Desde París a Londres, pasando por Italia

Ana Moreiras REDACCIÓN DIGITAL

CULTURA

César Quián

Lugares indispensables para descifrar el misterio Roma y Londres completan el viaje de los turistas que tratan de descifrar los misterios de la novela de Dan Brown.

19 may 2006 . Actualizado a las 07:00 h.

Siguiendo la estela a Gregory Peck y Audrey Hepbourn, sin olvidarnos de Robert y Sophie, aterrizamos en Italia donde quizás los destinos se vuelven un tanto más previsibles. El Vaticano y la Basílica de San Pedro, con sus catorce museos; por supuesto, la Capilla Sixtina, la Stanze, y de paso, un cafecito en una terraza de la plaza de San Pedro. Si todos los caminos llevan a Roma, todos los caminos de Roma llevan a sus plazas. Un buen momento para detener el tiempo y tomar un respiro. Con aires renovados, la acción se traslada a Londres, donde la historia alcanza su clímax. Convencidos de que allí se encuentra el Santo Grial, los protagonistas vuelan hacia Albión. Primera escala en el Temple Church, construída en el siglo XII por la orden de los Templarios. La relevancia histórica de este santuario dejará boquiabierto al visitante. Es la única iglesia circular de la isla, y en su interior conserva las estatuas de piedra en tamaño natural de nueve caballeros misteriosos. Escenas pintorescas La acción londinense no evita algunas escenas conocidas en todo el mundo, como la ceremonia del cambio de guardia, en la House Guards Road, situada en un extremo del parque de St. James. Es uno de los parques reales más pintorescos de Londres, y rodeado por tres majestuosos palacios reales, ofrece unas vistas únicas al Big Ben y a las Casas del Parlamento. Los turistas de El Código acuden también a la National Gallery, situada simbólicamente en el lado norte de Trafalgar Square. Esta galería de arte expone miles de obras de arte de valor incalculable, como la Virgen de las Rocas, de Leonardo Da Vinci, gracias a la que Langdon conseguirá finalmente desentrañar los secretos del Código Da Vinci. Entre realidad y ficción El relato traslada al lector y al turista a la Abadía de Wesminster, una joya de la arquitectura gótica del siglo XI. Entre las majestuosas cámaras, junto a reliquias de reyes y reinas del pasado, se encuentra enterrado Isaac Newton, la solución al primer acertijo: «en Londres descansa un caballero inhumado por el Papa». Para finalizar la visita por las localizaciones londinenses, nada mejor y más curioso, una vez envuelto en la atmósfera de la novela, que echar un vistazo a la Oficina londinense del Opus Dei. ¿Preparados para iniciar una nueva aventura?