Los coruñeses se separan cuarentones, tras 20 años casados y con hijos menores o dependientes

Alberto Mahía A CORUÑA / LA VOZ

A CORUÑA

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La provincia registró 2.161 rupturas en el 2023, un 0,3 % menos que en el 2022

25 mar 2024 . Actualizado a las 05:00 h.

El número de demandas de ruptura matrimonial (nulidades, separaciones y divorcios) presentadas en Galicia en el 2023 fue de 5.103, prácticamente las mismas que las que se registraron en el 2022 (5.117), pues apenas disminuyeron un 0,3 %. Como viene siendo habitual desde que se aprobó la Ley del divorcio en España, la provincia coruñesa es la que más rupturas registra. El año pasado fueron 2.161, mientras que en el 2022 la cifra fue 2.172.

Según las últimas estadísticas del Consejo General del Poder Judicial, en la provincia hubo 1.256 divorcios consensuados o de mutuo acuerdo y 905 contenciosos. En cuanto a separaciones, en el 2023 hubo 27 consensuadas y 7 no consensuadas.

Los matrimonios disueltos por divorcio tuvieron una duración media de 16,5 años, similar a la del año anterior. El 32,4 % de los divorcios se produjeron después de 20 años de matrimonio o más; el 20,7 % entre cinco y nueve años; el 16,9 % entre 10 y 14 años; el 15,6 % entre 15 y 19 años; el 11,9 % entre dos y cuatro años y el 2,5% en menos de dos años.

El mayor número de divorcios tuvo lugar en la franja de edad entre 40 y 49 años, tanto en hombres como en mujeres. La edad media de las mujeres en los procedimientos de divorcio fue de 45,9 años y en los hombres de 48,4. En el 79,8 % de los divorcios ambos cónyuges eran de nacionalidad española. En el 12,2 % uno tenía nacionalidad extranjera y en el 8,1 % ambos eran extranjeros.

En el 45,5 % de los divorcios no había hijos menores o mayores dependientes económicamente; en el 43,1 % tenían solo hijos menores de edad; el 4,1 % solo hijos mayores de edad dependientes económicamente y el 7,3 % hijos menores de edad y mayores dependientes económicamente.

En el 51,2 % de los divorcios había hijos menores sobre los que otorgar la custodia. En el 3,5 % de estos divorcios la custodia se otorgó al padre, en el 50,6 % a la madre, mientras que en el 45,5 % de los casos fue compartida y en el 0,4 % se otorgó a otras instituciones o familiares.

Además, en el 55,3 % de los casos se asignó una pensión alimenticia. En el 57,5 % el pago correspondió al padre, en el 3,9 % a la madre y en el 38,6 % a ambos.

En el 7,4% de los divorcios se fijó una pensión compensatoria y en 9 de cada 10 casos, el pago de esta fue asignado al esposo. 

El proceso judicial

¿Qué hay que hacer para divorciarse? Una vez se haya tomado la decisión de acabar con el matrimonio, es el momento de conocer a qué tipo de divorcio se va a enfrentar uno: de mutuo acuerdo o por la vía contenciosa. En el primer caso, ambas partes acudan a un mismo abogado o dos distintos para llegar a un acuerdo sobre el convenio regulador. En este documento se establecen las medidas de la custodia, el régimen de visitas, la utilización de la vivienda familiar, la pensión alimenticia o la compensatoria en caso de que la hubiese. Después, el juez aprueba o no ese trato y modifica las medidas que crea pertinentes basándose en el marco legal. Este procedimiento se puede llevar a cabo también ante un notario si no hay hijos menores no emancipados o que dependan de sus progenitores. Si la pareja se divorcio de mutuo acuerdo, solo tendrá que pagar entre mil y dos mil euros.

El contencioso se da cuando los cónyuges no llegan a un acuerdo para el convenio regulador y, en este caso, una de las partes implicadas debe interponer una demanda y dejar que intervengan un abogado y un procurador. Finalmente, el juez redacta una sentencia para establecer las medidas del convenio.

Los jóvenes cambian más de pareja y prefieren convivir antes e ir al altar

El número de divorcios no refleja necesariamente la frecuencia con la que se cambia de pareja, ya que algunas personas optan por permanecer solteras después de anular su matrimonio, mientras que otras inician nuevas relaciones.

En general, las tendencias muestran que las parejas jóvenes tienden a tener una tasa de rotación de parejas más alta que las parejas mayores. Además, dado que las actitudes hacia el matrimonio y las relaciones han ido cambiando en las últimas décadas, existe una mayor aceptación del divorcio y una mayor tendencia a cohabitar en lugar de casarse.

Esto se debe, entre otras cosas, «a que la definición de pareja en la sociedad actual es una tarea compleja, que depende cada vez más de elementos subjetivos propios de la negociación de sus miembros y de lo que ellos mismos se consideren frente a los demás», asegura Pablo González, letrado de familia.

Según este abogado, «en la actualidad, no solo existe una mayor aceptación del divorcio, sino también una mayor tendencia a cohabitar en lugar de casarse. Muchas parejas optan por vivir juntas antes de contraer matrimonio, lo que les brinda la oportunidad de conocerse mejor y evaluar la compatibilidad a largo plazo antes de dar el paso al altar». Una tendencia que puede influir, según los expertos, en la frecuencia con la que las personas cambian de pareja, ya que las relaciones de convivencia pueden ser menos formales y más susceptibles a cambios.

Otros factores como la edad, la educación, el estatus socioeconómico y las creencias culturales y religiosas también pueden desempeñar un papel en las decisiones relacionadas con las relaciones personales. 

Rotación

En ese caso, «las personas más jóvenes pueden tener una tasa de rotación de parejas más alta que las personas mayores debido a que están en etapas de la vida en las que están explorando y estableciendo relaciones», tal como coinciden en señalar los expertos.

Al mismo tiempo, las relaciones abiertas y flexibles en lugar de compromisos a largo plazo y los cambios en la estructura familiar con nuevas formas de convivencia, como las parejas no casadas y las familias monoparentales, están alterando las dinámicas tradicionales de las relaciones en la sociedad española.