Laura Andrade, subcampeona de la Copa de España de salto con poni: «Con 6 años me subí a un caballo y ya no quise bajar. Mi sueño es poder seguir»

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Laura Andrade a lomos de Alí Babá, con el que forma un binomio campeón.
Laura Andrade a lomos de Alí Babá, con el que forma un binomio campeón. MARCOS MÍGUEZ

DIO EL GRAN SALTO CON ALÍ BABÁ ESTE AÑO, pero, cuando tenía solo 6 esta amazona gallega le dijo a su madre que quería subirse a un caballo. Hoy despunta en la hípica nacional y sueña con seguir dando rienda suelta a su pasión

22 nov 2022 . Actualizado a las 05:00 h.

Lo suyo empezó como una chispa y el salto que han dado juntos ha sido espectacular. Ella es una niña especial, sensible, con altas capacidades, y su señor poni, Alí Babá, «un miura» que la ayuda a centrarse y acompasa su velocidad interior. Él corre como el viento, con la potencia de los cuarenta ladrones y, teniendo en cuenta su temperamento, hay que pensárselo bien para subirse a él. Alí Babá es «bastante nervioso, bravo y difícil, y le gusta mucho competir», dicen de él quienes lo conocen desde arriba, subidos sobre él. «Escucha la campana y sale como un cohete», pone como ejemplo Eva, la madre de Laura Andrade (A Coruña, 11 de mayo del 2011), la amazona de 11 años que se convirtió este verano en subcampeona de la Copa de España en poni B, solamente a unas décimas del primer puesto. Pero esta aventura hípica comienza tiempo atrás.

 «Un día, con 6 años, le dije a mi madre: ‘Quiero montar’. Y ella me llevó por varias hípicas. Fuimos a una, y unos meses después vinimos donde estoy, en la Finca Abrigosa», empieza Laura a relatar. Nunca sabrá por qué le dio por los caballos, porque las películas relacionadas con el tema llegaron más tarde. Primero se subió a uno; la serie A rienda suelta la vio después. «Me subí a un caballo y ya no me bajé. Al subir por primera vez a uno, solo hay dos posibilidades: o que no te guste o que te encante, no querer volver o no querer dejarlo», explica Laura. Algunas veces, tiene que oír que lo que hace no es, en realidad, un deporte, o que el caballo va solo. Pero ella sabe por experiencia que no es así, que hacerse a un caballo lleva un tiempo (meses), y todo el tiempo y el mimo que hay que dedicarle a entrenar y a competir.

Muy pronto salió corriendo al galope su pasión, tan veloz como Alí Babá. A los 8 años, Laura concursó por primera vez en doma, fue subcampeona gallega de esta modalidad en el 2020 y logró la medalla de bronce al año siguiente. A continuación, ya se enfocó en el salto. Entre salto y doma crece y va madurando su galopante afición: el salto le da adrenalina, y la doma, esa templanza que también necesita. ¿Y quién no? «La doma me aporta calma y el salto es más emoción. Me gustan mucho las dos, pero me estoy enfocando más en el salto», admite la amazona coruñesa, que ha tenido ya dos ponis pupilados (en alquiler), bien distintos, pero cada uno especial a su manera, Cachopo y Alí Babá.

Su gran aventura competitiva con Alí Babá comenzó a principios de este año. El poni llegó a manos de Laura con buenas credenciales: fue campeón de la copa de España en el 2020 con Zoe Romero, compañera de equipo de Laura y un referente real y cercano para ella, que la ayudó a hacerse con el animal. Fue el pasado enero cuando Alí Babá quedó libre y Laura midió el riesgo de probar la vida a lomos de él. Se gustaron, se entendieron y fueron a por todas. Tras participar juntos en varios campeonatos locales y en el Trofeo Infanta Elena de Madrid, Laura y Alí Babá concursaron en la Copa de España en poni B. Este debut nacional de Laura en la copa no dio lugar a decepción. Logró imponerse a 66 participantes (a 66 binomios, la palabra que se usa para referirse al equipo que forman poni y jinete). Fueron, del 23 al 26 de junio, tres intensos días de competición. El primero, Laura quedó a la cabeza; el segundo día, en séptimo lugar, y el tercero se convirtió en subcampeona de España.

El sabor de este éxito Laura y su madre lo quieren compartir con la entrenadora de salto Marina Aranda, que fue quien alentó a la joven amazona y confió de pleno en ella, haciéndola trabajar bien duro, confiando en ella, para pupilar a Alí Babá, propiedad de Roberto Ares, dueño de Finca Abrigosa. «Este es un club muy bueno, con niños muy buenos. Somos una gran familia», se para a recalcar Eva.

Laura con Alí Babá y con su entrenadora de salto, Marina Aranda.
Laura con Alí Babá y con su entrenadora de salto, Marina Aranda.

Grande es la afición hípica en Galicia. «Pero no resuena, y la clave son los medios que tengas —matiza Eva—. En cada concurso, tienes que hacerte cargo del transporte del caballo, del alquiler de boxes, del alojamiento, del coste de las inscripciones, y esto se traduce en disponer de mucho dinero. Lo ideal sería conseguir patrocinios, porque, con la edad, la dificultad para competir va en aumento. Compites con gente con caballos muy buenos», caballos que pueden costar en torno a unos 30.000 euros, una cifra que es relativa.

HAY MÁS AFICIÓN DE LA QUE VES

A nivel de práctica, este es un deporte que puede hacer cualquiera, pero «a nivel competición es elitista. Es un deporte de élite y no tendría que ser así, porque hay muchísima más afición de la que sale en los medios».

En el umbral de la adolescencia, Laura persevera en dar rienda suelta a su pasión por los caballos. Su último éxito lo saboreó en Portugal. Fue en septiembre en el Concurso Nacional de Saltos de Esposende, en el Club Hípico do Norte, donde consiguió la primera posición los tres días consecutivos del certamen en la prueba de 0,80 metros.

MARCOS MÍGUEZ

Ella no olvida que todo empezó con Cachopo, el primer poni que pupiló, que se lo puso fácil. Y adora «lo loco y guapo que es» Alí Babá, que se lo puso algo más difícil. Lo que más le gusta de su actual compañero es que «siempre va a por todas». En esta historia también cuenta el apoyo constante de su primera fan, su hermana Martina, de 6 años, que le hace a veces de mozo de cuadra y la sigue, a golpe de madrugón, allá donde a Laura la lleva su pasión a lomos de un poni.

«Como Alí Babá me está quedando pequeño, mi sueño es encontrar un caballo para mí, ir a concursos con él y lograr juntos buenos resultados. Y, si puedo seguir con Alí Babá [esta temporada prevé que será la última con él], conseguir con él buenos resultados en los concursos. Mi sueño es poder seguir», concluye Laura. Imposible poner punto final...