Alberto Ruano: «¿Quién no va a querer tener su ordenador o móvil con inteligencia artificial?»

Alberto Ruano (Madrid, 1967) es el director ejecutivo y mánager general para España de Lenovo, el mayor fabricante de ordenadores del mundo.

—Se habla mucho de los chatbots, pero sin capacidad de cálculo y de computación no hay inteligencia artificial, ¿no?

—Te digo más: si no enciende el ordenador cuando por la mañana lo necesitas, no hay nada de nada de nada. O si no arrancas el móvil. Nos tenemos que acordar de lo importante que es el dispositivo en sí, y de su calidad, independientemente de lo que tenga dentro. Esta es la seguridad que nosotros estamos dando al mercado. En el mundo se venden anualmente 4 millones de dispositivos, entre tabletas y ordenadores. Y todos llevan sus dos años de garantía por ley. Pero cuando los equipos tienen más de tres años solo se reparan el 1 %. Por eso Lenovo se enfoca mucho en la calidad del producto y la sostenibilidad. No es lo mismo estar tirando cacharros que tener dispositivos móviles u ordenadores que duran en el tiempo y que puedes ir recuperando.

—Lenovo participa en el nuevo MareNostrum 5, que es el supercomputador más potente de España y entre los primeros del mundo.

—Sí, he tenido la suerte de conocerlo y participar del proyecto. Hasta que no estás ahí y lo ves, no lo entiendes. Porque estamos hablando de inteligencia artificial. Cuando hablas con las personas que trabajan en el centro, en investigaciones relacionadas con ingeniería o medicina, te das cuenta de qué es lo que nos preocupa a todos: cosas como la salud. El antiguo MareNostrum estaba en una antigua capilla y el nuevo está al lado, porque ya no caben ahí más dispositivos. Realmente es un avance importantísimo, y para España nos da una gran visibilidad a nivel mundial.

—A eso me refería cuando mencionaba los chatbots: hay un gran revuelo por ese software, esos modelos de IA, y nos olvidamos del hardware.

—Sin ese hardware no podrían funcionar nada. Para los jóvenes o nativos digitales la gran preocupación es que el hardware funcione, porque están más acostumbrados a pasarse 18 o 20 horas al día, a veces de mala manera, comunicando o trabajando con el dispositivo. Lenovo invierte anualmente 6.000 millones en I+D para mejorar la calidad de los productos, no queremos que se nos identifique solo como un fabricante de hardware, porque también tenemos infraestructuras, telefonía, soluciones, servicios...

—¿Cómo va a implementar Lenovo la IA en sus dispositivos?

—Dependemos de nuestro ecosistema de socios. Los fabricantes de procesadores tienen que incorporar chips adecuados que tengan esa capacidad del desarrollo de las soluciones con inteligencia artificial. Tenemos acuerdos muy relevantes con Nutanix, VMware y Nvidia. Al final, te das cuenta de que no puedes ir solo y que tienes que tener socios a tu lado que te ayuden a desarrollar esta tecnología. En enero estuve en el CES de Las Vegas y allí te das cuenta de la velocidad a la que van unos y otros, y a veces dependemos de terceros que inviertan dinero suficiente para que esto vaya mucho más rápido. El fabricante del dispositivo está listo, pero dependemos de las compañías de procesadores y de software.

—Desde Lenovo se habla mucho del concepto de IA híbrida. ¿En qué consiste?

—Es el acuerdo que hemos hecho con Nvidia. Básicamente es intentar gestionar el dato en el lugar donde se genera, no fuera. O sea, es el control del dato allí donde se está generando.

—Hemos visto en el Mobile innovaciones como un portátil ThinkBook con la pantalla transparente. ¿Para qué sirve? ¿Tiene posibilidad de salir al mercado?

—En los dos días que llevamos he hablado con mucha gente que ha venido a visitarnos, que es lo bueno de este tipo de eventos. Debemos seguir escuchando la opinión del cliente. Nos reunimos con gente del mundo del diseño, de la ingeniería y con usuarios normales de este tipo de dispositivos. Nos dan ideas y comparten experiencias a la hora de diseñar proyectos y hacer conceptos. Los equipos de márketing y diseño tienen charlas específicas para escuchar a los clientes, como las grandes empresas que se dedican al retail y la moda, sobre qué aplicaciones serían estupendas para estos dispositivos que hemos lanzado. No se trata solo de que sean bonitos en sí o que llamen la atención, sino de que tengan aplicaciones útiles para estas industrias.

—Otro ejemplo es el móvil de Motorola que se dobla y se puede colocar en la muñeca como un brazalete.

—Claro, la gente dice «¡qué fashion es!», pero nuestros equipos ya están pensando en multitud de aplicaciones. Y lo que más me gusta del Mobile es cómo estamos interactuando con los clientes con estos lanzamientos. Cuando sacamos un producto estándar, nos piden mejorar las prestaciones, más batería, más tamaño y resolución de pantalla, etcétera. Pero cuando lanzas algo diferente es bueno tener la voz del cliente aportando ideas sobre para qué podría servir.

—¿Qué tal van las ventas de ordenadores en España? ¿Se está recuperando el mercado?

—A principios del pasado año fiscal, en abril del 2023, yo veía indicios para ser optimistas. La parte más importante era activar el consumo, y eso se hace sobre todo con nuevos lanzamientos y haciendo que el mercado piense que debe de cambiar su dispositivo porque tienen mejor pantalla o batería o incorporan inteligencia artificial. La parte de consumo ha empezado a repuntar y la profesional, en la administración pública y la educación, va bastante bien. España es un gran referente en cuanto al despliegue de conectividad y dispositivos en el mundo educativo, es un sector de más 12 millones de personas en un país de 47 millones. Las grandes cuentas se han ido renovando porque los equipos que se compraron en pandemia ya han superado los dos o tres años de garantía, y creo que el 2024 va a ser un gran año de nuevo, gracias a esta renovación y a los dispositivos que vamos a lanzar con inteligencia artificial incorporada, que va a activar el mercado muchísimo: ¿quién no va a querer tener su ordenador o su móvil con IA? No todos somos nativos digitales, pero todo el mundo utiliza la tecnología constantemente.

—Lenovo también es un referente en economía circular. Esta industria produce muchos residuos y demanda mucha energía y es importante poner mucho foco en esto, ¿verdad?

—Llevamos bastante tiempo hablando de la Agenda 2030, pero nosotros queremos que la compañía sea cero emisiones netas en el 2050. Una empresa que es el mayor productor mundial de dispositivos tiene tener ese objetivo. Lo hacemos con iniciativas como el packaging de bambú, que contamina menos, o haciendo que los equipos sean reutilizables y que una vez que acaban su ciclo de vida no se tiren y se puedan utilizar las piezas o las carcasas para fabricar equipos nuevos.

—¿Volveremos a tener componentes fácilmente reemplazables en los ordenadores, como ocurría hace algunos años?

—Ese es nuestro objetivo, vamos por ahí. Las personas que se incorporan a las empresas y que toman este tipo de decisiones ya vienen muy mentalizadas, porque han sido formadas en tener un mundo mejor y más verde. Nuestra generación éramos personas que nos desarrollado más en una economía de consumo. Y ahora notamos, cuando estamos intentando gestionar proyectos, que esta es una de las prioridades para los compradores.

—Lenovo y Motorola han presentado SmartConnect. ¿No sería bueno llegar a un acuerdo para que todos los dispositivos pudiesen relacionarse entre sí de forma efectiva independientemente de la marca?

—Efectivamente, otras compañías tienen su propio ecosistema y al final no hay la posibilidad de tener dos dispositivos de diferentes marcas que se comuniquen bien entre sí. Nuestra ventaja es que los competidores no tienen el abanico de dispositivos que tenemos nosotros y tenemos que aprovechar esa oportunidad. Este tema ya pasó con los cables de los teléfonos, que no eran compatibles, y hoy en día ya enchufas todos los móviles con un mismo conector. Pero de momento Lenovo aprovechará su ventaja, porque para eso hemos creado este ecosistema 360 grados de soluciones, servicios, data center, infraestructuras, telefonía, tabletas, workstations... Y ha sido un gran acierto.

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