Alcaraz da su mejor versión para reinar en Indian Wells

La Voz ENRIC GARDINER | COLPISA

DEPORTES

Jayne Kamin-Oncea | REUTERS

El español revalida el título del primer Masters 1000 del curso frente al ruso Medvédev (7-6 y 6-1)

18 mar 2024 . Actualizado a las 01:16 h.

«King Carlos», rezaba una pancarta en las gradas de la pista principal de Indian Wells. Y no podía tener más razón, porque Carlos Alcaraz es el gran dominador de la pista de Indian Wells. El español revalidó el título ante Daniil Medvédev (7-6 (5) y 6-1) y descorcha ahora sí la temporada, dejando atrás las decepciones de Australia y de la gira por Sudamérica.

El desierto de Coachella, pese a las desavenencias con las abejas y con las condiciones meteorológicas, se ha convertido en el punto de partido del curso de Alcaraz. La temporada pasada ganó aquí el primer Masters 1.000 del año y esta vez se ha quitado el mal sabor de boca de un comienzo de año gris repitiendo título y mandando una señal de advertencia.

Porque el murciano llegó aquí empequeñecido en las comparaciones con Jannik Sinner y Novak Djokovic y con el lunar de no haber ganado un título desde Wimbledon. Su última final fue en Cincinnati y además se lesionó el tobillo hace menos de un mes en Río de Janeiro. Había gente que le quería enterrar y que, al ver la progresión de Sinner, con un impoluto 16-0 en el arranque del 2024, se preguntaba si no sería el italiano el verdadero sucesor del Big Three y Alcaraz solo una moda pasajera.

Respondió Alcaraz

Desde que perdió el primer set del torneo ante Matteo Arnaldi solo ha vuelto a perder uno más, ante Sinner, antes de pasarle por encima. Vencer al italiano pareció la final anticipada, pero aún quedaba uno de los mejores jugadores en cemento del último lustro y un tenista que ya le venció en el pasado US Open.

Hace 365 días Alcaraz le tumbó dejándose solo cinco juegos, pero mucho había llovido desde entonces y el ruso salió dispuesto a no repetir aquel desastre. Se llevó los tres primeros juegos ante un Alcaraz errático y que regaló su primer servicio en un visto y no visto.

Fue poco más que un espejismo, porque, pese a perder las tres primeras bolas de break que tuvo, Alcaraz estaba más que enchufado, como demostró el mejor punto del torneo, el que ganó tras rectificar un remate al que no llegó.

Batalla psicológica

Una vez recuperó la ventaja y tras desaprovechar una bola de rotura con 4-4, el tie break decidió el primer set ante la atenta mirada de una grada en la que estaban estrellas como Charlize Theron, Zendaya, Tom Holland y Maria Sharapova, además de miles de personas que tenía claro su favorito.

El rugir del público permitía seguir el partido sin prácticamente verlo. Cuando aplaudía y gritaba, punto para Alcaraz, cuando la alegría era tibia, punto para Medvédev.

En el desempate, Alcaraz agotó físicamente a Medvédev, que se hartó a correr con 2-0 abajo, tiró un resto a la red para el 3-0 y solo se recuperó gracias a su servicio. Este le permitió poner el 3-2 y el 5-4, siempre con el marcador en contra hasta que el español se equivocó al subir a la red con 5-4 y regaló el punto. Con el marcador igualado, Alcaraz jugó dos puntos evitando el fallo y Medvédev dijo adiós al set con una derecha al pasillo.

El tobillo

Ahí gritó Alcaraz, consciente de que había ganado mucho más que solo un set. Con el público encendido a su favor, solo necesitó media hora para terminar de despachar a un Medvédev que acabó pidiendo al público que se callara, respondiendo así al trato de favor que habían dado a su rival.

Con la victoria, Alcaraz despeja muchas dudas, físicas y mentales. «Había tenido muchas dudas sobre mi tobillo, en mi primer entrenamiento aquí estuve 30 minutos sin poder moverme mucho. Pensaba que no podría jugar a mi mejor nivel. Me he ido encontrando cada vez mejor tras cada partido. Ganar un Masters 1.000 siempre es un orgullo. Esto me da mucha confianza para Miami y para el futuro», dijo Alcaraz.

Sin Djokovic

El murciano acumula ya cinco Masters 1.000 y trece títulos en total. Mantiene el número dos del mundo y se queda a 920 puntos del número 1 de Djokovic. El serbio no jugará en Miami, por lo que la distancia podrá recortarse aún más en el siguiente Masters 1.000.