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La Cañada Real: historias con luz

EL MAYOR ASENTAMIENTO ILEGAL

La Cañada Real: historias con luz

Actores como Malena Alterio y Pepe Viyuela ponen voz a los vecinos de la Cañada Real en los relatos sonoros “Dramawalker”, una creación del Centro Dramático Nacional. El proyecto se desarrolla también en los barrios de Vite, en Santiago de Compostela, y Poblenou, en Barcelona.

Martes, 06 de Julio 2021

Tiempo de lectura: 6 min

La periferia no es un punto en el mapa, es una excusa. La esquina del cerebro donde abandonamos todo lo que no encaja con nuestro esquema mental. Lo sacamos del centro para que no moleste. Lo apagamos. «Llamo 'ciudad' a un conjunto de lugares, costumbres, creencias, estados de ánimo… Todo lo demás es periferia. Zona suburbana. Purgatorio. Pero existe». Así narra su impresión sobre la Cañada Real de Madrid la dramaturga María Velasco, una de las autoras de los relatos sonoros recogidos por el Centro Dramático Nacional (CDN) bajo el título Dramawalker y que se pueden escuchar en su página web. Creados a partir del testimonio de sus propios vecinos y grabados por actores, las historias recogen la realidad del mayor asentamiento irregular de España.

«Me ha dicho el taxista que me ha traído hasta aquí que, si puede evitarlo, nunca viene, que aquí no hay que entrar», explica la actriz Malena Alterio, quien pone voz a varios de los testimonios. «¿Qué me vas a contar a mí?», le contesta Najat Zerrouk, la vecina marroquí en la que está inspirada una de sus historias. «Cuando mi hijo tenía un año y medio, nos pasó algo parecido. Veníamos de la estación de Méndez Álvaro en pleno mes de agosto y se puso malito. Devolvió encima de mi marido y decidimos coger un taxi para llegar antes a casa, pero el taxista nos dejó en la entrada de la Cañada y nos dijo que ni aunque le diéramos todo el dinero del mundo nos llevaba hasta la puerta. Así que tuvimos que hacer todo el trayecto andando, con el calor que hacía y con el bebé enfermo en brazos».

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Ficciones que cobran vida

Estamos en el sector cinco, uno de los dos afectados por los cortes de luz que tuvieron lugar durante el invierno y el escenario donde se desarrollan los relatos. Aquí fue donde unas 1200 familias tuvieron que enfrentarse al frío y la oscuridad durante meses, tras las denuncias de enganches ilegales para mantener las grandes plantaciones de marihuana. «Y ese es el estigma. Nos criminalizan a todos, pero ese mercado de la droga que sale en los informativos está solo en una parte del sector seis. Todo sería distinto si nos hubieran dejado legalizar nuestras casas, pero no les interesa. Solo quieren que nos vayamos para poder construir aquí de forma masiva», explica Miguel Martín, vecino de la zona más cercana a Rivas, artista y protagonista de otra de las narraciones.

Según datos de la Comunidad de Madrid, más de 8000 habitantes se asientan entre los seis sectores que, a lo largo de 14 kilómetros, atraviesan esta antigua vía pecuaria por los municipios de Madrid, Coslada y Rivas. Fue en los años sesenta cuando se produjeron las primeras parcelaciones, dedicadas sobre todo a pequeños huertos, que poco a poco se fueron convirtiendo en lugares de ocio para los fines de semana. Después empezaron a construir las casas y muchos se quedaron a vivir. «Los primeros habitantes eran migrantes del sur de España que llegaban a Madrid para buscar trabajo y, años más tarde, comenzaron a venir también inmigrantes de diferentes países. El problema es que, a diferencia de lo que sucedió en otros barrios que nacieron por el mismo procedimiento, este nunca fue regularizado», explica Raquel Alarcón, la directora artística de Dramawalker. El resultado es una concentración de chabolas, casitas bajas, chalés e incluso pisos distribuidos por sectores con diferentes características legales, económicas y sociales. Desde el sector uno, urbanizado e integrado en el municipio de Coslada; al seis, el más conflictivo porque alberga el mercado de la droga.

«La imagen distorsionada que se tiene de esta zona no contribuye en absoluto a mejorar la calidad de vida de los que viven aquí, más bien al contrario –explica–. Se trata de una realidad muy compleja pero también enriquecedora, porque conviven cinco culturas diferentes en perfecta armonía, algo que no se da en muchos lugares del mundo. Por eso decidimos que debían ser los propios vecinos los que contaran la historia de su barrio a través de unas ficciones sonoras geolocalizadas en un mapa virtual en la web del CDN. Los oyentes lo pueden escuchar desde casa o caminando por la calle que atraviesa esta zona, situada a veinte minutos del centro de Madrid y que, sin embargo, para muchos sigue siendo la gran desconocida». Los barrios de Vite (Santiago de Compostela) y Poblenou (Barcelona) han sido los elegidos para llevar a cabo esta misma propuesta de recuperación de la memoria urbana a través del recorrido por una periferia que el teatro sonoro y participativo saca al centro del escenario.

'Ha sido una gran oportunidad poder dar voz a las mujeres marroquíes que se manifestaron aquí el 8 de marzo'

Malena AlterioActriz
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Malena Alterio y Najab Narrouk

«Cuando me llamaron para interpretar la historia de las mujeres marroquíes que se manifestaron el 8 de marzo en la Cañada Real, pensé que podría ser una buena oportunidad para darles voz. Creo que fue muy valiente por su parte unirse aquí ese día para luchar por sus derechos. Son mujeres que han sufrido mucho y que han tenido que trabajar una barbaridad. En cierto modo se parecen a las madres españolas de hace cinco décadas», cuenta la actriz Malena Alterio. La acompaña Najat Zerrouk, de 37 años, una de aquellas vecinas, que pertenece a la Asociación de Mujeres Árabes Luchadoras (AMAL). «Ese día pintamos un mural que representa a las mujeres de las distintas etnias y religiones que vivimos aquí».

'Este barrio está muy estigmatizado y hay mucha criminalización'

Pepe Viyuela
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Pepe Viyuela y Miguel Martín

El actor Pepe Viyuela ha puesto su voz al servicio del relato sonoro de Miguel Martín, un vecino que, con sus 68 años, saca su vena más artística con obras de arte ubicadas en su propio jardín. «Este barrio está muy estigmatizado. Hay mucho desconocimiento y, por tanto, mucha criminalización. Por eso hemos querido poner el foco sobre Miguel, porque da una imagen radicalmente distinta a lo que sale cuando se habla de la Cañada. Evidentemente, aquí habrá gente de todo tipo, pero no se puede centrar todo solo en lo negativo». El actor asegura que este proyecto ha sido muy especial: «Para mí significa poner mi trabajo, el teatro y todo lo que he aprendido al servicio de una causa social». Tras una vida entera dedicada a la tapicería, Miguel está ahora jubilado: «Llegamos aquí en el año 78. Al principio venía con mi padre los fines de semana. Luego construimos la casa, pero nunca nos han querido regularizar. No nos quieren ni en pintura, pero ni somos todos traficantes ni vivimos todos en chabolas –explica–. Hubo un pacto entre la Comunidad de Madrid y los ayuntamientos de los tres municipios que integran la Cañada para llegar a una solución, pero nunca lo han puesto en marcha y, encima, algunos vecinos nos culpan a nosotros y nos hacen la vida imposible. Han llegado a escribir en redes sociales que nos tenían que bombardear con napalm».

'Es muy importante romper estereotipos como los que supone ser mujer y gitana'

Carolina Yuste
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Carolina Yuste y Elena Iordan

Ganadora del premio a la mejor actriz de reparto por su papel en Carmen y Lola (2018), la actriz Carolina Yuste es la encargada de recrear una narración «sobre la discriminación que supone ser mujer, gitana y vivir en la Cañada, pero también sobre la importancia de romper estereotipos». Elena Iordan, de 24 años y con una hija de 2, es un ejemplo. «Soy gitana rumana y vivo en el sector seis. A mi madre le costó mucho, pero consiguió escolarizarnos a mis cinco hermanos y a mí. Más tarde hice un grado superior de atención a personas en situación de dependencia. Recuerdo el susto de mis compañeras cuando les decía que se vinieran a pasar la tarde a mi casa y se enteraban de que vivía en la Cañada. Gracias a mis estudios sé que hay futuro más allá de vender chatarra y quiero que mi hija se escolarice y las dos podamos seguir volando».

'Yo también crecí en un barrio de la periferia y mis padres vinieron del sur a trabajar en Madrid'

Alberto Conejero
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Alberto Conejero y Germán Cuesta

«Yo también crecí en un barrio de la periferia de Madrid con problemas de droga, y la historia de mis padres es muy parecida a la que he escrito ahora. Ellos también se vinieron desde el sur para trabajar en la capital», explica el dramaturgo Albergo Conejero, responsable de contar la historia de Germán Cuesta. «Me vine de Extremadura a Madrid en los años setenta. Al principio tenía un huerto y veníamos los fines de semana. Luego me construí la casa. Incluso la Guardia Civil me ayudó a poner la viga del techo», bromea Germán a sus 81 años. «Nunca han querido que legalicemos las casas, no les interesa, porque el día de mañana esto valdrá mucho dinero. Quieren construir viviendas y este trozo queda en medio, así que nosotros les estorbamos».