Beatriz Robles: «Deberíamos cambiar el estropajo cada semana»

VIRGINIA MADRID

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¿Se puede comer la parte carbonizada de las tostadas? ¿Y chupar las cabezas de las gambas? Beatriz Robles, la experta en seguridad alimentaria resuelve estas dudas en su libro «Come seguro comiendo de todo»

03 jul 2020 . Actualizado a las 14:06 h.

1¿Cada cuánto tiempo hay que limpiar la nevera?

Lo razonable sería cada tres meses. Para una limpieza en profundidad debemos sacar todas las bandejas y accesorios y frotar todas las superficies con agua y jabón. Tras aclarar, secamos con un papel de un solo uso. Y de paso, comprobamos que la temperatura programada en la nevera es de 4 grados centígrados o menos y la del congelador debe rondar los -18 grados centígrados.

2 ¿Cuándo debemos renovar los estropajos y bayetas de la cocina?

Lo ideal sería hacerlo cada semana. Un estropajo de marca blanca cuesta 0,33 euros y es algo asumible. Podemos desinfectarlos para alargar su uso hirviéndolos en una cazuela durante cinco minutos. Este método reduce la cantidad de microorganismos, pero no esteriliza, por lo que lo mejor es renovarlos frecuentemente.

3 Sobre el lavado y la higiene de los alimentos. ¿Cuáles debemos lavar y cuáles no?

Frutas y verduras deben pasar siempre bajo el chorro del grifo incluso si las vamos a consumir peladas, ya que en la piel puede haber microorganismos que arrastramos con el cuchillo al pelarlas. Pero si vamos a comer la fruta o la verdura cruda hay que ser más estrictos y debemos desinfectarla con lejía (apta para la desinfección de agua de bebida). Manteniéndolas cinco minutos en tres litros de agua en las que verteremos 4,5 mililitros de lejía, que equivale a una cucharada de postre.

4 El pescado, ¿debemos lavarlo? ¿Y la carne?

Cuando compramos pescado debemos limpiarlo bien, eviscerarlo y lavarlo bajo el grifo del agua para después colocarlo en un envase hermético para conservarlo en la nevera antes de consumirlo. La carne no debemos lavarla, porque esparciríamos los microorganismos que pueda tener por la cocina. ¡Ah! y las ensaladas de bolsa tampoco se lavan.

5 Pasemos al marisco y a los crustáceos. ¿Podemos o no chupar las cabezas de las gambas?

Lo lamento, pero no. La cabeza de las gambas es la parte en la que más cadmio se acumula. Es un metal pesado que al ingerirlo se acumula fundamentalmente en el riñón y en el hígado, siendo tóxico para estos órganos. Tampoco debemos chupar las cabezas de los langostinos, nécoras, centollos, quisquillas y cangrejos.

6 ¿Cómo debe hacerse la descongelación de un modo seguro?

Una mala práctica extendida es descongelar a temperatura ambiente y es un error. La opción ideal es descongelar en el frigorífico, ya que la temperatura nunca alcanzará la zona de riesgo y además, así el proceso se realizará de forma lenta.

7 ¿Podemos calentar la comida del táper en el microondas de la oficina?

Rotundamente sí. Hay un bulo que lleva años circulando que asegura que calentar alimentos en un táper de plástico dentro del microondas tiene relación con el desarrollo del cáncer. Esta creencia ha sido desmentida por las autoridades científicas, explicando que los plásticos que cumplen la legislación no incrementan el riesgo de padecer cáncer.

8 ¿Es malo comerse la parte quemada de las tostadas?

Sí. Debemos rascar la parte carbonizada antes de ingerirlas. Esto se debe a la acrilamida, que se forma a altas temperaturas por encima de 175 grados centígrados (a más calor, más acrilamida). Esto también debemos tenerlo en cuenta cuando freímos empanadillas o croquetas, ya que la acrilamida se forma al final de la fritura. Podemos empezar con fuego fuerte y reducirlo a la mitad del cocinado.