¿Cómo se vive mejor, con hijos o sin hijos?: «Todo é para os nenos»

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Estas dos familias explican su día a día, dependiendo de si tienen menores a su cargo o no. El dinero, eso sí, no se lo gastan en lo mismo

24 oct 2021 . Actualizado a las 15:54 h.

La convivencia y el día a día, como se ve en este reportaje de doble testimonio, es diverso cuando se tienen o no hijos. La diferencia radica en eso, precisamente. En dedicar la mayor parte del tiempo y del presupuesto en criar a los hijos o en disfrutar del tiempo libre y de las aficiones si no los tienes. Los primeros están contentos con su decisión y los segundos, también. Pero ambos modelos de vida son radicalmente distintos.  

Maite y Rubén: «Para nós algo queda, pero case todo é para os nenos»

xaime ramallal

Maite Baamonde y su pareja Rubén Uz viven en Mondoñedo y, a pesar de todos los sacrificios que hacen por sus hijos, no se quejan porque saben perfectamente que hay familias que lo tienen mucho más difícil que ellos. Ella es profesora de secundaria y él estudia por las mañanas y trabaja por las tardes. Siempre quisieron tener hijos y tenían muy claro que no sería solo uno. Así llegó Mario hace dos años e Inés hace apenas cinco meses. Desde entonces, Maite pide todos los años conciliación familiar para poder trabajar desde un centro público de Mondoñedo y no tener que trasladarse hasta Viveiro todos los días donde tiene su plaza fija. Por ahora ha tenido suerte y las dos veces que lo ha pedido se lo han concedido. Pero sabe que no siempre puede ser así: «Pido os concellos de aquí arredor para poder conciliar, pero se non hai praza, tería que ir a Viveiro». No le quedaría otra opción. También le preocupa que su instituto tiene horario nocturno, es decir, clases por la tarde. Y teme que, en el supuesto de que se viese obligada a ir a Viveiro, le toque dar clases en ese turno. Si así fuera sabe que tendrían que contratar a una persona para cuidar de los niños, porque la escuela infantil a la que van los peques (Galiña Azul) cierra a las cuatro y media de la tarde.

Pero, por ahora, se van «amañando» y así siguen. Saben que no pueden hacer planes a largo plazo y que las soluciones tienen que darse a medida que surgen los problemas. Su día a día es un poco «ás carreiras». En cuanto ella termine la baja por maternidad, tendrán que dejar a los niños a las 9.15 en la guardería y recogerlos a las 16.15. Tanto Maite como Rubén salen a las tres de la tarde y llegan a casa con el tiempo justo para comer e ir a recoger a sus hijos: «A comida hai que deixala feita do día anterior ou madrugar máis pola mañá». Porque como dice Maite, «a conciliación soa moi bonito, pero non hai tal, as cousas como son».

A pesar de todos los esfuerzos, esta pareja tiene muy claro que les compensa tener hijos: «É un xiro de 180 graos, completamente. Hai cousas que antes podías facer e agora non, pero compénsanos. É unha vida máis sacrificada no sentido de que tes que esquecerte durante uns anos de facer cousas que facías cando eras máis nova, pero os anos tamén van pasando e ves a vida doutra maneira».

En cuanto a los gastos que supone tener dos hijos, dice que «se tes fillos xa sabes que vas ter moitos máis». «Non é o mesmo vivir dous que catro. E se te pos a facer números, non os tes», pero están contentos. ¿Cuánto destinan de su presupuesto a ellos y cuánto a sus hijos? Quien haya pasado por esa situación, tiene muy clara la respuesta: «Para nós algo queda, pero basicamente é todo para os nenos. Pensas máis neles. Non gastas todo porque non sabes o que che pode pasar, podes ter calquera imprevisto dos nenos. Eu, agora, só penso neles, en deixar un colchón para calquera cousa que poida xurdir».

Sí agradece Maite que, por lo menos, ahora no paguen guardería con su segundo hijo. Es un gran alivio para las familias. Pero pocas más ayudas recibe porque todo va en función de la renta: «Na escola infantil, co neno son das que máis pago polos ingresos. Non me queixo, pero tampouco teño dereito practicamente a ningunha axuda, como vai todo por renda... Gardería de aquí, o outro doutro lado... a tarxeta benvida é ata os 3 anos e a nós déronnos só para un, pero polo menos para as vacinas ou os cueiros xa tes. Mellor iso que nada».

Viajar con niños pequeños ya es harina de otro costal. Solo se permiten escapadas cortas para que no se agoten mucho los peques, como la que hicieron hace unas semanas a Cabárceno de dos días. Mucho más ya no: «Ata que medren un pouquiño non pensamos en facer unha viaxe longa con eles», porque saben que es muy complicado. Maite tiene ganas de volver a Portugal porque es un país que le encanta y allí encuentra una sensibilidad especial con los niños: «Para ir con nenos é marabilloso porque tes preferencia en todo. Vas a un restaurante cos nenos e pasas primeiro. A primeira vez que nos pasou quedamos flipados. E a xente non protesta! Iso aquí é impensable».

Miguel y Silvia: «Se nos apetece comprar calquera cousa non nos privamos»

XAIME RAMALLAL

Miguel Fraga Otero (Foz, 1983) y Silvia Pérez Martín (Foz, 1981), llevan juntos desde hace 15 años y con residencia regular establecida en su lugar de nacimiento. Decimos «regular» no porque la decoración tenga alguna pega o porque exteriormente la vivienda sea ni fu ni fa, sino porque ella está asentada profesionalmente de lunes a viernes en Fisterra. Se ven el fin de semana. Ella es profesora y él es empleado de Alcoa, en la fábrica de San Cibrao (Cervo).

Lo que en otras circunstancias (con hijos) sería el epicentro de la economía doméstica, en su situación pueden derivarlo a otros menesteres, necesidades, gustos o aficiones en común. «Sobre todo, do que gañamos ambos vaise moito en vivenda porque temos que pagar o aluguer de Silvia en Corcubión e estamos hipotecados aínda co piso de Foz... e queda por pagar», especifica Miguel Fraga. Quitando esa sección de la hucha, el dinero que en una pareja que son padres se funde práctica y literalmente en los menores a ellos les facilita poder incrementar la capacidad del ahorro. «E se nos apetece, tamén comprar calquera cousa, tampouco nos privamos. Mirando sempre da economía iso si, poderiamos permitírnolo», reconoce.

Ahí entra en escena una de las aficiones que comparten Miguel y Silvia, unidos por los viajes. «Preferimos sempre gastar un pouquiño máis para ir ben», señala él, porque la verdad es que cuantos más sean a la hora de ir de vacaciones más toca mirar el euro; es lo normal. «Aínda que nos custe máis por coller o mellor hotel, preferimos facelo ben. Tamén imos a todo incluído, pero que sexa bo. Intentamos viaxar potente», señala, indicando que son menos exquisitos en lo que se refiere al avión: «Tampouco é cuestión de tirar o diñeiro, pero si que gastar ao mellor un 10% máis facémolo». Ya han viajado al Caribe (República Dominicana y Cuba), por algunos rincones de Europa (Polonia, Alemania, Croacia, Portugal) y Egipto, que fue su último destino de perfil internacional antes de que llegase la pandemia y trastocase muchos planes. A todos. A ellos también, que realizaron un parón en ese sentido, acercándose simplemente «uns días ás Rías Baixas» como mucho en sus último período vacacional.

Ahora que el panorama es diferente y algo más esperanzador, Miguel y Silvia ya planean su siguiente escapada. Previsiblemente será a Budapest, «que organiza meu irmán Pedro, que ten unha axencia de viaxes»: «Ultimamente viaxamos moito con el, sobre todo viaxes organizados que están moi ben, porque non te preocupas de nada e son supercómodos». Tienen suerte de que tanto a él como a ella les gusta conocer mundo, unas veces solos los dos y otras veces también con amigos, que tienen hijos y autocaravana.