Dos mujeres y una farmacia: 20 años de servicio en Burela y una libreta de anécdotas

La farmacia O Parque de Burela tiene alma de mujer. Sandra Gómez Enríquez (Monforte, 1975) y Noelia Cao Ramos (Trasbar-Cervo, 1980) son copropietarias de este establecimiento que cumplió recientemente sus primeros 20 años en las instalaciones de la calle Pardo Bazán, 24. Sandra y Noelia ejercen su vocación en una farmacia que fue adquirida en su día a María Novoa Meilán.

Confiesan que parte de su trayectoria vital está ligada a la farmacia en la que han desarrollado sus carreras profesionales, que han ido ampliando y nutriendo de servicios y donde, reconocen, se sienten como en casa. Cuando asumieron las riendas eran cinco empleados —contándolas a ellas— y hoy tienen una plantilla de nueve profesionales.

Cuando abrieron —recuerdan— había dos farmacias en Burela y actualmente funcionan cinco. El municipio ha crecido y ellas también contribuyeron a su desarrollo con un establecimiento donde manda la atención personalizada.

Además de dispensar medicamentos también se venden productos de cosmética y de homeopatía, de perfumería e higiene personal, para el cuidado de la piel y del cuero cabelludo, de botiquín y primeros auxilios, asesoran en ortopedia, en dietética y en nutrición, ofrecen control de glucosa y de colesterol, seguimiento de farmacia y medición de pulso y de la presión arterial, de elaboración de SPD (pastilleros)...

Acunadas o inspiradas por otras farmacéuticas orientaron con preferencia sus pasos a este sector. Y eligieron Burela: «Aquí é moi fácil traballar, hai moita cercanía entre as persoas e moita empatía. Gústanos coñecer a cada persoa e que confíe no noso equipo», explica Sandra Gómez, que confiesa que desde niña siempre quiso ser farmacéutica. «Sempre vin a botica como un lugar de encontro. De aí me ven esta vocación, xa desde os sete anos», reflexiona mientras rememora cómo acompañaba a su madre a tomar el café en la rebotica de una farmacéutica amiga de la familia. También Noelia reconoce que dirigió sus pasos hacia el sector atraída por el perfil de una compañera de estudios de su padre.

Veinte años dan para mucho, hasta para rellenar una libreta con anécdotas. Como en aquella ocasión en la que una persona llegó con un escrito en el que solicitaba una lata de cocaína, cuando lo que necesitaba era un garaje de lasa con codeína, o cuando llegaron pidiendo una crema con nombre de aeropuerto (Leti-AT4).

No olvidarán los momentos complicados sin luz que debieron afrontar durante el temporal Klaus o la huella imborrable que dejó la pandemia del covid, entre la inquietud social y las modificaciones continuas de protocolos. «Foi unha época moi intensa e afrontamos o que nos tocaba naquel momento aquí dándoo todo, con todo o corazón e ilusión, pero sentíndonos moi orgullosas de estar desempeñando o papel que nos tocaba», manifiesta Sandra. «Foron momentos difíciles, de moito nerviosismo e inquietude, de paciencia e tamén de impaciencia», puntualiza Noelia.

Cambios

Ambas están satisfechas de haber unido vocación y trabajo sumando esfuerzo e ilusiones, y de haber constituido hace veinte años una comunidad de bienes. «Nas últimas décadas, a farmacia deixou de ser unicamente un lugar de dispensación de medicamentos para aportar máis servizos», apunta Sandra, mientras reflexiona sobre los cambios que les obligan a una formación continua y a adaptarse a las nuevas tecnologías.

«Non cambiou tanto a nivel de trato persoal senón a nivel lexislativo. Empezamos coa receita en papel e agora está todo automatizado. Tamén cambiaron os protocolos», explica Sandra, mientras Noelia destaca la importancia del equipo: «É fundamental estar a gusto no traballo, levarnos ben entre nós... é como na casa». Es uno de los propósitos que enumeran con la vista puesta en lo que deparará el futuro. «Queremos seguir traballando con moita forza e ilusión, cada vez máis grande. Intentamos dar o mellor de nós coa ilusión do primeiro día», coinciden ambas.

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