Así son las «Tradwifes»: mujeres contra el feminismo

Alejandra Ceballos, S. F.

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Son de otro siglo, pero existen. Forman parte de una tendencia en redes sociales en la que vuelven atrás. Mujeres que eligen estar siempre guapas, cuidar de su hijos y realizar recetas al estilo tradicional, mientras sus maridos se encargan de la parte económica. Triunfan en Instagram y en TikTok. Y dan miedo

12 mar 2023 . Actualizado a las 10:48 h.

La escena va así: una mujer da la vuelta frente a la cámara para mostrar el vuelo de su vestido de colores pastel, que se eleva mientras ella gira. Va maquillada con tonos suaves, para no verse exagerada, pero lo suficiente para no tener cara de «enferma». Sirve el desayuno a su esposo, lo besa antes de que salga a trabajar y ella se queda en casa.

Bienvenidos al siglo XXI. No hablamos de una película, o de los años 50, se trata de la vida que publican en sus cuentas de Instagram y TikTok personalidades como Estee Williams (@Esteecwilliams) o Ashley (@Ashleycbabich). Son las Tradwifes, ellas han elegido vivir sus vidas bajo estándares conservadores o ultraconservadores donde se mantienen los roles de género.

En 1963 Helen Andelin escribió Fascinating Womanhood. «La meta más alta del matrimonio es que la mujer pueda ser amada y querida», dice la descripción online del libro que promete, además, enseñarte cómo ganar el amor genuino de los hombres.

El título, autopublicado inicialmente, fue posteriormente editado por Penguin Random House y ha vendido más de dos millones de copias en siete idiomas diferentes. Muchos lo consideran la biblia de las Tradwifes. Y la tendencia, aunque minoritaria, no deja de sumar seguidoras.

«Todos los días me pongo linda para mi esposo», «soy la encargada de la limpieza, el presupuesto del hogar y hacer manualidades» o «nunca conduzco, si estoy con mi marido» son solo algunas de las declaraciones que realizan en sus redes sociales mujeres como Estee o Ashley.

Aseguran haber elegido este estilo de vida porque se «cansaron del feminismo, de trabajar y de no tener tiempo para el hogar». Algunos portales de análisis político aseguran que estas chicas son el resultado del corporativismo feminista donde se plantea que el éxito es la mujer jefa que deja relegadas las tareas del hogar. En lugar de eso, muchas chicas vieron cómo sus madres no consiguieron la igualdad económica, o cómo mujeres de clases sociales más bajas terminaban trabajando en tareas domésticas ajenas, convirtiéndolo en un tema de clase y etnia.

Es así como muchas chicas de la generación Z prefirieron ser sumisas a sus maridos y dedicarse a cuidar la casa. Estee Williams, por ejemplo, comparte en algunos de sus vídeos: «La sociedad quiere que trabaje para alguien de 9.00 a 5.00 de la tarde, ellos no se enteran de que es mi esposo el que trabaja para mí».

DECEPCIONADAS DEL SISTEMA

«Es una respuesta del machismo, una contrarreacción a lo que ha ganado el feminismo», asegura Antía Pérez, socióloga de la UDC.

En su mayoría son mujeres blancas de Estados Unidos o el Reino Unido, de clase media alta, donde la renta del marido es suficiente para sostener el hogar, aunque también se da el caso de la población afro, en la que aseguran que el capitalismo quiere a las mujeres trabajando y por eso ellas han decidido que lo mejor es estar en casa, dicen haberse cansado del «neoliberalismo» que las quiere «esclavas de otros».

Es tal el éxito del movimiento, que incluso hay cursos en YouTube para convertirse en la esposa ideal.

Las respuestas en redes no se hacen esperar, muchos las tildan de «supremacistas blancas». Ellas defienden su decisión. «Las Tradwifes no somos un movimiento, no queremos derribar todo por lo que otras mujeres han luchado ni pretendemos que nadie más viva así. Ser una tradwife es una decisión que tomamos de manera individual y que en pleno siglo XXI deberíamos ser libres de hacerlo», asegura Estee en uno de sus vídeos.

Resalta, además, lo valiosa y fortalecida que se siente al estar con un hombre que le permite vivir su género al máximo. «Yo pensaba que ser femenina era debilidad, pero ahora sé que es un superpoder», postea. Incluso señala que estar en casa no hace que se sienta menos que su marido. «Yo me encargo del cuidado del hogar, pero eso no me hace sentir menos. Sé que es igualmente valioso que ser el proveedor económico. Lo hago porque confío en él», dice.

Por su parte, Khrys (@inked_goddess) hace un esfuerzo por mostrar que dentro de las elecciones que ha hecho en su vida es tan libre y se siente tan realizada como cualquiera podría hacerlo con otra decisión. A diferencia de otras mujeres adheridas a esta tendencia, Khrys tiene casi todo el cuerpo tatuado y, en el pódcast con su esposo hablan abiertamente de todos los aspectos de su relación, incluso el sexual. Ella asegura que su marido participa de las tareas del hogar y ella, como en cualquier otro trabajo, tiene días libres, porque se entiende que estas labores implican un esfuerzo considerable. «Yo soy su prioridad. Él [mi marido] me conoce tan bien que sabe cuándo estoy cansada y me ayuda sin que yo se lo tenga que pedir. Él enriquece mi alma y me satisface sexual, económica y emocionalmente», explica ella.

En ese contexto, estas mujeres se encargan del hogar, cuidan a los hijos, si los hay, y en los tiempos libres, se dedican a ellas mismas, van a la piscina, a dar paseos, visitan cafés o a gestionar sus propias redes sociales, donde comparten recetas, consejos para ser mejores amas de casa o esposas. También publicitan sus pódcast, vídeos, o ayudan a otras mujeres y parejas con este o cualquier otro estilo de vida.

El LADO B

Aunque muchas aseguran que viven la vida de sus sueños y romantizan las tareas del hogar posteando sobre sus hazañas culinarias o el tiempo de ocio del que disponen, la verdad es que muchas no lo pasan tan bien. En Reddit, el portal web donde se crean espacios para hablar de temas específicos, muchas mujeres expresan que lo pasan mal. «Tenemos cuatro hijos que educo en casa. Además pertenecemos a dos cooperativas [...] De verdad amo ser madre y ama de casa, pero muchas veces me siento como una esclava doméstica. Mi marido es ultraconservador y no se encarga de ninguna tarea del hogar, ni cambia un solo pañal», denuncia en uno de los subreddits (espacio virtual de conversación).

Por su parte, desde Political Research Assosiates denuncian que, aunque muchas veces el movimiento pasa desapercibido o simplemente como la «vida de los sueños de muchas chicas», varias de ellas tienen conexiones directas con los supremacistas blancos, a la vez que promueven valores racistas y una mayoría rubia y heteropatriarcal en Estados Unidos, como fue «tradicionalmente». Hablan, incluso, de una conspiración para reemplazar a los americanos blancos por «inmigrantes de otra raza».

El discurso más radical, aunque no es el de todas, se basa en la importancia de la mujer para conservar la unión familiar, así como de sus obligaciones biológicas como madres. Es la respuesta machista a lo que muchos sociólogos denominan como una «crisis de cuidados» que, al no ser resuelta por la sociedad, vuelve a recaer en las mujeres, que terminan agobiadas por no poder llegar a todo a tiempo y prefieren dedicarse al hogar.

El hecho de que el término fuera llevado al extremo ha provocado que algunas de ellas como Madison (@madisondastrup) decidieran dejar de identificarse como tradwifes, a pesar de continuar en su vida como encargada del hogar. Todo parece apuntar a que muchas de ellas están felices con su decisión. Y mientras sea una decisión libre, a nadie le vendría mal un día para ir a la piscina y cocinar sin prisa...