confinamiento, y ahora debemos nosotros estar a la altura.

-¿Han sido los perros más de terapia que nunca?

-Yo diría de apoyo, porque terapia tiene esa connotación determinada para el ámbito profesional. Han sido un apoyo emocional súper importante, y se ha visto más que nunca su presencia, lo que supone tocarlos, el llegar a casa y abrazarlos. Hemos sido más conscientes que nunca de que ellos siempre están ahí, de que son más leales y fieles que nadie.

 «Hemos visto problemas por los productos que han usado algunos para la limpieza de las almohadillas, como la lejía»

-¿Qué precauciones requieren, podemos bajarlos a las playas sin riesgos?

-Siempre que se cumplan las medidas de seguridad y de distanciamiento social no debería haber ningún problema ni ninguna incertidumbre más allá de la que genera el simple hecho de ir a una playa. Yo lo que haría sería tomar medidas de higiene y precaución tras el contacto con otros. Yo a mis perros los limpio con toallitas de clorhexidina por encima del lomo. Cuando han estado en el parque y les ha tocado la gente, una vez que los meto en el coche, toallita de desinfectante por encima y ya está.

-¿Observáis algún problema derivado del exceso de higiene, como ha ocurrido en las personas?

-Sí. Hemos visto fotos reales de problemas por los productos que ha usado alguna gente para la limpieza de las almohadillas. Hay quienes han usado lejía y mezclas de desinfectantes varios que les han quitado a los perros la película protectora que tienen. Y sé de primera mano que hay gente que baña a los perros todos los días. Esto no se puede hacer, desde mi punto de vista es un crimen... También hubo quien no bajó a los perros durante el estado de alarma y los acostumbraron, por miedo, a hacer sus necesidades en la terraza del piso. Hemos visto y oído barbaridades. Por miedo, hubo gente que habilitó un espacio en la terraza como zona de juegos para no bajar al perro durante dos o tres semanas. Son dos semanas, sí, pero, aun así, me parece un crimen, porque no se está atendiendo a las necesidades del animal. Todos lo hemos pasado mal. Pero ellos han estado a la altura, no nos han fallado.