Sabina Chedas, Rosa Carracedo, Rosa Rey y Mónica García logran el premio a la Mujer

Rocío García Martínez
rocío garcía A ESTRADA / LA VOZ

A ESTRADA

cedida

Su labor anónima será reconocida el 8M por Mulleres Rurais Avelina Valladares

01 mar 2024 . Actualizado a las 05:00 h.

Es probable que ninguna se lo espere y hasta puede que alguna de ellas no se sienta merecedora de tal reconocimiento. Sin embargo, los premios que la asociación Mulleres Rurais Avelina Valladares otorga cada 8M tienen todo el sentido del mundo y se apoyan en razones de peso. «Hay muchas historias anónimas. A veces nos olvidamos de que hay mujeres que a lo mejor no han tenido una trayectoria pública destacada pero han hecho mucho por sus familias, por A Estrada o por la comunidad. A ellas es a las que queremos rendirle homenaje con los premios Mulleres na Memoria de Avelina Valladares», explica la presidenta del colectivo, Kim Llobet. «Hay muchas mujeres que están poniendo pequeños granos de arena que juntos hacen un océano. Seamos más simples y más humildes. Valoremos a la gente que deja huellas bonitas aunque sean pequeñas», defiende Llobet.

Con esta filosofía la asociación Mulleres Rurais Avelina Valladares lleva ya trece años agradeciendo la contribución de las mujeres estradenses que van por la vida dejando huella. Este año el homenaje será para Rosa Carracedo Sánchez, Sabina Chedas Otero, Rosa Rey Chao y Mónica rey García.

Sabina Chedas Otero nació en la parroquia de Ouzande y es la menor de siete hermanos. Al casarse se fue a vivir a Ordes y tras unos años emigró a Venezuela con su marido, dejando a su única hija al cuidado de su madre y de una hermana. Su ilusión era ganar lo suficiente para tener una casa propia, así que inició su propia aventura profesional. Compró una máquina de coser y se puso a confeccionar camisas. Con otras dos socias emprendió la creación de una sociedad que puso en marcha una fábrica bautizada como Saroca, un nombre que nacía de la conjugación de las dos primeras letras del nombre de cada una. Recibían las prendas cortadas y se encargaban de coserlas y llevarlas a las tiendas para su venta. Cuando pudo, se llevó a su hija también a Venezuela. Cuando las socias de Sabina decidieron regresar a España, ella se quedó sola al frente de la fábrica y, con la colaboración de su marido, llegó a tener 40 obreras. Ellos se encargaban de la logística y la contabilidad de la fábrica, donde las cuentas se hacían de memoria. El matrimonio ahorró dinero y lo mandó al padre de Sabina para que empezara con el proyecto de la casa. La familia regresó a España en 1972. De vuelta y siendo ama de casa, Sabina descubrió su pasión por la pintura, una afición que sigue teniendo y que entrena en Mulleres de A Estrada.

Miguel souto

Por su parte, Rosa Carracedo Sánchez, nacida en A Estrada, es la cuarta de siete hermanos. Creció en la taberna de Basilio, emplazada en el entorno del lugar donde por aquel entonces tenía lugar la feria de ganado y donde ayudó en aquellos momentos difíciles de la posguerra. Se casó a los 19 años con Alberto Blanco, mecánico y herrero de profesión con el que tuvo seis hijos. Él emigró a Libia a trabajar y ella, con gran dificultad y esfuerzo, sacó adelante a sus hijos. Además de trabajar ayudando a su padre en la taberna, Rosa también se ganó la vida confeccionando prendas para bebés desde su casa. Sigue siendo una mujer activa que participa en las actividades de la iglesia y en las de Mulleres de A Estrada.

 La tercera homenajeada, Rosa Rey Chao, nació en A Estrada en el seno de una familia de siete hermanos, siendo ella la quinta. Se casó a los 24 años con Armando, originario de Lugo. Al principio de su nueva vida vivió en Ferrol, Viveiro, Pontevedra y Vigo. Luego la pareja se instaló en Lugo, donde nacieron sus tres hijas. Trece años más tarde la familia volvió a A Estrada. De carácter muy social y colaborador, Rosa participa activamente en diferentes asociaciones y en las actividades sociales y culturales que se organizan en A Estrada.

 Por último, Mónica Rey García es el reflejo de la nueva savia estradense. Nació en Venezuela de padres estradenses —él de San Pedro de Ancorados y ella de Rubín—. De regreso en A Estrada, estudió Administración e hizo prácticas en una empresa en la que se quedó a trabajar más de una década. La muerte temprana de un familiar muy cercano marcó su forma de encarar la vida. Pertenece a una nueva generación de luchadoras donde el reinventarse es un camino hacia el éxito. Empresaria y entregada al movimiento feminista, crea y da oportunidades a otras mujeres de su entorno en sus perfiles profesionales. Casada con Javier y madre de dos hijos, es una buscadora incansable de oportunidades, siempre en continua evolución e implicada en el movimiento asociativo femenino.

 El homenaje a estas cuatro mujeres con mayúsculas se celebrará el viernes 8 de marzo a las 17.30 horas en la cafetería Ananás.