Estos son los robots que te harán compañía

TEXTO: ALEJANDRA CEBALLOS LÓPEZ / S. F.

YES

Desde juguetes pequeños que prometen ser empáticos, hasta osos enormes capaces de cargar humanos, los robots de compañía se plantean como una solución a una población mundial cada vez más envejecida y aparentemente cada vez más sola. Esto opinan los expertos.

11 nov 2022 . Actualizado a las 11:09 h.

La robótica ha tomado las universidades, los centros de investigación y los hogares. Mientras A Coruña se postula como la sede para la Agencia Estatal de Inteligencia Artificial, más de uno se plantea tener en casa aspiradoras automáticas, pero si además planchara, cocinara y lavara la ropa, estaríamos encantados. Lo cierto es que aún falta para que esto ocurra, pero mientras logramos este nivel de autonomía, los expertos se enfocan en que al menos interactúen con nosotros.

La soledad no es un problema del futuro, o de países lejanos. En España, según el INE, hay casi cinco millones de personas que viven solas, y más de dos millones de ellas son mayores de 65 años. La población cada vez está más envejecida. Por esta razón, los grupos de investigación, empresas tecnológicas y entidades estatales sugieren a los robots como una de las opciones a la hora de tratar esta situación. Tanto es así, que entre el 2020 y el 2021, el Ayuntamiento de Cataluña inició un proyecto piloto en el que cuatro robots de asistencia —Misty— acompañaron a 20 usuarios con la idea de mejorar la calidad de vida de las personas mayores.

Misty.Misty es el robot creado por el grupo Saltó, en Lleida, pretende ser la solución de compañía para los mayores en Cataluña. Hace parte de un proyecto entre el Ayuntamiento de Barcelona y Mobile World Capital, que busca mejorar la calidad de vida de los mayores.
Misty es el robot creado por el grupo Saltó, en Lleida, pretende ser la solución de compañía para los mayores en Cataluña. Hace parte de un proyecto entre el Ayuntamiento de Barcelona y Mobile World Capital, que busca mejorar la calidad de vida de los mayores.

Pero no se trata solo de personas mayores. Estas herramientas tecnológicas también prometen ayudar a personas con secuelas tras eventos traumáticos, ser un apoyo escolar para los niños, o convertirse en asistentes personales. Tanta es su popularidad que en la primavera del 2022 en Japón abrió una tienda de accesorios y un espacio para que se reúnan los propietarios de Lovot, el robot que enamora a los niños.

Lovot.Los lovot tienen más de 20 sensores, temperatura similar a la de los humanos, y sus creadores (Groove X) se han encargado de crearles accesorios para mayor personalización.
Los lovot tienen más de 20 sensores, temperatura similar a la de los humanos, y sus creadores (Groove X) se han encargado de crearles accesorios para mayor personalización.

Aunque falta mucho para que tengamos asistentes en casa como Robotina de Los Supersónicos, lo cierto es que estas soluciones tecnológicas han venido para quedarse. «Hay que tener en cuenta que cuantas más funciones le pidamos al robot, y más robusta sea su respuesta, más costoso será. Así que ahora se apunta a necesidades muy concretas, como la asistencia», asegura Roberto Iglesias, coordinador del posgrado de Robótica de la Universidade de Santiago de Compostela.

Los más reacios a aceptar dichas tecnologías hablan de la posibilidad de que los mayores estén más aislados, o del posible reemplazo de humanos por parte de los robots. Tanto Iglesias como María Alejandra Castro, doctora en Neurociencias de la universidad de Salamanca coinciden en que estas son herramientas que pueden significar un gran apoyo. 

«Quien tiene carencia de amigos o familiares, ya la tiene, con o sin robots. Piensa que hay personas que encienden la televisión para no sentirse solas», reflexiona Iglesias. Por su parte, Castro advierte que «es como con los ordenadores. Al principio muchos pensaban que iban a dominar nuestras vidas, o les daba miedo lo que pudiera pasar con ellos, pero sabemos que son una herramienta que ayuda mucho. En la actualidad, alargamos cada vez más la vida y no nos cuidamos lo suficiente, así que hay más riesgo de desarrollar enfermedades neurodegenerativas, por lo tanto los robots serán necesarios», apunta.

Dejando la tecnofobia a un lado, vale la pena pensar en los beneficios que trae este tipo de tecnologías. «No se trata de que vayamos a dejar a los mayores a cargo de los robots y olvidarnos de ellos, sino de encontrar un apoyo. Por ejemplo, las personas que cuidan mayores con alzhéimer se desgastan mucho, así que poder contar con una herramienta que les ayude, resulta muy útil», explica Castro. 

Iglesias resalta las diferentes funciones que pueden llevar a cabo estos robots: «Apoyo a terapeutas en el ámbito médico, grabar recordatorios, incluso ofrecer conexión permanente a personas con demencia. Se trata de que los mayores tengan más autonomía y puedan permanecer en su espacio, pero asegurándonos de que van a estar bien. Por ejemplo, estos robots pueden detectar cuándo una persona ha caído y lanzar una alerta a familiares o a emergencias. Actualmente, cuando esto ocurre, pueden pasar muchas horas antes de que alguien se dé cuenta», asegura.

Otra de las aplicaciones, y tal vez la más conocida, tiene que ver con aquellos que ayudan a personas que tienen problemas con sus habilidades sociales, ofreciendo respuestas empáticas a ciertos estímulos. Cuando preguntamos si es probable que podamos identificarnos con un robot, Castro asegura que «es como con las películas, logras sentir lo mismo que un personaje, así sepas que es falso, si el robot logra emular algún sentimiento, será igual, sabes que no es real, pero empatizas», explica respecto a casos como el de Paro, la foca diseñada en Japón para ayudar a pacientes que hayan atravesado traumas, o también con algún grado de demencia.  

Paro.Paro es la creación japonesa tienen más de 12 sensores, bigotes sensibles y sus creadores aseguran que logra respuestas afectivas y emocionales importantes en pacientes que tienen dificultades para expresarse.
Paro es la creación japonesa tienen más de 12 sensores, bigotes sensibles y sus creadores aseguran que logra respuestas afectivas y emocionales importantes en pacientes que tienen dificultades para expresarse.

En cuanto a los niños, uno de los mercados más prometedores, ambos expertos aseguran que podría haber grandes beneficios, pero siempre bajo la supervisión de los adultos. «En términos de pensamiento abstracto o programación, los niños de hoy aprenden de forma muy diferente a la nuestra. Los robots forman parte de las aulas», asegura Iglesias. 

Sin embargo, Castro apunta que este tipo de tecnologías deben estar muy reguladas. «No hace falta una gran inteligencia artificial para que veamos que puede desencadenarse una adicción, lo vemos con los videojuegos. Aquí es el adulto el que debe poner límites, porque el niño o adolescente no tiene el cerebro tan estructurado como para saberlos establecer», apunta la neuropsicóloga.

 

Miko es el robot para niños de una compañía india. Es «ridículamente inteligente y realmente divertido» . Está diseñado para enseñar, ser empático e incluso hacer que se ejerciten a través de juegos.
Miko es el robot para niños de una compañía india. Es «ridículamente inteligente y realmente divertido» . Está diseñado para enseñar, ser empático e incluso hacer que se ejerciten a través de juegos.

¿Y los datos?

Quienes insisten en no introducir dichos dispositivos en su vida diaria, aseguran que uno de los principales problemas es el de la privacidad. Algunas plataformas tecnológicas advierten de la cantidad de datos que almacenan dispositivos como Roomba, la aspiradora robot.

Ante esta preocupación, Castro asegura que «hay un campo de trabajo que ya se está abriendo, todo aquello que tiene que ver con la neuroética o el neuroderecho. Profesionales preparados que también sepan de consciencia humana y temas biológicos y psicológicos. Ellos serán los encargados de poner límites, sobre todo en temas de privacidad. Lo que sí es cierto es que hay que hacer una transición en la que participen profesionales como economistas, periodistas, expertos en tecnología... y que derribemos mitos para poder tomar decisiones estando informados», asegura.

Por su parte, Roberto Iglesias advierte que este es un tema en el que ya se está trabajando, desde el CiTius, de la Universidade de Santiago. Allí ya se trabaja en el aprendizaje federado de la inteligencia artificial. Es decir, los datos quedan almacenados solo localmente y lo que se comparte son los modelos aprendidos, pero nuestra información permanece encriptada.

Los robots serán como los ordenadores o los móviles, tarde o temprano empezarán a formar parte de nuestras vidas, y más nos vale estar preparados. Y tú, ¿te animarías a tener un amigo robot en casa?

Robear es el oso robot que podría ayudar a enfermeras y cuidadores. Una de sus funciones destacadas es ayudar a pacientes con movilidad reducida.
Robear es el oso robot que podría ayudar a enfermeras y cuidadores. Una de sus funciones destacadas es ayudar a pacientes con movilidad reducida.