Una votación, dos empates, una prórroga de 15 minutos y el presidente Rosón cambió su voto

ELECCIONES GALLEGAS 18F

María Pedreda

El exconselleiro Víctor Vázquez Portomeñe relata cómo convenció al presidente del Parlamento para que no se abstuviera y cómo después retiró la ley de universidades para buscar un texto de consenso

10 feb 2024 . Actualizado a las 01:20 h.

Aquel 23 de abril de 1985 había varias ausencias entre los diputados, especialmente en el grupo de Alianza Popular que sustentaba al Gobierno de Gerardo Fernández Albor, y se discutía una normativa relevante, la Ley de Ordenación Universitaria de Galicia, contra la que había dos enmiendas a la totalidad de devolución, presentadas por UCD y el PSOE. El resultado de la votación fue 29 votos a favor, 29 en contra y una abstención, precisamente la del presidente del Parlamento, Antonio Rosón, de UCD. Como prescribía el reglamento, se repitió la votación, y el resultado fue el mismo. En este momento, Rosón suspendió la sesión durante 15 minutos, tiempo que pasó negociando con el conselleiro de Educación e Cultura que defendía la nueva ley, Víctor Manuel Vázquez Portomeñe. Después de esa conversación, Antonio Rosón cambió de posición y renunció a la abstención, salvando una de las normas más relevantes presentada por el departamento que dirigía su excompañero de partido en UCD.

¿Qué le dijo para que el presidente del Parlamento cambiara el sentido de su voto? «Eu subín á tribuna e díxenlle a Rosón que eu estaba na política por el, e que, polo tanto, tiña responsabilidades sobre a miña sorte política e non podía deixarme aos pés dos cabalos», recuerda ahora, con su memoria milimétrica, un Vázquez Portomeñe que tiene 89 años. Efectivamente, el entonces conselleiro de Educación e Cultura llegó al primer Parlamento gallego en las listas de UCD, un partido que entró en un proceso de descomposición después de la aplastante mayoría absoluta del PSOE de Felipe González en las generales de octubre de 1982. Parte de ellos formaron Coalición Galega, y otros fueron en auxilio del Gobierno de Fernández Albor, que integró a tres diputados centristas en su Ejecutivo, entre ellos Vázquez Portomeñe. Las siglas de UCD solo quedarían representadas por Rosón y otros dos parlamentarios.

Finalmente, el presidente del Parlamento rompió el empate, lo que suponía la aprobación de la ley al rechazarse la enmienda a la totalidad por 30 votos en contra y 29 a favor. Pero, contra todo pronóstico, Vázquez Portomeñe anunció que retiraba el proyecto de ley en favor de una ponencia conjunta que reflejara el consenso. «Non é procedente que unha lei tan importante sexa aprobada coa diferenza dun voto», aseguró Vázquez Portomeñe, mientras recibía el aplauso de todos los grupos parlamentarios. Una escena que en la polarización política actual sería de ciencia ficción. «Estabamos a construír a autonomía e tiñamos sempre en mente o principio de boa fe. Non existía o sectarismo de agora», recuerda Vázquez Portomeñe para explicar aquel ecosistema político de la primera legislatura autonómica, tan diferente a la política de la era digital.