Cambio de armario a la vista: hazte estas 5 preguntas antes de deshacerte de una prenda

YES

Milenko Bokan

Ocurre mínimo dos veces al año, así que coge fuerzas, reserva tres horitas y ponte a ello. Además de para tener a mano la ropa de la temporada presente, el cambio de armario sirve para hacer limpieza. Y dicen las expertas que cuanto más descartemos, mejor compraremos después. Estos son sus consejos

11 oct 2021 . Actualizado a las 16:32 h.

Está al caer. Puede ser cuestión de más o menos días, pero una vez que el verano dijo adiós, el armario pide a gritos el cambio, sobre todo en Galicia. Hay que tener claro, según las profesionales del orden a las que hemos consultado, que esto no se hace en un abrir y cerrar de ojos, sino que nos llevará una media de «tres o cuatro horas». «Lo primero es agendarlo, porque lo que no está en la agenda no existe», apunta Adelaida Gómez (@ordenstudio), que señala que una cosa es retirar cuatro prendas, las más extremas del alto verano o alto invierno, y que tu armario sea más o menos el mismo todo el año, algo que no lleva mucho tiempo, y otra vaciarlo por completo. Y eso requiere planificación. Hazle caso, porque si no lo que pasará es que cuando tengas un ratito libre, te pondrás, pero enseguida se te echará el tiempo encima y quedará todo patas arriba. Antes de empezar también deberíamos prepararnos, quizás viendo algún vídeo de cómo mejorar el espacio de tu armario, y por supuesto, teniendo todo lo que vayamos a necesitar, es decir, organizadores, bolsas, cajas... a mano.

Todas las expertas consultadas tienen muy claro por dónde hay que empezar: vaciando y descartando prendas de la temporada que dejamos atrás. «Si tú te sitúas en algo que va a empezar y dices: ‘El año pasado no me puse este pantalón negro, pero este año sí me lo voy a poner ’, tenemos más facilidad para engañarnos. Sin embargo, a toro pasado, es más obvio. Si es algo que no te has puesto mucho, lo mejor es deshacerse de él. A veces compramos por moda, pero ya no solo eso, a lo mejor tu cuerpo ha cambiado por cualquier motivo, un embarazo, has cogido peso o lo has perdido o simplemente has evolucionado mental y físicamente hacia un lado en el que no te identificas con esa prenda. Por eso, no es tanto si en tres años no te la has puesto. Igual hay cosas que no te has puesto durante dos veranos, pero te sientan bien y te sigues sintiendo identificada, simplemente que no has tenido una ocasión donde hubiera encajado. Si es así, guárdalo. Pero si tienes un vestido de floripondios, que no te has puesto el año pasado, este tampoco, y ya no te ves con flores tan llamativas, dónalo, véndelo», explica Adelaida, que insiste en que es lógica pura, porque si no encaja contigo, no te va a apetecer ponértelo.

Paloma Pou de SIMPLE (@SimpleSientaBien) coincide con Adelaida en que no haberse puesto una prenda durante esa temporada no es motivo de peso para deshacerte de ella. Según explica Paloma, cuando no descartas algo que no te has puesto en un tiempo, deberías hacerte estas preguntas: ¿la he usado esta temporada? ¿Realmente me gusta? ¿Me sienta bien? ¿Es de mi estilo? ¿Me lo volvería a comprar si lo viera en una tienda? Si contestas con más de un ‘no’, entonces igual va siendo hora de decir bye bye. La teoría parece sencilla, pero a quién no le ha costado dar una prenda a pesar de que no la ha usado durante años. La responsable de Simple lo denomina ‘apego emocional’. «No tienes que descartar algo que no uses. Hay que eliminarlo del armario para que te libere espacio, pero no de tu vida. Deberíamos guardarlo en una caja de recuerdos, que de vez en cuando también habría que revisar», señala.

4 BOLSAS PARA DESCARTAR

Para hacer el descarte, Montse Monzón (@ordenaMonzón) aconseja agrupar previamente las prendas por categorías e ir mirando una a una. A partir de ahí, lo que nos guste, lo guardamos, lo atemporal lo dejamos en el armario, y lo que no, (por el motivo que sea), lo descartamos. Paloma va más allá y habla de tener cuatro bolsas a mano donde depositar las prendas que no continuarán con nosotros. «Una para donar a una oenegé, otra para dar a familiares, otra con ropa para arreglar y otra para reciclar. El objetivo del cambio de armario es que podamos usar cualquier cosa que tengamos dentro, que no lo abramos y pensemos: ‘Es que no tengo nada que ponerme‘», señala.

La ropa de entretiempo que vamos a dejar en el armario la tenemos que colocar por categorías, y dentro de ellas, por colores. Esto nos servirá de guía para cuando más tarde coloquemos, en este caso, la de invierno. Lo mejor es colgar de manera ascendente dentro de cada categoría: lo más largo a la izquierda y lo más corto a la derecha. «El orden visual -apunta Paloma- es muy importante. Crea un espacio agradable y limpio».

Adelaida comenta que muchas clientes le preguntan si se debe lavar la ropa que guardamos hasta el año que viene. Obviamente no debería ir nada sucio o con manchas, en teoría lo que almacenamos está limpio, así que ella no perdería mucho tiempo en eso, sino que es más partidaria de colocar la nueva temporada en el armario, y poco a poco, ir poniendo lavadoras para «que no huela a humedad o nos siente mejor». Una vez que metimos la ropa de verano en las cajas (de tela, transpirables y apilables) donde teníamos lo de invierno (cuanto más podamos etiquetar, más fácil será su localización, por ejemplo, si hacemos un viaje fuera de temporada), y tenemos todo despejado, llegó la hora de la verdad, de «hacer el Tetris» como dice Adelaida. Aquí las tres organizadoras profesionales vuelven a coincidir en la misma premisa: colgar todo lo que sea posible. «Está demostrado que se usa más», comentan a la vez que recomiendan probar el doblado vertical en algunas prendas, por ejemplo, en las bufandas y fulares. «Es brutal cómo se nota la diferencia -comenta Paloma- y lo bien que se mantiene el orden».

Al cambiar de temporada, avanza Montse, «hay que reorganizar los espacios del armario. Lo que en verano nos encaja mejor en un sitio, en invierno puede ser en otro». «Es recomendable colgar una prenda por percha, y que estas sean iguales», dice. «Si hemos hecho una buena limpieza cuando retiramos la ropa de invierno, en teoría, todo lo que hemos guardado nos va a encajar, pero podemos haber cambiado, así que no está de más revisar», señala Paloma y corrobora Montse. No todo el mundo hace cambio de armario, ni todo el mundo quiere hacerlo, pero más allá de eso, lo importante es la limpieza que, mínimo, se hace dos veces al año. «Cuanto más descartemos -apunta Paloma- más definimos nuestro estilo y mejor vamos a comprar después». Si a lo tonto te ha llevado tres o cuatro horas, no te preocupes, estás en la media.

CINCO CONSEJOS A TENER EN CUENTA

  •  Menos abrigos Nos aconsejan tener el mínimo de abrigos o de jerseys gordos. Hay que verlo en perspectiva, solo los usamos unos meses en concreto, y nos ocupan mucho. Es preferible tener otras prendas si no tienes espacio.
  • Una prenda por otra Si hay alguna prenda que no sirve, no nos queda bien, o está fea, compro otra igual, pero me deshago de esa. No dejo esa y compro otra, porque si no acabo con cuatro camisetas blancas iguales.
  • Puedes regalar los regalos Si alguien te regala algo de ropa, y esta no encaja contigo, no te sientas mal por deshacerte de ella. Ese regalo ya cumplió su función, pero no tienes que cargar con el peso de que esa ropa no vaya contigo.
  • Si no me queda bien, fuera Si te pruebas algo y no te ves bien, fuera, no la guardes de nuevo en el armario, porque la vas a arrinconar y no te las vas a poner nunca más. Ten una bolsa a mano con ropa para donar.
  • Aceptar una mala compra Si nos equivocamos al comprar una prenda cara o de marca debemos aceptarlo, pero donarla. No podemos castigarnos y ver a diario una prenda que no nos encaja y que nos recuerda el dinero que gastamos.