¿Por qué ellas abandonan el deporte antes que ellos?

YES

GETTY

El 76 % de las mujeres entre 12 y 25 años no se ejercitan físicamente lo suficiente. En el caso de los chicos, no cumplen el 59 %. Además, las que practican deporte lo dejan antes que ellos

19 abr 2021 . Actualizado a las 00:23 h.

«A mí jugar al baloncesto me gustaba. Disfrutaba tanto en los entrenamientos como en los partidos. Pero mi grupo de amigas no practicaba deporte y coincidió la época de salir. Las primeras quedadas, los chicos... Yo tenía 16 años y sentía miedo por perderme todo aquello. Además, estaban los estudios. El tiempo no me daba para todo. Así que, poco a poco, fui dejándolo. Disfrutaba, pero también era un sacrificio, porque siempre teníamos las peores horas de entrenamiento. Lo hacíamos después de los chicos. Al final, el esfuerzo no me compensaba tanto y acabé por dejarlo todo». Este testimonio es el de una mujer que en su adolescencia dejó el baloncesto. Con el tiempo, Ana regresó a su deporte favorito. Ahora es entrenadora. Su perfil se ajusta al de las más de seiscientas encuestadas para el Estudio sobre las causas de abandono de la práctica del baloncesto en jugadoras jóvenes y propuestas de intervención, elaborado por Marta Rovira, máster en Psicología aplicada al Deporte, en el marco del proyecto Basket Girlz impulsado por Endesa para analizar este fenómeno y tratar de paliarlo generando referentes de mujeres en cuya vida el baloncesto ha sido un pilar trascendental.

Un estudio dirigido por Fernando del Villar, catedrático de la Universidad Rey Juan Carlos, lo amplía al resto de deportes. Tras encuestar a más de 10.500 jóvenes, entre 12 y 25 años, concluye que «las mujeres comienzan a abandonar la práctica deportiva, principalmente a partir del bachillerato, debido a su madurez y sentido de la responsabilidad, que en esta franja es mayor que la de los chicos, y que les hace preocuparse más por sus estudios y su futuro que por la realización de actividad física. También influye el hecho de que no encuentren una oferta deportiva adaptada a sus motivaciones y que cuenten con menor apoyo de la familia y de su entorno próximo para seguir practicándolo».

De nuevo, la brecha de género asoma en la sociedad. En este caso, en ese combinado de difícil ingesta que forman el deporte y la adolescencia. Una edad complicada en la que la actividad física acaba viéndose más como un obstáculo que como una recompensa.

Cristina López Villar, profesora de la facultad de Ciencias de la Actividad Física y el Deporte de la UDC, entiende que la propia sociedad es la que fomenta el abandono femenino en estas edades. «Desde pequena mándanche miles de mensaxes. Desde a nai que rifa á nena porque se lle ven as bragas ao subirse á árbore dicíndolle que é un pirucho. Iso non sucede cos nenos. Socialízante para ser moi competente a nivel académico. Non para ser deportista. Para os mozos si é unha prioridade. Para as mozas non o é. E a partir de aí, nós deixamos de ver a actividade física como unha prioridade».

Para esta doctora, que pertenece a un grupo de investigación en el que se estudia el deporte desde la perspectiva de género y, además, imparte una asignatura llamada Mujeres y Deporte, la escasez de entrenadoras es también un motivo importante que condiciona a las jóvenes.

«Escoitei a mulleres dicir que preferían ter unha adestradora que un home. Porque desde o punto de vista comprensivo é diferente. Por exemplo, falaban do tema da menstruación, de como lles afectaba nos adestramentos, e iso aos homes custáballes entendelo. Aí tamén pode haber un condicionante», subraya Cristina López.

En esta línea, Mercé Barrientos, presidenta de Mudegá (Mulleres Deportistas Galegas) y exdeportista, hace hincapié en el amateurismo del deporte femenino que, aún de forma inconsciente, condiciona a las jóvenes. «O amateurismo do deporte feminino fai que as deportistas funcionen exclusivamente por motivación intrínseca, cando os homes, incluso de nenos e de adolescentes, teñen en mente sempre a motivación extrínseca, é dicir, o que poden chegar a ser, o recoñecemento que van acadar, o salario que poden chegar a gañar... Poden dedicarse profesionalmente a ser adestradores, e elas esa motivación extrínseca moitas veces non a ven, porque no deporte feminino non existe».

Diferentes estudios destacan también la importancia que tiene en esta grieta la falta de competiciones femeninas en los deportes de equipo. Desde hace algunos años, en categorías inferiores, niños y niñas comparten torneos. Los equipos son mixtos. Pero al llegar a la adolescencia se diferencian, y ahí empiezan a desaparecer las oportunidades para las jóvenes deportistas.

Y, cómo no, una vez más la autoestima en relación al cuerpo juega en contra de ellas. Mientras nadie se espanta de ver chicos flacuchos o con algún kilito encima, en el caso de las adolescentes, y no tan adolescentes, ese qué dirán, si me ven en mallas, las condiciona en exceso. Así lo detecta Cristina López. «A autoestima en relación ao corpo é sempre inferior nas mulleres que nos homes. Existe moita presión. Tanta mensaxe sobre celulite... Hai moi baixa autoestima e iso provoca que te sentes menos competente motrizmente. Pero é que no fondo todo acaba moi relacionado coa socialización masculina que existe. A presión pola autoimaxe e a autopercepción de falta de competencia».

Mercé Barrientos, exmedallista nacional de taekuondo y actualmente profesora de Educación física en el IES Valle Inclán de Pontevedra, también incide en este aspecto: «No instituto observo con frecuencia como a imaxe corporal e os estereotipos que lles transmitimos ás rapazas teñen moito peso á hora de que elas participen en actividades deportivas, e vendémoslles un modelo de corpo que non é real. Polo tanto, empezamos a crear complexos xa desde moi, moi cedo. Iso é perigosísimo. Eu fago unha exposición que se chama Corpos do deporte, baseada no traballo do fotógrafo Howard Schatz, onde saca fotos a campioas de élite e a campións de diversas modalidades deportivas e onde se pode observar que en función do tipo do deporte, o corpo cambia radicalmente. Por iso, non podemos facer que as rapazas se integren nun estereotipo».

Pensar en soluciones

Una vez claros los principales motivos, toca pensar en las soluciones. Ahí la cosa se complica, y para muestro el hecho de que hemos llegado al 2021 sin encontrarlas. Ni siquiera los estudios más prestigiosos las encuentran. Todos concluyen en que es fácilmente reconocible el problema, pero difícil el arreglo. Mercé Barrientos lo tiene más claro y se atreve a aportarlas. «Solucións hai moitas porque estamos ante unha situación poliédrica en canto ás desigualdades onde cada un dos ángulos do prisma require a súa correspondente solución. Pero a principal entendo que está nos centros de ensino, principalmente no modelo de deporte escolar que ten que ser dunha vez por todas integrador, tendente á igualdade ecuánime, e non segregado. O modelo que temos sigue sendo un reflexo do modelo que había no tardofranquismo. É dicir, hai corenta anos, cando eu xogaba ao balonmán no meu colexio de xeito totalmente segregado: por un lado os rapaces e por outro as rapazas», aporta con un halo de esperanza. En sus clases, no hay equipos masculinos ni femeninos. «Todos son mixtos», presume con orgullo.