El horror del incendio en Valencia deja nueve fallecidos

Carlos Peralta
C. Peralta REDACCIÓN / LA VOZ

ESPAÑA

Biel Aliño | EFE

Una bebé de dos semanas y un niño de tres años, entre las víctimas mortales, mientras se sigue buscando a una persona desaparecida

24 feb 2024 . Actualizado a las 08:59 h.

Nueve vecinos del edificio calcinado del barrio valenciano de Campanar han perdido la vida. Además, todavía consta un desaparecido. La delegación del Gobierno en Valencia cifró en un primer momento en diez los fallecidos, pero la brigada científica de la Policía Nacional rectificó el dato, después de comprobar que todavía falta un vecino por identificar. El número de desaparecidos el jueves por la noche era de 19. La labor de los vecinos fue clave para localizar a algunos de ellos. «Después de una noche tan larga, estoy satisfecho porque hemos podido localizar a través de los teléfonos al menos a cuatro vecinos de los que aparecían como desaparecidos», remarcó uno de los residentes, Manuel Fandos, a Las Provincias. Es el incendio más pavoroso de la historia de la ciudad y uno de los más mortales en todo el país. El Juzgado de Instrucción número 10 de Valencia, que investiga las causas del siniestro, decretó secreto de sumario durante al menos un mes. Según informó RTVE, la investigación corre a cargo de la Oficina Técnica de Ingeniería Forense, que ya estuvo al frente de las pesquisas de otros grandes incendios como el de la torre Windsor, en Madrid, en febrero del 2005.

Un matrimonio y sus dos hijos perdieron la vida en el incendio. Tenían un niño de tres años y una bebé de tan solo 15 días de vida. Además, según los datos que han trascendido, tampoco pudo escapar una pareja de personas mayores.

A pocos días de la primera mascletà, la ciudad de Valencia no está para celebraciones. Una infinidad de casales falleros se convirtieron en centros de recogida de alimentos y otros productos de primera necesidad para los cerca de 400 vecinos que, en cuestión de horas, perdieron sus viviendas. El Ayuntamiento de la capital del Turia canalizará todas las ayudas, institucionales o no, tal como anunció el presidente autonómico, Carlos Mazón. Será la «ventanilla única» en la que podrán solicitar ayudas de la Generalitat de hasta 10.000 euros y de 1.500 para el alquiler. El consistorio habilitó 131 viviendas de nueva construcción que había adquirido en el distrito de Patraix. Cerca de un centenar de vecinos del inmueble dormirán en uno de los hoteles disponibles. El jefe del Ejecutivo, Pedro Sánchez, que viajó ayer a Valencia, anunció ayudas «de todo tipo» desde el Gobierno.

Atención psicológica

Todos los afectados tardarán mucho tiempo en recuperarse del golpe anímico que supone perderlo casi todo. Por ello, la Cruz Roja movilizó a 40 profesionales sociosanitarios para darle atención psicológica a los vecinos que la precisen. «A todos cuando nos ha pasado algo en nuestra vida, siempre nos ha gustado tener a alguien a nuestro lado», aseguró a varios medios el coordinador autonómico de la oenegé, Miguel Ángel Sotillos.

Dos bomberos permanecen hospitalizados. Los doce heridos restantes, la mitad de ellos del mencionado cuerpo de emergencias, cuentan con el alta médica sin lesiones de gravedad. El triste balance de fallecidos pudo ser peor de no ser por el agónico rescate de los bomberos, convertidos en héroes, y que estos días son el foco de los elogios de la sociedad valenciana. Los efectivos de la UME, desplazados de urgencia, empezaron un progresivo repliegue tras concluir sus «misiones asignadas».

Sara y Amar permanecieron dos horas que se hicieron años en la terraza de su vivienda. Un dispositivo impecable, con dos grúas y cuatro bomberos, les rescató a tiempo de las llamas. «Nos iban diciendo que estaban intentando apagar el fuego tanto arriba como abajo de la terraza. Insistían en que tuviéramos cuidado de que nada nos cayera encima», relató ayer esta pareja, que elogió la «increíble» actuación de los funcionarios. Ambos teletrabajan y eligieron Valencia por su calidad de vida. Lisa, en cambio, llegó a la capital del Turia para huir de la guerra en su país, Ucrania. Este sábado se cumplen, precisamente, dos años desde el inicio de la invasión rusa. «Bajamos 20 minutos a la oficina de Correos y cuando volvimos intentamos salvar a nuestro perro, pero ya estaba todo en llamas», relató a Efe. Una llamada a un timbre, en este dramático caso, valió en muchas ocasiones para salvar vidas. Se lleva la palma el conserje de una de las torres, Julián, pero también otros vecinos, que dieron la voz de alarma en otras viviendas. El hecho de que no saltaran las alarmas de incendios, tal como han confirmado varios residentes, hace más trascendental un simple aviso.

6.000 euros el metro cuadrado

El final de este edificio empezó en la puerta 86 de la séptima planta. Fue construido, según el catastro, en el 2008. Aunque tardó en ser habitado, según remarcan expertos inmobiliarios consultados. La quiebra de la empresa promotora, Fbex, propició que fuera el banco Banesto el que finalizara la obra. Los pisos, situados en un barrio en expansión, partían con un precio de 6.000 euros por metro cuadrado. Pero la crisis inmobiliaria ya hacía mella en la economía, y, según remarcan estas fuentes, «pasaron años y años» hasta que comenzaron a ocuparse las viviendas. Otro edificio con características similares es la torre Navis, situada en el municipio de Mislata (muy próximo a la capital), y que también fue proyectado por Fbex. El viernes, sus vecinos mostraron su preocupación después de la tragedia en el barrio de Campanar.

«Estaba siendo una tarde normal y ahora la gente lo ha perdido todo»

Los relatos de los vecinos del edificio incendiado en Valencia muestran el alcance del daño que ha supuesto la destrucción del bloque. Laura y Manu, dos jóvenes citados por La Razón, declararon a este medio que se encontraban en el interior de su piso cuando empezó el incendio.

Pudieron salir a toda prisa sin recoger ninguno de sus enseres básicos y a toda prisa para lograr salvar la vida. Lo consiguieron, pero han perdido mucho, como otros vecinos: «Llevábamos tres años viviendo de alquiler ahí, en el noveno piso. Hay gente con hipoteca. Fue una pesadilla». La misma tragedia recoge Víctor, otro residente entrevistado por El Confidencial. «Estaba siendo una tarde normal y ahora la gente lo ha perdido todo. Se les ha truncado la vida», dijo.

José Luis Mas, un hombre de 67 años, aseguró al mismo periódico que «con ayuda de alguna pastilla, hemos podido dormir algún rato. Pero mal». La reubicación en hoteles y centros de acogida de los afectados pasó factura a los más mayores.

Elena, que fue atendida en un hospital exprés, señaló a TVE que la situación era de «descontrol y miedo» y que vivieron aquellas horas con «mucha angustia». «Hasta que no estaba el edificio quemado por dentro, no han empezado a tirar agua. Una hora después», reseñó una residente a Levante-EMV. Vicente también contó al Diario de Sevilla que «en cuestión de 15 ó 20 minutos se envolvió todo el edificio [en llamas] y, unido al viento, ardió como una falla en Valencia».

Lluvia de solidaridad

Un aluvión de ropa, alimentos, juguetes y material escolar donado por vecinos de Valencia intenta ayudar a las familias afectadas por el incendio del edificio de Campanar, en un goteo solidario que se centraliza en una planta baja de las inmediaciones del inmueble, según recogió Efe.

Durante todo el día vecinos de la ciudad se acercan al local a dejar lo que cada uno puede: desde mochilas, gomas o lápices, hasta pelotas, peluches, patinetes infantiles, ropa y comida. Desde el local de la empresa Valientes, cuyo lema es Creando personas fuertes, coordinan la recepción del material de ayuda, pero las entregas han desbordado a los voluntarios y han decidido reorganizar y disponer de otros locales desde donde se puede recoger la ayuda.

Tres casales falleros y la sede de una banda de música reciben las donaciones desde furgonetas en las que cargan cajas llenas de las necesidades de los afectados en el local del barrio de Campanar.