Volver
Desayuno de domingo con...

Esteban González Pons: «Eché un bote de Vicks VapoRub en la bañera y no te cuento qué parte se puso roja...»

Valencia, 1964. Soy un escritor joven de 60 años que está dándose a conocer. Publico 'El escaño de Satanás' (Editorial Espasa), que espero que entretenga a los lectores.

Por Virginia Drake | Fotografía: Javier Ocaña

Viernes, 27 de Enero 2023, 12:48h

Tiempo de lectura: 4 min

XLSemanal. Empezamos mal: este es su quinto libro, no cuenta que es doctor en Derecho Constitucional, eurodiputado, portavoz de su grupo en el Senado, vicesecretario del PP y que, encima, se ha puesto dos años más de los que tiene.

Esteban González Pons. ¡Jajaja! Cumplo años por quinquenios. Al cumplir 55, me di los 60. Así, al llegar la temida cifra, ya me he acostumbrado.

XL. ¿Esto se lo ha hecho mirar?

E.G.P. [Ríe]. Esto lo pensé en una bañera de agua caliente, que es donde se me ocurren las mejores ideas: algunas, peregrinas y otras, muy profundas.

XL. Cuénteme otra peregrina en remojo.

E.G.P. Como el vapor del Vicks VapoRub te libera la nariz y puesto sobre el pecho, los bronquios, se me ocurrió echar el bote en la bañera para combinar los dos efectos. Mejor no te cuento la parte de mi cuerpo que se puso roja como una brasa.

XL. ¡Ayyy! ¿Y si le recomiendo la ducha?

E.G.P. Me ducho cada mañana, solo me baño una vez al mes.

XL. ¡Menos mal!

E.G.P. En la ducha se me ocurren ideas y frases verdaderamente brillantes para ese día que, por alguna razón, se me olvidan luego al salir de ella.

XL. Dice ser un escritor metido a político.

E.G.P. Sí, desde siempre quise ser escritor, pero no me atreví. No cambio ninguno de mis libros por cualquiera de los cargos que he ocupado.

«Elegí a Rajoy para que presentara mi libro porque es el Ken Follett de los políticos que escriben, el único que es un 'best seller', con más de cien mil ejemplares vendidos»

XL. Lo dice tras treinta años en el PP.

E.G.P. Sí, pero con esta novela me he jugado mi carrera política. He vomitado cuanto pienso porque la escribí antes de Feijóo; creía que me iba a marchar.

XL. ¿Le han perdonado su crítica atroz?

E.G.P. Sí porque, cuando un político publica, se suele pensar que hay un negro detrás, negándole cualquier signo de inteligencia humana.

XL. No se enfade, pero muy serio no es este libro. Es, más bien, un esperpento gore, lleno de ratas y vampiros por el hemiciclo, pelín fallero; eso sí, con mucho sentido del humor.

E.G.P. [Ríe]. Sí, es una gran caricatura de la España política de hoy, en la tradición de Valle-Inclán, Mendoza...

XL. Pica alto, ¡eh!

E.G.P. Deformo la realidad para hacerla comprensible y transmitir mi enorme preocupación ante el presente.

XL. Oiga, en su novela la protagonista llamada a salvar a España es de Ciudadanos.

E.G.P. Sí, y es en ella en la que yo me veo más retratado y reflejado.

XL. Quedan muy fogosas las discusiones en el Parlamento, pero luego, ante un pincho de tortilla y una cerveza, se solucionan las discrepancias y compadrean.

E.G.P. Las discrepancias se solucionan con un beso. Yo creo en la política que une.

XL. En esta novela el sexo y el amor entre políticos y periodistas son una constante. ¿Lo peor del político que llega a Madrid es la soledad?

E.G.P. Sí, sin duda. Los políticos están muy solos y los fines de semana, cuando vuelven a sus casas, no pueden contar lo que les ha pasado porque no los entenderían. Por eso necesitan apoyarse con periodistas o con otros políticos porque saben hasta qué punto este oficio puede llegar a ser cruel. Las relaciones entre políticos y entre periodistas y políticos muchas veces acaban siendo relaciones de amor.

XL. Asegura que se podría enamorar de una mujer de Unidas Podemos o de una independentista.

E.G.P. Sin ninguna duda, el amor no tiene nada que ver con la política, el amor está muy por encima de ella.

XL. ¿Y ellas se enamorarían de usted?

E.G.P. Ellas de mí también. En esta vida me he enamorado de mujeres que pensaban justo lo contrario que yo. La política no hace al amor, el amor hace a la política.

XL. Dice: «Ningún político acaba bien, todos salen mutilados».

E.G.P. Los políticos, como las folclóricas, nunca acaban bien sus carreras. No saben marcharse a tiempo. Los acaba retirando el público y siempre de mala manera, como las folclóricas acaban bajándose de las grandes tablas para actuar en los pueblos y en los casinos de provincias.

XL. Sabe que no lo imagino en Venecia, el día de Nochevieja, pie en tierra, anillo en mano, pidiéndole matrimonio a su actual mujer. 

E.G.P. Me había prometido no ir a Venecia si no era para pedirle a una mujer que se casara conmigo. ¡Y fue muy bonito!

XL. ¿Ahora se llama así: muy bonito? [risas]

E.G.P. Probablemente es de una masculinidad antigua y pasada de moda, pero fue bonito y estuvo bien pensando porque me dijo que sí.

XL. Mariano Rajoy, hoy cronista deportivo y con cameos en películas y anuncios, le presentó el libro. ¿Está de moda?

E.G.P. [Ríe]. Elegí a Mariano porque, de los escritores políticos, es el único que es un best seller, con más de cien mil ejemplares vendidos: es el Ken Follett de los políticos que escriben.


«Tomo un café solo y sin azúcar. Parecerá poco, pero sin él soy incapaz de funcionar. Si no puedo tomarlo, voy de mal humor todo el día».